El autor de la matanza de polic¨ªas en Par¨ªs ten¨ªa una ¡°visi¨®n radical¡± del islam
La oposici¨®n conservadora pide una investigaci¨®n parlamentaria de un ataque ¡°premeditado¡±, seg¨²n la fiscal¨ªa antiterrorista
El fiscal antiterrorista franc¨¦s, Jean-Fran?ois Ricard, inform¨® este s¨¢bado de que el ataque que se cobr¨® la vida el jueves de cuatro polic¨ªas de la prefectura de Par¨ªs no solo fue ¡°premeditado¡± sino que su autor, Micka?l Harpon, un agente con labores administrativas de origen martiniqu¨¦s convertido al islam hace una d¨¦cada ¡ªy no 18 meses como se dijo en primera instancia¡ª, hab¨ªa adoptado una visi¨®n ¡°radical¡± de esta religi¨®n. Harpon fue abatido tras el ataque.
La prefectura de polic¨ªa de Par¨ªs, en el coraz¨®n de la capital francesa, es una fortaleza casi inexpugnable. Pero ?y si el enemigo est¨¢ dentro? Esa es la inquietante pregunta que perturba profundamente a las fuerzas de seguridad y a autoridades pol¨ªticas de todos los niveles.
Micka?l Harpon, adem¨¢s, estaba en contacto con individuos del ¡°movimiento salafista¡± y se habr¨ªa pronunciado en el pasado a favor de atentados yihadistas como el de 2015 contra la revista sat¨ªrica Charlie Hebdo, continu¨® Ricard en rueda de prensa en Par¨ªs. En los ¨²ltimos meses, ¡°abandon¨® toda vestimenta occidental¡± para ir a la mezquita y empez¨® a ¡°rechazar ciertos contactos¡± con mujeres. En las horas previas al ataque, el asesino intercambi¨® adem¨¢s 33 mensajes de texto con su esposa, cuya detenci¨®n preventiva ha sido prolongada. Todos ellos, dijo Ricard, eran de un contenido ¡°exclusivamente religioso y conclu¨ªan con un ¡®Allahu akbar¡¯¡±. ¡°Aunque los sms no son expl¨ªcitos sobre la acci¨®n prevista, fueron enviados 30 minutos antes de la compra de los cuchillos¡± con los que realiz¨® la matanza, precis¨®. A ello se une su ¡°voluntad probada de morir¡± durante el ataque, ¡°la naturaleza de los hechos¡± cometidos y, especialmente, ¡°las heridas provocadas a al menos una de las v¨ªctimas¡± mortales, que fue degollada.
Todos estos elementos muestran un ¡°contexto de radicalizaci¨®n latente¡± que es lo que llev¨® a la fiscal¨ªa antiterrorista a asumir, el viernes, la investigaci¨®n y a cambiar su rumbo hacia el de ¡°asesinato e intento de asesinato (¡) con un objetivo terrorista¡±, si bien Ricard no habl¨® este s¨¢bado a¨²n expl¨ªcitamente de un atentado yihadista.
Tormenta pol¨ªtica
Aun as¨ª, la oposici¨®n conservadora reclama ya una comisi¨®n investigadora parlamentaria e incluso la cabeza del ministro del Interior, Christophe Castaner, quien en un primer momento asegur¨® que no hab¨ªa se?ales de una radicalizaci¨®n del autor de una matanza ¡°extremadamente violenta¡±, seg¨²n el fiscal. El Gobierno apoya por el momento a Castaner. Al mismo tiempo, el primer ministro, ?douard Philippe, anunci¨® la noche del s¨¢bado que ha ordenado dos misiones al Servicio de Inspecci¨®n de Inteligencia, el organismo interno de auditor¨ªa de los diversos organismos de inteligencia franceses. Una deber¨¢ analizar, hasta finales de mes, si los instrumentos de detecci¨®n de radicalizaci¨®n funcionaron en el caso de Harpon. La segunda misi¨®n, que durar¨¢ hasta finales de a?o, afecta a todos los integrantes de los ¡°servicios de inteligencia especialmente implicados en la lucha antiterrorista¡± y, adem¨¢s de reevaluar ¡°toda situaci¨®n individual que lo justifique¡±, deber¨¢ tambi¨¦n ¡°verificar¡± todos los instrumentos y mecanismos de ¡°detecci¨®n, denuncia y tratamiento¡± de radicalizaci¨®n.
