Macri intenta a la desesperada evitar un colapso econ¨®mico en su mandato
El Gobierno argentino logra cierta calma en los mercados tras el anuncio de reprogramaci¨®n de vencimientos
Argentina llega al l¨ªmite. La admisi¨®n de que a corto plazo no puede hacer frente a sus deudas, unida al anuncio de una complicada renegociaci¨®n con el FMI, procur¨® al Gobierno de Mauricio Macri un momento de respiro en pleno naufragio. Despert¨® tambi¨¦n el temor a la implantaci¨®n de controles cambiarios e incluso a una suspensi¨®n de pagos, si el peso siguiera devalu¨¢ndose. Macri dijo comprender la ¡°preocupaci¨®n y angustia¡± de los argentinos y pareci¨® admitir que su ¨²nica ambici¨®n es llegar sin nuevos desastres a las elecciones del 27 de octubre y concluir su mandato.
Los mercados financieros mantuvieron una extra?a calma este jueves. Los vol¨²menes de negociaci¨®n fueron muy bajos y el peso, tras una brusca ca¨ªda inicial, se mantuvo en las 60 unidades por d¨®lar. Para eso fue necesario que el Banco Central subiera hasta el 79% los intereses de la deuda en letras y vendiera m¨¢s de 350 millones de d¨®lares procedentes de sus reservas. Para algunas operaciones a futuro, en los mercados de exportaci¨®n agraria, se fij¨® un cambio de 70 pesos por d¨®lar en diciembre, y de hasta 100 pesos por d¨®lar en marzo de 2020. Esas son las expectativas. El riesgo-pa¨ªs, la prima que pagar¨ªa Argentina si tuviera acceso al mercado, ha escalado hasta 2.255 puntos (22,55%) y todo indica que la tormenta no ha pasado. Si el Fondo Monetario Internacional, que por el momento ha evitado comentar la demanda de renegociaci¨®n, no desembolsara en septiembre los 5.400 millones de d¨®lares que ten¨ªa previsto liberar dentro de un pr¨¦stamo global de 57.000 millones, la situaci¨®n se agravar¨ªa con consecuencias imprevisibles.
Los inversores permanecieron a la expectativa y empezaron a dise?ar planes de cautela frente a las nuevas medidas. Muchos de ellos pensaban que en poco tiempo ser¨ªa inevitable alg¨²n tipo de control de cambios (no muy distinto al famoso ¡°cepo¡± implantado por Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner en su segundo mandato) y prepararon v¨ªas de fuga para sus divisas. El aplazamiento de deudas alej¨® un poco el temido fantasma del ¡°default¡± o suspensi¨®n de pagos, pero no disip¨® por completo los temores.
La estrategia de Macri consiste en mantener la mayor cantidad de reservas en d¨®lares para respaldar al peso. Prefiere no cumplir el plazo previsto con sus acreedores, una decisi¨®n arriesgada si se tiene en cuenta el largo historial de impagos de la econom¨ªa argentina, a sufrir nuevas devaluaciones que llevar¨ªan la inflaci¨®n, ya por encima del 50% anual, a l¨ªmites insoportables, y har¨ªan imposible pagar las deudas contra¨ªdas en d¨®lares. No est¨¢ claro que esa defensa del peso vaya a tener ¨¦xito. Tampoco est¨¢ claro que Macri pueda pactar con el peronista Alberto Fern¨¢ndez, probable vencedor de las pr¨®ximas elecciones presidenciales, el decreto de aplazamiento de pagos. Fern¨¢ndez guarda silencio ¡°para contribuir a la tranquilidad¡±, pero no muestra ning¨²n entusiasmo por respaldar a Macri en las horas cr¨ªticas. Tras el discurso de Macri, en el que el presidente habl¨® de los 59 d¨ªas que faltaban hasta las elecciones, Fern¨¢ndez hizo un comentario sarc¨¢stico: ¡°Debe de estar contando los d¨ªas¡±, dijo.
Cristina, Macri y la culpa
Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner trata de mantenerse al margen del debate pol¨ªtico argentino. Hasta ahora ha desarrollado su campa?a electoral en segundo plano, para reducir el efecto divisorio de su personalidad y dar mayor visibilidad a Alberto Fern¨¢ndez. Ha asistido a la crisis de estos ¨²ltimos d¨ªas desde Cuba, donde visita a su hija Florencia, en tratamiento m¨¦dico. Madre e hija est¨¢n procesadas por corrupci¨®n. La expresidenta, sin embargo, sigue en contacto permanente con los suyos. Tras el anuncio de la renegociaci¨®n de deuda, envi¨® a un miembro del Instituto Patria este mensaje: ¡°Macri estuvo tres a?os ech¨¢ndome la culpa de todos los errores que cometi¨® su Gobierno, y este a?o se dedica a echarle la culpa al futuro gobierno de Alberto¡±.
El p¨¦simo resultado de las elecciones primarias celebradas el 11 de agosto (¡°que no son m¨¢s que una encuesta¡±, seg¨²n Macri) desarbol¨® una presidencia que llevaba ya m¨¢s de un a?o, desde que estall¨® la crisis en abril de 2018, casi a la deriva. Lo que el nuevo ministro de Hacienda, Hern¨¢n Lacunza, hizo el mi¨¦rcoles por la noche, fue anunciar un programa de reestructuraci¨®n de deuda sin acompa?arlo, como es de rigor en estos casos, de un plan econ¨®mico coherente. La situaci¨®n del Gobierno, condenado a gestionar el d¨ªa a d¨ªa sin otro horizonte que resistir hasta el 10 de diciembre, se reflej¨® en algunos pasajes del mensaje que Mauricio Macri dirigi¨® el jueves a los argentinos. ¡°Todos los d¨ªas estamos siendo mejores, basta de resignaci¨®n, no dejemos que la resignaci¨®n gane a la esperanza, si llegamos hasta ac¨¢ es porque elegimos el futuro y la paz¡±, dijo, en un discurso en el que subray¨® la necesidad de ¡°lograr tranquilidad¡± y ¡°reducir incertidumbres¡±. Algunas de esas frases sonaron muy extempor¨¢neas.
El Congreso se reabrir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas para debatir el decreto sobre aplazamiento de deudas. Ah¨ª se ver¨¢ si la oposici¨®n, con m¨¢s esca?os que el oficialismo, est¨¢ dispuesta a asumir conjuntamente con el Gobierno el desgaste de unas medidas con las que, en t¨¦rminos generales y seg¨²n declaraciones previas de Alberto Fern¨¢ndez, no estar¨ªa en desacuerdo. Lo que puede escenificarse en el Senado y la C¨¢mara es un consenso que conduzca a una transici¨®n m¨¢s o menos tranquila de una administraci¨®n a otra, o un recrudecimiento de la batalla electoral que dejar¨ªa a¨²n m¨¢s expuesta la econom¨ªa del pa¨ªs.
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