¡°O nos ocupamos todos de la seguridad o nos carga la chingada¡±
La matanza de seis ni?os y tres mujeres de la familia LeBar¨®n llama a la acci¨®n al hombre que encabez¨® el Movimiento por la paz de 2011
Javier Sicilia (Ciudad de M¨¦xico, 1956) consume un cigarro tras otro durante una hora de entrevista. Sicilia tambi¨¦n se ha consumido como creador. Antes era conocido como poeta hasta que la tragedia llam¨® a su vida en los a?os m¨¢s oscuros de M¨¦xico. Su hijo Juan Francisco, de 24 a?os, fue asesinado junto a otros seis amigos en marzo de 2011 en el Estado de Morelos (centro del pa¨ªs). El crimen sec¨® la poes¨ªa dentro de Sicilia y lo movi¨® a erigirse en la principal voz de un coro compuesto por cientos de v¨ªctimas que marcharon en caravana por todo el pa¨ªs para exigir el fin de la violencia. En 2016 escribi¨® la que dice su ¨²ltima novela, El Deshabitado. A¨²n le queda la vida de activista. El terrible homicidio de seis ni?os y tres mujeres de la familia LeBar¨®n en los l¨ªmites de Sonora y Chihuahua lo llama a la acci¨®n. Sicilia, hoy exfuncionario universitario, prepara su vuelta a las calles para alertar nuevamente que el pa¨ªs no ha puesto freno en su descenso en el horror.
Pregunta. ?Pens¨® tras el asesinato de su hijo y la caravana por la paz que iba a volver a estar bajo los reflectores?
Respuesta. No, yo pensaba que por lo que se hizo y el entendimiento de la clase pol¨ªtica pues iba a ir atenuando el asunto, pero fue creciendo. Segu¨ª tratando de articular alg¨²n proyecto contra la violencia porque ve¨ªamos que la cosa segu¨ªa y avanzaba, hasta que pasa esta tragedia de la familia LeBar¨®n, que vuelve a poner en evidencia la dimensi¨®n del horror que se ha acumulado y que sigue a lo largo de estos nueve a?os de que existe el Movimiento por la paz con justicia y dignidad.
P. En una carta a Juli¨¢n LeBar¨®n dice que en 2011 pensaron que pod¨ªan detener el horror. ?Se ha dado por vencido?
R. Mi imagen est¨¢ muy desgastada por el uso mezquino y faccioso de las redes. No tengo la capacidad de convocar como la tuve en ese momento, pero la tragedia me obliga a hacer algo.
P. ?En qu¨¦ est¨¢ pensando?
R. No me queda m¨¢s remedio que volver a salir a las calles, pedirle a la ciudadan¨ªa que salga tambi¨¦n, que ocupe los espacios p¨²blicos que nos est¨¢ quitando el crimen organizado. Ya no queda tiempo para enfrentar este horror y cambiar la estrategia.
P. ?Por qu¨¦ cree que L¨®pez Obrador sigue con la misma estrategia de seguridad que los Gobiernos anteriores?
R. La verdad es que no lo entiendo. Creo que Andr¨¦s Manuel no dimensiona el tama?o del monstruo que recibi¨® y tiene que enfrentar. Antes de los di¨¢logos con los candidatos yo estuve con Andr¨¦s Manuel y un colaborador del movimiento, un experto en estas cuestiones, Jacobo Dayan. Estuvimos en las oficinas de Alfonso Romo. La palabra de Andr¨¦s Manuel fue: ¡°Yo s¨¦ c¨®mo afrontar los problemas del pa¨ªs. De esto de las v¨ªctimas e inseguridad no lo s¨¦, ay¨²denme¡± ¡
P. ?En qu¨¦ fecha fue?
R. En marzo o abril [de 2018]. Entonces ¨¦l me dijo: ¡°Ven a trabajar conmigo¡±. Yo le dije: ¡°No, estoy mejor afuera porque no me voy a plegar a pol¨ªticas que no se correspondan. Es mejor que me tengas como un cr¨ªtico aliado. Yo no soy el experto, pero traigo a los expertos adecuados para este tipo de cosas¡±. Despu¨¦s, la forma como se ha expresado en las ma?aneras con respecto al crimen organizado, trat¨¢ndolos como si fueran unos ni?os en fase anal: ¡°fuchi¡±, ¡°gu¨¢cala¡±. O como si fueran adolescentes malcriados de una preparatoria: ¡°Los voy a acusar con sus pap¨¢s¡±. Pues lo que muestra es que no tiene idea.
P. Durante el sexenio de Enrique Pe?a Nieto la izquierda pens¨® que el cambio vendr¨ªa principalmente por la desmilitarizaci¨®n. Usted dice que esto no es suficiente.
Creo que Andr¨¦s Manuel no dimensiona el tama?o del monstruo que recibi¨® y tiene que enfrentar
R. No, claro que no es suficiente. Necesitamos una pol¨ªtica de Estado y justicia transicional. En primer lugar, aceptar que estamos en un estado de emergencia nacional, que hay una profunda tragedia humanitaria y que no podemos solos. Es llamar a la comunidad internacional, yo hablar¨ªa de la ONU con los cascos azules, y arropar una comisi¨®n de la verdad dividida en todos los estados y empezar a traer ante ella a aquellos que sabemos colaboraron por omisi¨®n o comisi¨®n en el desastre que estamos viviendo.