En total, el ¡°periplo asesino¡± dur¨® siete minutos, explic¨® Ricard. Pero su preparaci¨®n tuvo lugar, cuando menos, unas horas antes. El atacante, de 45 a?os, 20 de ellos al servicio de la polic¨ªa, ingres¨® a las 8.55 de la ma?ana del jueves a la prefectura. Tres horas m¨¢s tarde el asesino, que sufr¨ªa una sordera debido a una meningitis, sali¨® de las dependencias para ir a una tienda, donde adquiri¨® dos cuchillos, continu¨® el fiscal. Se trata de un cuchillo de cocina met¨¢lico ¡ªy no de cer¨¢mica, como trascendi¨® en un primer momento¡ª de 33 cent¨ªmetros, y un segundo cuchillo para abrir ostras. Antes de volver a entrar en la prefectura, ¡°disimul¨®¡± las armas en su cuerpo. Durante todo ese tiempo, subray¨® Ricard, Harpon no mostr¨® ning¨²n signo de encontrarse en un ¡°estado febril¡±.
Minutos antes de las 13.00, hab¨ªa vuelto a su escritorio. Desde que entr¨® en la sede policial parisina, en 2003, Harpon trabajaba como auxiliar en los servicios de mantenimiento inform¨¢tico de la direcci¨®n de inteligencia de la polic¨ªa y, por tanto, con acceso a informaciones sensibles, como datos sobre la radicalizaci¨®n de sospechosos. Ese es otro de los elementos que han provocado las cr¨ªticas de la oposici¨®n, que se pregunta c¨®mo no salt¨® ninguna alarma en todo este tiempo. El asesino no permaneci¨® mucho tiempo sentado en su mesa. Solo unos minutos m¨¢s tarde, volvi¨® a levantarse y comenz¨® la matanza.
Siete minutos de "periplo asesino"
Durante los 7 minutos que dur¨® el ataque, Harpon alcanz¨® a asesinar a cuatro personas, tres hombres y una mujer, y herir gravemente a otra. La autopsia realizada a las dos primeras v¨ªctimas demuestra la ¡°extrema violencia¡± del ataque, en el que provoc¨® una ¡°profunda incisi¨®n en la garganta¡± a un agente de 50 a?os y numerosas cuchilladas en la zona del t¨®rax y del abdomen al segundo funcionario muerto, dijo el fiscal antiterrorista. Inmediatamente despu¨¦s, Harpon entr¨® en otra oficina de su planta, donde asest¨® varias cuchilladas mortales a un agente administrativo de 37 a?os. Tras intentar, en vano, acceder a otra oficina donde almorzaban otros tres funcionarios, Harpon baj¨® por las escaleras, donde acuchill¨® mortalmente a otro agente de 39 a?os. Ya en la planta baja, hiri¨® gravemente en la garganta, de nuevo, a una adjunta administrativa que sin embargo ha salido ya de peligro, dijo Ricard. Finalmente, sali¨® al patio de la prefectura, donde un joven polic¨ªa reci¨¦n incorporado al servicio lo acab¨® abatiendo de varios disparos.
¡°Las investigaciones van a continuar para determinar con m¨¢s precisi¨®n los motivos de este acto y la personalidad del autor¡±, adelant¨® el fiscal antiterrorista.
?Un caso ¨²nico o un problema mayor?
Pero m¨¢s all¨¢ de este terrible ataque, la pregunta que se hacen muchos franceses es si se trata de un caso aislado o si hay un problema mayor de radicalizaci¨®n en el seno de las fuerzas de seguridad p¨²blicas. Y la respuesta que dio este s¨¢bado el diputado conservador ?ric Diard es inquietante. ¡°Tenemos unos 150.000 polic¨ªas y hay una treintena susceptibles de ser radicalizados¡±, dijo el coautor de un informe parlamentario sobre la radicalizaci¨®n del servicio p¨²blico en la emisora RTL. Aunque esta situaci¨®n no significa necesariamente una radicalizaci¨®n ¡ªpuede tratarse sencillamente de que un familiar o amigo est¨¦ pr¨®ximo a c¨ªrculos fundamentalistas, explic¨®¡ª lo habitual es relegar a un puesto administrativo de baja categor¨ªa a esas personas. Seg¨²n Diard, de los 43.000 agentes de la prefectura de polic¨ªa, ¡°15 personas est¨¢n siendo vigiladas por radicalizaci¨®n¡±.
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