La batalla de Culiac¨¢n
La tarde del jueves el Gobierno mexicano intent¨® capturar al hijo de El Chapo Guzm¨¢n en su tierra, en su casa y entre su gente, y la respuesta fue brutal
Culiac¨¢n rondaba los 32 grados y luc¨ªa el sol veraniego que lo acompa?a todo el a?o cuando la capital del narco mexicano se ti?¨® de sangre y p¨¢nico. La tarde del jueves el Gobierno mexicano intent¨® capturar a los hijos de Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n en su tierra, en su casa y entre su gente,?y la respuesta fue brutal. Durante cuatro horas, la capital de Sinaloa vivi¨® lo que se conoce como la batalla de Culiac¨¢n, una de las p¨¢ginas m¨¢s violentas y torpes en la gesti¨®n de una crisis del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador que en poco m¨¢s de un mes cumple casi un a?o en el poder.
A las 2.45 de la tarde, 30 soldados y polic¨ªas antinarc¨®ticos localizaron a?Ovidio Guzm¨¢n, uno de los hijos de El Chapo Guzm¨¢n y uno de los herederos de su imperio. El batall¨®n, agachado y con el fusil en la mano, rode¨® la mansi¨®n de altos muros y varias construcciones en su interior donde hab¨ªa cuatro personas, entre ellas el hijo del que fuera el capo m¨¢s poderoso del mundo, sentenciado en julio a cadena perpetua en Nueva York.
No hab¨ªan pasado ni unos minutos desde que llegaron los soldados a la residencia cuando son¨® la alarma en el cartel de Sinaloa y decenas de camionetas pick-up con hombres armados hasta los dientes, incluso con ametralladoras instaladas en la carrocer¨ªa del veh¨ªculo, tomaron la ciudad, cuna de algunas de las grandes sagas del narcotr¨¢fico mexicano que, precisamente por eso, est¨¢ acostumbrada a la vida tranquila y relajada de provincias.
En cuesti¨®n de minutos las balaceras se multiplicaron y comenzaron a arder veh¨ªculos militares en las principales avenidas mientras la poblaci¨®n transmit¨ªa en tiempo real,?a trav¨¦s de las redes sociales, las im¨¢genes de hombres ensangrentados sobre el asfalto, r¨¢fagas, veh¨ªculos calcinados y escenas de p¨¢nico de madres protegiendo a sus hijos junto a los colegios.
Durante cuatro horas, la imponente caravana de hombres armados y chalecos antibala al servicio de uno de los carteles m¨¢s peligrosos del mundo, recorr¨ªa la ciudad atacando al Ej¨¦rcito hasta hacerlo retroceder mientras la poblaci¨®n se reclu¨ªa en su oficina, se met¨ªa bajo las mesas en la cantina o descend¨ªa del veh¨ªculo y pon¨ªa ¡®cuerpo a tierra¡¯ con las manos en la cabeza repitiendo un protocolo de seguridad que en el norte de M¨¦xico se ense?a en muchas escuelas.
A las seis de la tarde, junto al edificio de la Fiscal¨ªa hab¨ªa dos muertos, cuatro veh¨ªculos destrozados a balazos y tres camiones ardiendo. En la avenida ?lvaro Obreg¨®n, tres veh¨ªculos militares ardiendo y m¨¢s adelante, en Universitarios, otros dos m¨¢s. Dos calles hacia el Norte dos coches particulares fueron agujereados hasta la extenuaci¨®n.
El fot¨®grafo C¨¦sar Ernesto, que vivi¨® los tiroteos muy cerca del lugar, explic¨® nervioso a EL PA?S: "Hubo cuatro balaceras simult¨¢neas y decidimos resguardarnos en la redacci¨®n¡±. ¡°Las redes sociales comenzaron a contar que estaban llegando camionetas de lugares cercanos como Sonora, Chihuahua y Durango. Al caer la noche, la ciudad qued¨® completamente desierta, los veh¨ªculos segu¨ªan ardiendo¡±, record¨®. Las redes relataron que gran parte de esas camionetas armadas hasta el techo con lanzagranadas llegaron de Badiraguato, la tierra natal de El Chapo Guzm¨¢n, a 80 kil¨®metros de distancia, para rescatar al hijo.
En medio del p¨¢nico, en la c¨¢rcel de Culiac¨¢n se produjo un mot¨ªn y 45 presos escaparon de la prisi¨®n. Como si fuera una pel¨ªcula de terror las im¨¢genes muestran a algunos de los tipos m¨¢s peligrosos del pa¨ªs corriendo entre los veh¨ªculos, deteni¨¦ndolos y huyendo en ellos.?
Sobre lo que sucedi¨® con la detenci¨®n de Ovidio Guzm¨¢n, el Gobierno y el Ej¨¦rcito han admitido el fracaso de un operativo que fue "precipitado y mal planeado¡±, que ¡°no midi¨® las consecuencias¡± que iba a provocar, reconoci¨® el Ej¨¦rcito, poco dado a admitir derrotas tan humillantes. El ministro de Seguridad P¨²blica, Alfonso Durazo, confirm¨® que llegaron a capturar a Ovidio pero que ante la gravedad de los hechos y el peligro de masacre decidieron dejarlo en libertad. ¡°Lo anterior gener¨® que varios grupos de la delincuencia organizada rodearan la vivienda con una fuerza mayor a la de la patrulla (...) con el prop¨®sito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad acordamos suspender dichas acciones¡±, admiti¨®.
La prensa difundi¨® una foto, supuestamente tomada por las autoridades, para confirmar la detenci¨®n del peque?o de los Guzm¨¢n, sin esposar y el ment¨®n levantado con aire altivo. Audios presuntamente interceptados al crimen organizado exhiben las voces de los sicarios exigiendo la liberaci¨®n del patr¨®n bajo la amenaza de que empezar¨ªan a ejecutar a los ocho militares que ten¨ªan secuestrados. ¡±Se te est¨¢ hablando bien, su¨¦ltalo y vete tranquilo, y no se te va a hacer nada, si no te va a cargar la verga¡±, ordena un arrogante sicario a los militares con los que estaba negociando.
Este viernes no hubo colegios, no abri¨® ning¨²n comercio, se suspendieron los vuelos y la ciudad amaneci¨® casi desierta. Culiac¨¢n hac¨ªa recuento tras una batalla con un balance propio de otras latitudes: 8 muertos, 16 heridos, 19 bloqueos de calles con camiones, 14 enfrentamientos entre ej¨¦rcito y sicarios, 8 soldados capturados y luego liberados y 68 veh¨ªculos militares con impactos de armas de fuego. Es el balance de una batalla en un pa¨ªs que bate cifras r¨¦cord de homicidios desde la Revoluci¨®n.?
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