P. ?Debe dialogarse con el narcotr¨¢fico?
R. Fue una posibilidad con Calder¨®n. La estrategia de Calder¨®n de alguna forma se repite. Fue sacar al Ej¨¦rcito, una idiotez, como si la droga fuera un problema de seguridad nacional y no de salud p¨²blica. Obligas a estos empresarios de la droga, ilegales, a armarse y defenderse con sicarios, con el flujo de armas que pasa en la frontera. En ese entonces pasaban 2.000 armas diarias. Y despu¨¦s hacen la idiotez de descabezar a quienes controlan la droga. Lo que tienes ahora en el pa¨ªs es un crimen organizado atomizado. Entonces, ?con qui¨¦n vas a hablar?
P. Usted ha escrito que espera muy poco de este Gobierno y que muchos simpatizantes de la izquierda necesitan decepcionarse y el triunfo de L¨®pez Obrador es una garant¨ªa de eso.
R. S¨ª, lo sigo creyendo y ah¨ª est¨¢ que no me he equivocado. El triunfo de Andr¨¦s Manuel es la decepci¨®n nuestra. ?Qu¨¦ quiero decir con esto? Vivimos una crisis civilizatoria profunda e in¨¦dita. Lo que necesitamos es un pacto social de otra naturaleza para empezar a caminar a la construcci¨®n de algo que no regrese al pasado. Las formas institucionales que nacieron de la revoluci¨®n industrial, la Ilustraci¨®n y las revoluciones francesa y norteamericana se desfondaron.
Vivimos una crisis civilizatoria profunda e in¨¦dita
P. ?No cree que un fracaso de este Gobierno beneficiar¨ªa a la derecha m¨¢s recalcitrante?
R. Es muy probable. Los fracasos de Andr¨¦s Manuel, sobre todo de la seguridad, los est¨¢ capitalizando muy brutalmente la derecha para golpearlo, desprestigiarlo profundamente. Todo depende de Andr¨¦s Manuel. Lleva un a?o, puede virar la nave si hace caso a aquellos que somos cr¨ªticos suyos, no sus enemigos.
P. Usted ha tenido varios desencuentros con ¨¦l. ?No le perdon¨® llamar a votar en blanco en 2012?
R. No me perdon¨® como tampoco perdona a los zapatistas. Andr¨¦s Manuel, a veces, no olvida. Y es grave no olvidar agravios. Yo insisto en que seguir convalidando las elecciones es seguir sosteniendo el infierno. Soy de la idea de un pacto social. El pueblo debe dar la espalda a un tipo de democracia que ya no funciona.
P. ?C¨®mo va el caso de Juanelo, su hijo?
R. Pues llevan ocho a?os en el proceso de una c¨¦lula con m¨¢s de 20 implicados en ese crimen atroz, que es una masacre. A¨²n no hay sentencias. Hace poco estuve en la Fiscal¨ªa. Me dijeron que ya se hab¨ªan pasado los tiempos de los jueces para llegar a las sentencias. A m¨ª lo que me da miedo es que digan que no hay materia o que por alguna argucia t¨¦cnica, alguna estupidez, los dejen salir. Esto es Kafka.
P. Y el caso fue considerado de alto perfil.
R. Es un caso emblem¨¢tico. Si esto est¨¢ as¨ª, imag¨ªnese c¨®mo est¨¢n los casos de decenas de miles de v¨ªctimas a las cuales ni siquiera se sabe qui¨¦n hizo el crimen. Cuando Andr¨¦s Manuel empez¨® su campa?a con la amnist¨ªa, ?qu¨¦ va a amnistiar si no tenemos un gramo de verdad? ?Qu¨¦ va a amnistiar si no tenemos un gramo de justicia? La amnist¨ªa no es asunto del Estado. El asunto del Estado es la verdad y la justicia.
P. Usted escribi¨® hace algunos a?os que no pod¨ªa ver las fotograf¨ªas de su hijo porque sent¨ªa una inmensa verg¨¹enza de seguir vivo. ?Ha cambiado ese sentimiento?
R. Ya puedo ver a mi hijo en fotos, pero el sentimiento no se me quita. Sigue siendo un acto injusto, innatural. En estas condiciones, me debi¨® haber enterrado ¨¦l a m¨ª, no yo a ¨¦l. Eso me duele, me averg¨¹enza mucho. Lo de los LeBar¨®n me duele igual. Esas ni?as, esas mujeres, esas madres llenas de esperanza, que apenas empezaron a habitar el mundo son arrasadas por la irracionalidad, la barbarie demoniaca.
P. ?Est¨¢ listo para convertirse en un objeto de golpeo del presidente? Ya dijo el otro d¨ªa que tiene diferencias con usted.
R. S¨ª, las tenemos, pero en el orden de esto no puede haber diferencias. O nos ocupamos entre todos y bien, cueste lo que cueste, dinero, sacrificio, o nos lleva la chingada. La otra es el infierno, el camino que lentamente nos arroja al infierno. Y el infierno no tiene fondo. Es tan ancho y profundo como queremos que sea.
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