L¨®pez Obrador entrega a la Canciller¨ªa el control total de la pol¨ªtica migratoria
Un decreto presidencial desplaza a la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, ahondando la crisis desatada desde la disputa diplom¨¢tica con Donald Trump
L¨®pez Obrador ha consolidado lo que de facto ya era una realidad en las entra?as de su Gobierno. A golpe de decreto, el presidente mexicano ha colocado a la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores en la c¨²spide de la pol¨ªtica migratoria, vaciando as¨ª la potestad en esta materia que la propia ley de migraci¨®n confiere a la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n [Interior]. Un trasvase de competencias que comenz¨® desde principios de junio, a ra¨ªz de la crisis diplom¨¢tica provocada por la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de implantar aranceles a las importaciones mexicanas si el pa¨ªs vecino no respond¨ªa con mano dura a la crecida migratoria. El canciller, Marcelo Ebrard, ha ido paulatinamente ampliando su influencia m¨¢s all¨¢ de las relaciones exteriores hasta la entrega definitiva del apartado migratorio con la aprobaci¨®n de este nuevo decreto, una muestra m¨¢s de la discrecionalidad del presidente mexicano.
El nuevo paraguas institucional, bautizado con el nombre de Comisi¨®n Interseccional de Atenci¨®n Integral en Materia Migratoria, ha entrado en vigor este viernes y tiene la funci¨®n de coordinar ¡°todas las pol¨ªticas, programas y acciones¡± de las distintas administraciones federales en relaci¨®n al apartado migratorio. La duraci¨®n de la Comisi¨®n se extiende hasta el final del sexenio y ser¨¢ ¡°presidida y coordinada¡± por Marcelo Ebrard.
Tanto la secretaria de Gobernaci¨®n, Olga S¨¢nchez Cordero, como el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, encajan as¨ª un nuevo rev¨¦s con esta nueva escalada de Ebrard, erigido pr¨¢cticamente desde el inicio del mandato como vicepresidente de facto. El m¨¢ximo responsable de la diplomacia mexicana, que ya sucedi¨® en 2006 a L¨®pez Obrador como jefe de Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, ejerci¨® como jefe de Estado en la reciente cumbre del G-20 y est¨¢ siendo el encargado de negociar los t¨¦rminos del acuerdo migratorio con Trump.
En el nuevo organigrama, Ebrard tendr¨¢ de hecho a su cargo la coordinaci¨®n de las dependencias relacionadas con migraci¨®n de las Secretar¨ªas de Gobernaci¨®n, Seguridad y Hacienda. El endurecimiento de los controles exigido por Trump a M¨¦xico, que ha llegado a desplegar a 25.000 miembros del nuevo cuerpo militar, la Guardia Nacional, por las dos fronteras, ha dado como resultado una ca¨ªda del 56% en las detenciones en la frontera sur de Estados Unidos entre mayo y agosto, seg¨²n la Oficina estadounidense de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza.
M¨¦xico ha exhibido estos avances en su ¨²ltima reuni¨®n de seguimiento con el vicepresidente Mike Pence. En un intento de abrir un tanto el foco sobre el fen¨®meno migratorio, Ebrard plante¨® poner sobre la mesa de la relaci¨®n diplom¨¢tica tambi¨¦n el control al tr¨¢fico ilegal de armas: el flujo norte/sur es de 567 diarias, seg¨²n el Gobierno mexicano.
M¨¦xico entiende que est¨¢ cumpliendo con su parte del trato. Desde el m¨¢ximo hist¨®rico registrado en mayo, con 144.200 arrestos por parte de la polic¨ªa fronteriza, la cifra ha bajado a 64.000 detenciones durante el mes de agosto. La contrapartida a tanto esfuerzo ha sido un desgaste extenuante del aparato migratorio mexicano. Afectado adem¨¢s por la pol¨ªtica de austeridad presupuestaria del Gobierno, se ha visto desbordado durante los ¨²ltimos meses.
Los cerrojos que est¨¢ imponiendo la Casa Blanca est¨¢n convirtiendo al vecino del sur en un embudo para los migrantes. Los flujos migratorios casi se han duplicado con respecto al a?o pasado, hasta alcanzar una cifra total prevista por el Gobierno mexicano de 800.000 anuales. Las ¨²ltimas medidas de Trump obligan a las personas que pidan asilo en EE UU a ser enviadas inmediatamente de vuelta a M¨¦xico para que esperen all¨ª el resultado del proceso. Mientras que el Supremo respald¨® la semana pasada una pol¨¦mica norma que obliga a solicitar asilo obligatoriamente antes en M¨¦xico para poder tener derecho a hacerlo en EE UU.
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