El Supremo da un espaldarazo a las nuevas restricciones de Trump al asilo
El alto tribunal estadounidense permite la aplicaci¨®n de la normativa, que supone el rechazo de gran parte de las solicitudes de centroamericanos, mientras el recurso se resuelve ante el juez
El Tribunal Supremo ha concedido un nuevo espaldarazo a la pol¨ªtica migratoria de Donald Trump. La Administraci¨®n podr¨¢ aplicar una nueva normativa que restringe las condiciones de solicitud de asilo, hasta hacerlas casi imposibles para muchos centroamericanos, mientras los recursos contra estas pol¨ªticas se resuelven en los tribunales. La mayor autoridad judicial de Estados Unidos, de mayor¨ªa conservadora, tom¨® la decisi¨®n el mi¨¦rcoles por la noche. El pasado verano ya permiti¨® el uso de fondos para la construcci¨®n del pol¨¦mico muro en la frontera con M¨¦xico y en 2018 aval¨® buena parte del veto migratorio impulsado por el presidente republicano.
La decisi¨®n del Supremo deja en suspenso la orden previa de un juez de California que hab¨ªa bloqueado la orden cautelarmente en todo el pa¨ªs. La directriz, anunciada el 15 de julio, deniega el asilo a cualquier extranjero que haya pasado por otro pa¨ªs antes de llegar a Estados Unidos sin haber solicitado all¨ª el refugio previamente, lo que implica que la mayor parte de los centroamericanos deben hacerlo en M¨¦xico.
La orden solo exime a aquellos extranjeros que han sido objeto de tr¨¢fico de personas o recibido el rechazo a su solicitud en otro pa¨ªs, lo que evidentemente dificulta su aprobaci¨®n en el siguiente, de modo que esta nueva pol¨ªtica significa?el cierre de la puerta estadounidense para miles de centroamericanos que huyen de la pobreza y de la violencia. Hondure?os y salvadore?os tendr¨ªan que pedir el asilo en Guatemala y M¨¦xico; y los guatemaltecos, a su vez, en M¨¦xico. La medida se a?ade a toda una ristra de pol¨ªticas que buscan reducir la entrada de migraci¨®n legal e ilegal en Estados Unidos.
La decisi¨®n sali¨® adelante en el Supremo, formado por nueve miembros, con la opini¨®n discrepante de dos: las juezas progresistas Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor. "Una vez m¨¢s, el Ejecutivo emite una orden que pretende anular pr¨¢cticas de muchos a?os con respecto a los refugiados que buscan refugiarse de la persecuci¨®n", critic¨® Sotomayor en su escrito. "Aunque esta naci¨®n ha mantenido sus puertas abiertas a los refugiados durante mucho tiempo -y aunque lo que se juegan? los solicitantes de asilo no podr¨ªa ser m¨¢s elevado- el Gobierno implement¨® esta norma sin un aviso p¨²blico primero ni pidiendo la opini¨®n p¨²blica requerida por ley", a?adi¨®. En efecto, Trump anunci¨® el endurecimiento de las condiciones el martes 15 de julio y ese mismo d¨ªa entraron en vigor.
Sonia Sotomayor, la primera jueza del Supremo de origen hispano, nombrada por Obama en 2009, ya emiti¨® un vibrante voto de rechazo en otro pol¨¦mico asunto migratorio en junio de 2018. El tribunal dio luz verde con cinco votos a favor -los de los jueces considerados conservadores- y cuatro en contra -los de los progresistas- el controvertido veto migratorio que Trump impuls¨® nada m¨¢s llegar al Gobierno hacia los ciudadanos de varios pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana al considerar que hab¨ªa discriminaci¨®n por motivos de religi¨®n ni abuso del poder presidencial.
En la justificaci¨®n de su voto discrepante, Sotomayor evoc¨® el caso Korematsu contra Estados Unidos, cuando en 1944, tras el ataque a la base de Pearl Harbour el alto tribunal bendijo que el Ej¨¦rcito pudiese desalojar de su hogar e internar en campos de concentraci¨®n a cualquier persona que considerase un riesgo, lo que se tradujo en arresto o expulsi¨®n de miles de personas de origen japon¨¦s. Aquella decisi¨®n ha quedado grabado en la historia como uno de los grandes errores de la autoridad judicial.
Para Donald Trump, result¨® un triunfo: "?Gran victoria en el Tribunal Supremo sobre el asilo y la frontera!". Se trata del segundo gran respaldo que la Administraci¨®n de Trump recibe del Supremo en batallas migratorias en pocos meses. El pasado julio, la m¨¢s alta instancia judicial tambi¨¦n apoy¨® el uso de 2.500 millones del Departamento de Defensa para construir parte del pol¨¦mico muro con M¨¦xico, un desv¨ªo de recursos que Trump hab¨ªa logrado gracias a su declaraci¨®n de emergencia nacional en la frontera, asunto tambi¨¦n discutido en los tribunales.
Tambi¨¦n se avecinan decisiones de fondo en los pr¨®ximos meses y de gran calado, pues debe pronunciarse sobre otro frente muy delicado: si el Gobierno puede o no abolir el programa DACA, que protege de la deportaci¨®n a cientos de miles de personas, conocidas como dreamers o so?adores, que fueron tra¨ªdos al pa¨ªs de forma irregular cuando eran menores de edad y han crecido en EE UU en un limbo administrativo. Y la batalla del asilo volver¨¢ tambi¨¦n, con toda probabilidad, al Supremo una vez complete su recorrido de fallos y apelaciones en los tribunales inferiores.
La trascendencia de las decisiones de estos jueces, cargos de car¨¢cter vitalicio, convierte su nominaci¨®n en unas de las decisiones presidenciales m¨¢s relevantes. Trump ha logrado, en poco m¨¢s de un a?o, nombrar a dos, lo que ha permitido mantener la mayor¨ªa de conservadora de cinco a cuatro. por eso cada vez que la veterana progresista Ruth Bader Ginsburg, de 86 a?os, sufre un percance de salud, una parte de Am¨¦rica se echa a temblar.
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