Hay amenaza islamista, s¨ª. Pero tambi¨¦n islamofobia y antisemitismo
Proliferan en el continente s¨ªntomas de intolerancia que necesitan respuestas contundentes
Londres sufri¨® ayer lo que la polic¨ªa brit¨¢nica considera un ataque terrorista. Anoche, la investigaci¨®n no hab¨ªa esclarecido todav¨ªa la motivaci¨®n del atentado. Debido a sus caracter¨ªsticas, muchos ciudadanos habr¨¢n inferido una inspiraci¨®n islamista. Corresponde a la justicia brit¨¢nica establecer lo que ocurri¨®. Al margen de las que sean las conclusiones de la investigaci¨®n sobre este episodio en concreto, y pese a que en los ¨²ltimos a?os la intensidad del terrorismo islamista en Europa haya descendido, es evidente que este sigue siendo una amenaza muy grave. El retorno de combatientes del antiguo califato del ISIS acent¨²a los riesgos. Esto, sin embargo, no debe reducir la atenci¨®n sobre otros riesgos que se ciernen sobre Europa: antisemitismo e islamofobia.
En Alemania, el mes pasado, en el d¨ªa de Yom Kippur, un hombre mat¨® a dos personas en un ataque cerca de una sinagoga. En Francia, a finales de octubre, otro atacante -que fue candidato del Frente Nacional- intent¨® prender fuego a una mezquita en Bayona y tirote¨® a dos personas que le sorprendieron en el acto. En Italia, desde este mes de noviembre la senadora Liliana Segre, superviviente de Auschwitz de 89 a?os, tiene que moverse con escolta en raz¨®n de las amenazas que recibe.
Esta misma semana, b¨ªpedos cobardes aprovecharon la oscuridad de la noche para arrojar tinta negra sobre las placas de calles reci¨¦n renombradas en Roma. Una est¨¢ dedicada a Nella Mortara, destacada f¨ªsica jud¨ªa que trabajaba en el entorno de Enrico Fermi y que perdi¨® su puesto debido a las infames leyes raciales del fascismo; la otra a Mario Carrara, uno de los poqu¨ªsimos acad¨¦micos italianos que se negaron a firmar el juramento de lealtad al fascismo. La nueva toponimia sustitu¨ªa otra dedicada a Arturo Donaggio, uno de los cient¨ªficos que suscribieron el manifiesto de la raza de 1938.
Los virus del antisemitismo y la islamofobia recorren el cuerpo social europeo y parecen infectar de forma cada vez m¨¢s evidente la pol¨ªtica. Tambi¨¦n esta semana, el rabino jefe de las Comunidades Jud¨ªas Ortodoxas de la Commonwealth lanz¨® en plena campa?a electoral brit¨¢nica demoledoras acusaciones contra el partido laborista. En una carta dirigida al peri¨®dico The Times, Ephraim Mirvis sostiene que la comunidad jud¨ªa observa ¡°con angustia¡± la posibilidad de que ese partido pueda alcanzar el poder, sostiene que el veneno racista se ha asentado en la formaci¨®n con la connivencia de la c¨²pula del mismo. Se trata solo del ¨²ltimo episodio de una larga serie de pol¨¦micas que han afectado al laborismo en materia de antisemitismo. La dirigencia del partido rechaza tajantemente las acusaciones.
Por otra parte, los tories son objeto, en materia de islamofobia, de acusaciones similares a las que conciernen al labour sobre el antisemitismo. A diferencia de Jeremy Corbyn, Boris Johnson s¨ª acept¨® esta semana pedir disculpas por el da?o causado por los brotes en su partido de actitudes intolerantes hacia los musulmanes. Reino Unido ha vivido en los ¨²ltimos a?os m¨²ltiples episodios de ataques contra musulmanes, cerca de mezquitas o centros isl¨¢micos.
En Alemania, hoy y ma?ana, el partido ultraderechista AfD celebra un congreso en el que el ala m¨¢s dura de la formaci¨®n podr¨ªa hacerse con el control o al menos cristalizar su creciente peso dentro de la misma. Las declaraciones de algunos de sus dirigentes han bordeado, en estos ¨²ltimos a?os, el antisemitismo. Tambi¨¦n en Alemania el pol¨ªtico de origen turco Cem Ozdemir ha recibido recientemente serias amenazas. Y, significativamente, el ataque de octubre en las inmediaciones de una sinagoga en Halle tambi¨¦n golpe¨® a un establecimiento de kebab, s¨ªmbolo generalmente vinculado a las sociedades musulmanas.
Los riesgos son m¨²ltiples. Conviene mantener la guardia alta en todas las direcciones.
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