Los usos del debate
Da la sensaci¨®n de fue dise?ado para generar clips de treinta segundos que puedan ser f¨¢cilmente diseminados v¨ªa portales de noticias, Twitter e Instagram
El domingo por la noche transcurri¨® el segundo debate presidencial. Este ser¨¢ probablemente el ¨²ltimo, salvo en el caso de que se reviertan los resultados de las elecciones primarias del 11 de agosto pasado, en las cuales el actual presidente Mauricio Macri obtuvo 15 puntos menos que su challenger, Alberto Fern¨¢ndez. El debate no dej¨® grandes sorpresas ya que cada candidato hizo el juego que le conven¨ªa y no hubo ni grandes aciertos ni inmensos desastres. Justamente por esto mismo, es muy poco probable que el evento logre que un n¨²mero importante de personas revisen o alteren sus votos.
El debate en s¨ª estuvo condicionado por un formato r¨ªgido, en el cual los periodistas invitados le nombraban a los candidatos un tema general ("vivienda", "pobreza") y, al cumplirse el tiempo estipulado, los cortaban sin contemplaci¨®n. Cada hablante poco pod¨ªa decir salvo cuatro o cinco frases generales sobre el tema en particular. Da la sensaci¨®n de que el debate fue dise?ado no para ser mirado en directo sino para su distribuci¨®n ulterior: para generar clips de treinta segundos que puedan ser f¨¢cilmente diseminados v¨ªa portales de noticias, Twitter e Instagram.
Alberto Fern¨¢ndez se comport¨® como el equipo de f¨²tbol que se fue al descanso de medio tiempo ganando dos a cero: su preocupaci¨®n fue no cometer errores y mostrarse ¡°presidenciable.¡± Busc¨® mostrarse tranquilizador y llevar un mensaje de calma. Sin lugar a dudas, esto no ser¨¢ suficiente para convencer a aquellos que desconf¨ªan de la historia del candidato bajo dos presidentes kirchneristas, pero dada su ventaja en las PASO, tampoco ten¨ªa necesidad de hacerlo. Jos¨¦ Luis Espert y Juan Jos¨¦ G¨®mez Centuri¨®n mostraron diferencias de estilo y enunciaci¨®n m¨¢s que de fondo: la coincidencia de sus propuestas de libertad empresarial a ultranza, desarme del estado de bienestar argentino y represi¨®n estatal contra sindicatos, docentes y piqueteros fue casi total. Ellos tambi¨¦n cumplieron su objetivo: ser un futuro Bolsonaro, si las circunstancias lo permiten. Nicol¨¢s del Ca?o tambi¨¦n se diferenci¨® de Macri y de Fern¨¢ndez, plante¨® reivindicaciones hist¨®ricas de la izquierda argentina (¡°que los diputados, senadores y jueces ganen como un maestro¡±) y algunas nuevas (la legalizaci¨®n del consumo de marihuana); fue llamativo que su discurso antisindical son¨® por momentos similar al de Espert y Centuri¨®n. Roberto Lavagna sigue sin poder responder al ¡°para qu¨¦¡± de su campa?a.
P¨¢rrafo aparte para el presidente Mauricio Macri, quien para seguir la met¨¢fora anterior, entr¨® perdiendo dos a cero. Estuvo m¨¢s agresivo, suelto y enfocado que en el primer debate, y esto seguramente cumpli¨® sus objetivos.
Sin embargo, esta misma agresividad y soltura hablan del momento actual del oficialismo. Macri habl¨® durante las dos horas como si hubiera vuelto a ser el candidato opositor que gan¨® los debates en 2015. Su discurso fue total antikirchnerismo, todo el tiempo. Sus cr¨ªticas ni siquiera estuvieron dirigidas en su mayor¨ªa a Alberto Fern¨¢ndez, sino que se centraron en repasar los gobiernos de N¨¦stor Kirchner y Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. No intent¨® explicar ninguna de las cuestiones que desencantaron a los electores con su gobierno: ni la inflaci¨®n, ni el aumento del precio de los alimentos, ni la suba del desempleo. Todos los sondeos muestran que el estado de la econom¨ªa es la preocupaci¨®n principal de m¨¢s de la mitad de los y las electores, pero Macri eligi¨® denunciar las falencias del gobierno que culmin¨® hace cuatro a?os. Este rol cuasi opositor se reforz¨® cuando present¨® propuestas, ya que las modaliz¨® al prometer que ser¨ªan implementadas el primero de enero de 2020. ?Por qu¨¦ no implementarlas ma?ana mismo, si es Gobierno?
Todo esto refuerza la sensaci¨®n de que Mauricio Macri no est¨¢ realmente pensando en dar vuelta el resultado de las PASO (para lo cual tendr¨ªa que hablarle al votante medio), sino en fidelizar a su 30% de votantes convencidos, impedir su dispersi¨®n, y consolidarlos como n¨²cleo de la ¡°resistencia¡±. As¨ª se entiende por qu¨¦ Macri pas¨® de hablar en contra de ¡°ustedes¡± (habl¨¢ndole directamente a Alberto Fern¨¢ndez y ¡°los kirchneristas¡±) a hablar de ¡°ellos¡± ("ellos son as¨ª¡±.) La centralidad del eje yo-t¨² y la exclusi¨®n total de un tercero definido como no-persona intenta reforzar un ¡°nosotros¡± centrado en la lealtad personalista a ¨¦l mismo.
Y tal vez ¨¦sta sea la clave, finalmente, no s¨®lo de este debate sino de los cuatro a?os de gobierno de Mauricio Macri. El actual presidente fue un agresivo, articulado y eficaz opositor al kirchnerismo; una vez en el gobierno, nunca mostr¨® comodidad y fluidez en su discurso para hablarle a la totalidad del pa¨ªs sobre las minucias de la pol¨ªtica p¨²blica y de la administraci¨®n estatal. Las sucesivas crisis que erosionaron su gobierno fueron explicadas como eventos ex¨®genos (¡°la crisis de abril¡±) que fueron motivos de sufrimiento personal (¡°soy el primero en saber que no son tiempos f¨¢ciles¡±) antes que problemas t¨¦cnico-pol¨ªticos de cuya resoluci¨®n ¨¦l, como Presidente, es responsable. Tal vez Macri este volviendo al rol que m¨¢s le sienta.
*Mar¨ªa Esperanza Casullo es doctora en ciencia pol¨ªtica de la Universidad de Georgetown y trabaja como profesora regular de la Universidad Nacional de R¨ªo Negro, Argentina
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