Bolsonaro da m¨¢s poder a los militares en la Administraci¨®n civil
El presidente de Brasil ha colocado a militares en todos los niveles de la Administraci¨®n desde que lleg¨® al poder: de ministros a asesores poco expuestos al escrutinio p¨²blico
El mes pasado en la inauguraci¨®n de la primera escuela c¨ªvico-militar de S?o Paulo, el presidente brasile?o, Jair Bolsonaro, se cuadr¨® ante el cr¨ªo que dio el toque de corneta. Aquello era una broma, pero si todos sus ministros militares siguieran en activo, el capit¨¢n retirado Bolsonaro tendr¨ªa que cuadrarse ante casi medio gabinete. Tras la reciente incorporaci¨®n de otro general, nueve de los 23 ministros proceden de las Fuerzas Armadas. El Gabinete es, de todos modos, el escaparate de un proceso mucho m¨¢s amplio...
El mes pasado en la inauguraci¨®n de la primera escuela c¨ªvico-militar de S?o Paulo, el presidente brasile?o, Jair Bolsonaro, se cuadr¨® ante el cr¨ªo que dio el toque de corneta. Aquello era una broma, pero si todos sus ministros militares siguieran en activo, el capit¨¢n retirado Bolsonaro tendr¨ªa que cuadrarse ante casi medio gabinete. Tras la reciente incorporaci¨®n de otro general, nueve de los 23 ministros proceden de las Fuerzas Armadas. El Gabinete es, de todos modos, el escaparate de un proceso mucho m¨¢s amplio que est¨¢ ti?endo de verde oliva la Administraci¨®n de Brasil.
Una victoria en las urnas le dio a Bolsonaro, un pol¨ªtico notorio por ensalzar la dictadura brasile?a (1964-1985) y a dictadores como el chileno Pinochet o el paraguayo Stroessner, un poder que nunca tuvo en el ej¨¦rcito que incluye nombrar a cientos de altos cargos para decenas de instituciones y organismos p¨²blicos. Una parte notable de los elegidos por el mandatario y sus ministros son antiguos compa?eros de filas, militares de carrera, retirados o en activo. El reci¨¦n estrenado ministro de la Casa Civil, el general Walter Braga Netto, ha llegado a ese importante puesto de coordinaci¨®n entre los miembros del Gabinete desde la subjefatura del Ej¨¦rcito. El portavoz de la Presidencia tambi¨¦n tiene galones de general. Bolsonaro entr¨® en el ej¨¦rcito a los 18 a?os y, aunque lleg¨® a estar preso por exigir mejoras salariales, consigui¨® evitar la expulsi¨®n y mantiene un enorme apego a la instituci¨®n.
En los ¨²ltimos meses han ido llegando uniformados a otros cargos menos expuestos al escrutinio p¨²blico que el ministro de la Casa Civil o el portavoz presidencial pero de gran relevancia, como las c¨²pulas de Correos, la Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai), la hidroel¨¦ctrica Itaip¨², la Zona Franca de Manaos, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, que entre otras tareas mide la deforestaci¨®n, o de organismos medioambientales, entre otros. A quienes dirigen estos organismos hay que sumar otros muchos asesores repartidos por aqu¨ª y por all¨¢ que son o eran uniformados.
En la polarizada pol¨ªtica de Brasil preocupa esta catarata de nombramientos de militares unida a los constantes cortes de mangas del presidente (literales, dos en las ¨²ltimas semanas) a valores b¨¢sicos en una democracia como los contrapesos institucionales o una prensa libre.
Bolsonaro volvi¨® a animar a sus seguidores este s¨¢bado, antes de despegar hacia EEUU para reunirse con el presidente Donald Trump en Florida, a sumarse a una manifestaci¨®n convocada para el pr¨®ximo domingo 15 en la principal avenida de S?o Paulo que, seg¨²n ¨¦l, es ¡°un movimiento proBrasil¡± y ¡°no antiCongreso o anti Poder judicial¡±. No obstante, voces destacadas entre los convocantes est¨¢n animando a los bolsonaristas a llenar la Paulista para reclamar que el presidente tenga manos libres para gobernar ante lo que consideran maniobras del Congreso y del Tribunal Supremo para ponerle zancadillas. Unas palabras captadas recientemente a uno de los ministros generales, Gustavo Heleno ¡ª¡°no podemos dejar que esos tipos nos chantajeen todo el tiempo, que se jodan¡±¡ª han enrarecido a¨²n m¨¢s el ambiente mientras las redes bullen de rumores, falsedades o medias verdades.
El acad¨¦micos Marco Antonio Teixeira, de la Fundaci¨®n Getulio Vargas, es cr¨ªtico con la decisi¨®n de colocar a militares en cargos p¨²blicos civiles al margen de si algunos de los nombrados tienen curr¨ªculos m¨¢s o menos acordes a los puesto. ¡°Tenemos un Gobierno democr¨¢ticamente elegido en un ambiente democr¨¢tico que ha optado por una l¨ªnea de apoyo pol¨ªtico y de imagen muy parecida a la de una instituci¨®n militar¡±, explica por tel¨¦fono este especialista en Administraci¨®n P¨²blica. Cuando, recalca, ¡°gobernar significa negociar¡±.
El Instituto Chico Mendes para la Conservaci¨®n de la Biodiversidad es un buen ejemplo de este desembarco, in¨¦dito desde que los militares devolvieron el poder a los civiles en 1985. Bautizado en honor a Chico Mendes, uno de los ambientalistas m¨¢s famosos de Brasil, un activista por los derechos de los trabajadores del caucho asesinado en 1988, la misi¨®n de este organismo gubernamental es proteger los miles de kil¨®metros cuadrados legalmente reconocidos como reservas ambientales y los ecosistemas que albergan. Cuando en abril del a?o pasado la c¨²pula del organismo dimiti¨® en el enrarecido ambiente creado por el radical cambio de pol¨ªtica medioambiental, el ministro Ricardo Salles coloc¨® a cinco polic¨ªas militares al frente de Instituto Chico Mendes. De distintas graduaciones, todos proceden de S?o Paulo, donde trabajaron en fiscalizaci¨®n ambiental con Salles, que entonces era el secretario estatal de Medio Ambiente.
El especialista Teixeira recuerda que, en los 35 a?os transcurrido desde el fin de la dictadura en Brasil, los ministros militares han sido raros, incluso al frente del Ministerio de Defensa. Recuerda que Dilma Rousseff, represaliada por la dictadura, fue la primera en nombrar un uniformado para el puesto. A su juicio, ¡°los intereses de los militares entorpecen la acci¨®n del Gobierno porque llevan sus intereses corporativos al centro del debate¡±.
Aunque los recortes presupuestarios para los ministerios tambi¨¦n han afectado a Defensa, los miembros de las Fuerzas Armadas han conservado buena parte de sus privilegios porque lograron que la reforma general de las pensiones, indispensable para frenar la sangr¨ªa de las cuentas p¨²blicas, les dejara al margen. El Gobierno les hizo una ley separada por la que, a diferencia del resto de los funcionarios, logran seguir sin edad m¨ªnima de jubilaci¨®n y, al retirarse, mantienen el salario ¨ªntegro. Con los jueces y diputados, los uniformados (que incluye tambi¨¦n a los polic¨ªas militares y bomberos militares) est¨¢n entre los sectores m¨¢s privilegiados de Brasil.