Elizabeth Warren abandona la carrera dem¨®crata a la Casa Blanca
La senadora, que no logr¨® suficientes apoyos en las primarias, pide tiempo antes de entregar su valioso apoyo a alguno de los candidatos que quedan
La senadora Elizabeth Warren abandona la carrera presidencial. As¨ª lo ha confirmado la ya excandidata a las puertas de su casa en Cambridge (Massachusetts), acompa?ada de su marido y de su perro, en una comparecencia ante los periodistas en la que ha asegurado que no est¨¢ a¨²n preparada para anunciar a cu¨¢l de los aspirantes que siguen en la batalla apoyar¨¢.
Termina as¨ª una campa?a marcada por un programa meticuloso, con medidas bien definidas y desarrolladas para tirar del Partido Dem¨®crata hacia la izquierda. Warren, de 70 a?os, fue una de las primeras en presentar su candidatura para las primarias dem¨®cratas y lleg¨® a ser la favorita en los sondeos en oto?o del a?o pasado. Pero el contacto con la realidad de las urnas y los caucus fue malo para la aspirante: los decepcionantes resultados cosechados en las primeras citas (no pas¨® de tercera en ninguna de las cuatro primeras pruebas) fueron rematados por un Supermartes p¨¦simo para sus expectativas, en el que incluso qued¨® tercera Massachusetts, el Estado al que representa en el Senado.
Desde el mi¨¦rcoles se esperaba una decisi¨®n sobre la continuidad de una carrera que ya no ten¨ªa posibilidades de llevar a ning¨²n lado. Queda ahora saber a qui¨¦n entregar¨¢ su apoyo: al izquierdista Bernie Sanders, que ser¨ªa una decisi¨®n m¨¢s acorde a su programa, o al centrista Joe Biden, candidato en ascenso que, tras un arranque decepcionante, emerge ahora como el favorito de los votantes para derrotar a Trump. Ambos han hablado por tel¨¦fono con Warren despu¨¦s del martes. La senadora, en su comparecencia ante los periodistas, ha dicho que anunciar¨¢ a favor de qui¨¦n rema, pero ha pedido tiempo.
¡°Debo respirar profundamente y pensarlo bien¡±, ha dicho. ¡°Necesito esperar un poco m¨¢s". El apoyo de Warren ser¨ªa bueno para Biden pero vital para Sanders, cuyas expectativas, tras un arranque fort¨ªsimo, han quedado sacudidas por el empuje del ex vicepresidente el Supermartes.
Las primarias dem¨®cratas, que empezaron como una multitudinaria carrera que reflejaba la diversidad (racial, generacional y de g¨¦nero) del partido, se queda reducida, con la salida de Warren, a una batalla entre dos hombres blancos septuagenarios.
Warren irrumpi¨® en la escena pol¨ªtica tras el terremoto de la crisis financiera de 2008, convirti¨¦ndose en el azote de los excesos de Wall Street y el capitalismo salvaje. Valor¨® presentarse a las primarias de 2016 y finalmente se decidi¨® cuatro a?os m¨¢s tarde. Entr¨® en la carrera prometiendo poner frenos al desmesurado e incontrolado poder de las grandes corporaciones.
Empez¨® con fuerza y su declive fue paulatino. En octubre, mientras las dudas acechaban la campa?a de Sanders, que hab¨ªa sufrido un infarto en Las Vegas, Warren era la favorita. En diciembre, tocada por un debate en noviembre en el que fue el blanco de los ataques del resto de candidatos, se coloc¨® en el l¨ªmite entre los dos candidatos en cabeza y el resto del pelot¨®n. Invirti¨® mucho en los primeros Estados, con una campa?a sobre el terreno que era la envidia de sus rivales. Era buena en los debates, funcionaba en el contacto con los votantes. Pero los resultados no solo no llegaban, sino que iban a peor: tercera en Iowa, cuarta en New Hampshire, cuarta en Nevada, quinta en Carolina del Sur.
El poderoso auge de Sanders en el arranque del a?o fue expulsando a Warren de un carril de la izquierda que el senador por Vermont monopolizaba. Las propuestas elaboradas y detalladas de Warren provocaron entusiasmo entre una ¨¦lite progresista, blanca y universitaria, pero no conect¨® con la clase trabajadora ni logr¨® erosionar el poderoso movimiento juvenil que Sanders llevaba cuatro a?os construyendo.
La salida de Warren despeja definitivamente la pista de la izquierda para Bernie Sanders. Los seguidores del senador de Vermont le han reprochado a Warren que, al seguir con una carrera que ya no ten¨ªa posibilidades, priv¨® a Sanders de unas victorias en algunos Estados que habr¨ªan sido claves el Supermartes, algo que puede haber da?ado su camino a la nominaci¨®n. As¨ª se lo ha recordado tambi¨¦n a Warren el presidente Trump, tras conocerse que abandonaba. ¡°Le cost¨® al loco Bernie, al menos, Massachusetts, Minnesota y Texas. ?Probablemente le cost¨® la nominaci¨®n!¡±, ha tuiteado.
Al principio del proceso para encontrar al candidato dem¨®crata para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones del pr¨®ximo 3 de noviembre, los votantes ten¨ªan ante s¨ª a un destacado elenco de mujeres entre las que elegir, de diversas etnias, procedencias y cualificaciones. Cuatro senadoras, una congresista y hasta una escritora de autoayuda. Poco a poco, todas han ido cayendo. Kirsten Gillibrand, Kamala Harris, Marianne Williamson, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren. Hoy solo queda Tulsi Gabbard, congresista de Hawai, cuya presencia ¡ªsolo ha ganado un delegado en el territorio de Samoa Americana, donde naci¨®, y nunca ha superado el 2% en ninguna encuesta¡ª es poco menos que anecd¨®tica.
Warren se ha referido al posible impacto del sexismo en su campa?a, y ha asegurado que volver¨¢ sobre ello en el futuro. ¡°Si dices que s¨ª, que hubo sexismo en la carrera, te llaman quejica. Si dices que no, que no hubo sexismo, millones de mujeres piensan: ¡®?En qu¨¦ planeta vives?¡¯. Os lo prometo: tendr¨¦ mucho m¨¢s que decir sobre este tema m¨¢s adelante¡±, ha dicho. Y ha lamentado: ¡°Una de las cosas m¨¢s duras de esto son todas esas ni?as peque?as que tendr¨¢n que esperar cuatro a?os m¨¢s¡±.
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