El camino hacia la unificaci¨®n de Irlanda
Los resultados de las elecciones generales brit¨¢nicas, en las que los republicanos cat¨®licos superaron por un diputado a los unionistas protestantes, reavivan la idea de un solo pa¨ªs
Creen muchos pol¨ªticos en Irlanda del Norte, de uno y otro bando, que los conservadores nunca han llegado a entender la caja de los truenos que estaban abriendo con el Brexit. La idea de alterar, aunque fuera m¨ªnimamente, el delicado equilibrio alcanzado en los Acuerdos de Paz de Viernes Santo con una nueva frontera entre las dos Irlandas agit¨® las aguas de este territorio. Pero sobre todo, la perspectiva de que los norirlandeses ¡ªacostumbrados ya a convivir sin problema con un alma brit¨¢nica o irlandesa¡ª?se vean arrebatados de repente de su pasaporte europeo ha resucitado el debate sobre la reunificaci¨®n. Mucho m¨¢s, despu¨¦s de que en las elecciones generales del pasado 12 de diciembre los partidos republicanos (partidarios de una sola Irlanda) lograran por primera vez superar a los unionistas (favorables a permanecer en el Reino Unido). El Sinn F¨¦in y el SDLP obtuvieron nueve diputados, frente a los ocho del DUP.
?Cu¨¢l ser¨ªa el mecanismo constitucional para poner en marcha la unificaci¨®n?
El Acuerdo de Viernes Santo. El reparto del poder entre republicanos y unionistas en el laborioso acuerdo de paz de 1998 estableci¨® una doble llave para cualquier decisi¨®n, como modo de comprometer a ambas partes en la reconstrucci¨®n de Irlanda del Norte y de la necesaria reconciliaci¨®n.
Un nuevo Gobierno aut¨®nomo y una Asamblea territorial en Stormont (Belfast) echaron a andar. Pero el cambio constitucional que trajo el texto contemplaba la posibilidad futura de que, en alg¨²n momento, la voluntad democr¨¢tica de los norirlandeses impulsara la reunificaci¨®n de Irlanda. De un modo claro en el esp¨ªritu, pero ambiguo en el procedimiento, dej¨® en manos del ministro para Irlanda del Norte la decisi¨®n de abrir esa v¨ªa.
"Si en alg¨²n momento le parece que exista una mayor¨ªa del censo electoral que expresara un deseo de que Irlanda del Norte dejara de formar parte del Reino Unido y pasara a formar parte de una Irlanda unida", dice el acuerdo, el ministro tendr¨ªa capacidad, a trav¨¦s de un decreto ley, de permitir un nuevo refer¨¦ndum.
En 1973 se rechaz¨® ya abrumadoramente esta posibilidad, pero con una consulta de dudosa validez. Los partidos republicanos, respaldados por la comunidad cat¨®lica, boicotearon el refer¨¦ndum. Solo votaron los unionistas protestantes. La participaci¨®n fue del 59%. Un 99% de los consultados respald¨® la permanencia en el Reino Unido.
?C¨®mo se determina si hay voluntad de votar?
No est¨¢ definido por ley, y de momento la cuesti¨®n ha permanecido reducida al ¨¢mbito acad¨¦mico. La Unidad Constitucional, un prestigioso centro de pensamiento adscrito a la Universidad de Londres, ha sugerido como criterios indicativos una mayor¨ªa constante y s¨®lida en los sondeos de opini¨®n, una mayor¨ªa de cat¨®licos en el censo electoral norirland¨¦s, una mayor¨ªa de fuerzas republicanas en la Asamblea de Stormont o una votaci¨®n directa sobre el asunto en ese Parlamento auton¨®mico. Hay cierto consenso en que estas dos ¨²ltimas ser¨ªan las se?ales m¨¢s claras.
El problema reside en que hace m¨¢s de tres a?os que ni el Parlamento ni el Gobierno norirland¨¦s se re¨²nen. La tensi¨®n entre republicanos y unionistas con sus continuos reproches han paralizado la autonom¨ªa pol¨ªtica del territorio. Londres ha recuperado las competencias y solo en los ¨²ltimos d¨ªas se han reanudado las conversaciones para volver a poner en funcionamiento las instituciones aut¨®ctonas.
El contenido de la pregunta
De celebrarse un refer¨¦ndum, el ministro para Irlanda del Norte debe establecer con claridad la fecha, el censo de electores y el contenido exacto de la pregunta. La consulta estar¨ªa regulada por la Ley de Partidos Pol¨ªticos, Elecciones y Referendos del a?o 2000, aprobada por Westminster. La Comisi¨®n Electoral del Reino Unido tendr¨ªa autoridad plena para validar la "inteligibilidad" de la propuesta. La ley establece que no podr¨¢ proponerse una nueva consulta en los siete a?os posteriores a una anterior.
?Solo vota Irlanda del Norte?
No. Los Acuerdos de Viernes Santo establecen claramente que cualquier decisi¨®n sobre la unificaci¨®n de Irlanda debe ser respaldada por la ciudadan¨ªa de la Rep¨²blica de Irlanda y por la de Irlanda del Norte. La Constituci¨®n de Irlanda permite la celebraci¨®n de referendos ordinarios o para su propia reforma. Sin embargo, el panorama es confuso en el caso de la reunificaci¨®n. La doctrina academia ha sugerido una doble v¨ªa; una primera consulta sobre el "principio de reunificaci¨®n"; y una segunda para aprobar la reforma constitucional que tal decisi¨®n acarrear¨ªa.
?Hay voluntad de cambio?
Es arriesgado trasladar un resultado electoral como el del pasado 12 de diciembre a una consulta mucho m¨¢s intensa y trascendental como la reunificaci¨®n de Irlanda, en la que los porcentajes se interpretar¨¢n en toda su crudeza y no ser¨¢n convertidos en esca?os.
Los partidos republicanos lograron un diputado m¨¢s que los unionistas, pero la suma de su apoyo electoral (37,7%) es inferior a la de los segundos (42,3%). El Partido de la Alianza tuvo tambi¨¦n un gran resultado, con un 16,8% de los votos. Su mensaje interpartidista y no sectario cal¨® en una sociedad harta de las divisiones, pero en sus or¨ªgenes sigue siendo una formaci¨®n fundamentalmente a favor de la permanencia en el Reino Unido.
Los diferentes sondeos publicados hasta la fecha por los medios norirlandeses reflejan un apoyo muy moderado (apenas un cuarto del censo) a la idea de la reunificaci¨®n. La mayor¨ªa de los norirlandeses desean m¨¢s bien que se reanude un Gobierno aut¨®nomo que apenas ha tenido tiempo de demostrar su potencial.
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