Bolsonaro reivindica en p¨²blico al dictador paraguayo Alfredo Stroessner
El presidente brasile?o trata de ¡°estadista¡± al militar, responsable de cr¨ªmenes de lesa humanidad

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viaj¨® este martes hasta la frontera con Paraguay para anunciar, junto a su par, Mario Abdo Ben¨ªtez, el nombramiento de las nuevas autoridades de Itaip¨², la represa que ambos pa¨ªses comparten sobre el r¨ªo Paran¨¢. El discurso del brasile?o no fue protocolario: cuando nadie lo esperaba, se deshizo en elogios hacia el dictador Alfredo Stroessner, el hombre que con mano de hierro control¨® Paraguay entre 1954 y 1989, y responsable de miles de detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas. La represa no hubiera sido posible, dijo, ¡°de no ser porque al otro lado estaba un hombre con visi¨®n, un estadista que sab¨ªa perfectamente que su pa¨ªs, Paraguay, solo podr¨ªa seguir progresando si tuviese energ¨ªa¡±. ¡°Entonces aqu¨ª mi homenaje a nuestro general Alfredo Stroessner¡±, agreg¨® en portugu¨¦s, justo antes de guardar silencio para escuchar los aplausos del p¨²blico y la mirada inm¨®vil de su hom¨®logo paraguayo.
Abdo Ben¨ªtez asumi¨® el 15 de agosto del a?o pasado tras una campa?a en la que intent¨® tomar distancia de su pasado stronista. Su padre, Mario Abdo, fue la mano derecha del dictador durante m¨¢s de 30 a?os. Bolsonaro pareci¨® c¨®modo ante su interlocutor y prosigui¨® con citas de la Biblia. ¡°La verdad nos har¨¢ libres¡±, le dijo a Abdo, a quien insisti¨® en llamar Marito, como le dicen sus correligionarios del Partido Colorado, el movimiento pol¨ªtico que dio sustento a la dictadura. Para el brasile?o, su par paraguayo es ¡°un cristiano, conservador, hombre de familia¡±. Y que por ¡°esos valores¡± decidi¨® acercarse hasta la frontera para estrecharle la mano. ¡°Ser¨¢ un placer recibirte en Brasilia en los pr¨®ximos d¨ªas, donde profundizaremos en otras discusiones para el bienestar de nuestros pueblos. ?Izquierda nunca m¨¢s!¡±, a?adi¨® el brasile?o.?Bolsonaro es un militar retirado que ha alabado en diversas circunstancias la dictadura de su pa¨ªs de 1964 a 1985.
A su turno, Abdo agradeci¨® el encuentro a Bolsonaro y record¨® que le visitar¨¢ el 12 de marzo para promover la construcci¨®n de dos nuevos puentes entre ambos pa¨ªses. Tambi¨¦n destac¨® el ¡°importante desaf¨ªo¡± que tienen por delante ambas naciones, que en 2023 deber¨¢n renegociar el tratado bilateral que dispone el reparto de energ¨ªa de Itaip¨², que desde 1984 suministra el 74% de toda la energ¨ªa que consume Paraguay y el 17% de Brasil. ¡°Es inminente, por lo que es prioridad agilizar las consultas y estudios t¨¦cnicos internos necesarios para alcanzar los resultados que permitan satisfacer las leg¨ªtimas aspiraciones de ambos pa¨ªses¡±, declar¨® Abdo.
La agenda energ¨¦tica, sin embargo, no fue lo m¨¢s destacado del acto. Paraguay vive un constante debate social por la recuperaci¨®n y normalizaci¨®n de la memoria de la dictadura, sobre todo desde la llegada al poder de un presidente de sangre stronista. Mario Abdo sostuvo siempre que apenas tiene recuerdos de la dictadura porque en aquel entonces era muy joven. Pero, al mismo tiempo, ha tenido varios gestos pol¨¦micos, como cuando visit¨® la tumba de su padre el mismo d¨ªa de la elecci¨®n que lo llev¨® al poder. Un grupo de veteranos del Partido Colorado, adem¨¢s, promueve traer de vuelta los restos del dictador desde Brasilia, donde yacen desde su muerte en el exilio.
Para la historiadora paraguaya y docente de la Universidad Cat¨®lica de Asunci¨®n, Margarita Dur¨¢n Estrag¨®, cada homenaje que los pol¨ªticos le rinden al dictador hace sangrar las heridas que dej¨® abiertas el stronismo. ¡°A los que seguimos vivos nos duele much¨ªsimo. Se aprovechan de que la gente joven ya no recuerda las atrocidades de la dictadura porque no vivi¨® lo nuestro. Hay que hacer memoria, pero nuestros vecinos tampoco ayudan¡±, dijo la investigadora, en referencia Bolsonaro. ¡°?Qui¨¦n nos hubiera dicho que 30 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Stroessner ¨ªbamos a tener de presidente a un reto?o del stronismo, el hijo del mism¨ªsimo secretario privado del dictador?¡±, agreg¨®.
La semana pasada, en un acto oficial en una escuela por el primer d¨ªa de clases, la directora homenaje¨® al dictador ante el presidente y sus acompa?antes. A principios de mes, cuando se cumpl¨ªan los 30 a?os de la ca¨ªda del s¨¢trapa, Abdo eludi¨® las preguntas de la prensa con una carcajada cuando le consultaron sobre qu¨¦ har¨ªa para conmemorar la llegada de la democracia. El presidente paraguayo no realiz¨® acto alguno de acompa?amiento o memoria a las v¨ªctimas y viaj¨® a las celebraciones por el aniversario de Ciudad del Este, en la frontera con Brasil. Ciudad del Este se llam¨® alguna vez Puerto Stroessner, en homenaje al dictador.
El saldo de 35 a?os de dictadura ha sido muy duro para los paraguayos. Cuando un golpe de palacio expuls¨® a Stroessner del poder en 1989, 336 personas estaban desaparecidas, 19.862 personas hab¨ªan padecido c¨¢rcel y otras 20.000 la tortura. El gobierno militar envi¨® al exilio a 3,479 paraguayos, todos seg¨²n cifras de la Comisi¨®n de Verdad y Justicia que investig¨® el pasado con la llegada de la democracia.
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