El Gobierno de Brasil ataca la medici¨®n oficial de deforestaci¨®n de la Amazonia
El dato es el baremo por el que el mundo mide la pol¨ªtica ambiental del pa¨ªs que alberga el mayor bosque tropical del planeta. El sistema de alarma apunta a un aumento del 40% en el ¨²ltimo a?o
Es bien sabido que lo que no se mide no existe, ni se puede combatir. Pero medir una realidad ¡ªsea la desigualdad, la violencia machista¡¡ª es solo el primer paso. Tambi¨¦n es imprescindible que los implicados acepten los resultados de ese c¨¢lculo. Brasil mide la deforestaci¨®n con sat¨¦lites al menos desde 1988, pero el actual Gobierno ha lanzado una ofensiva contra un sistema de medici¨®n, el oficial, que cuenta respaldado por la comunidad cient¨ªfica brasile?a y por la comunidad internacional. Las alertas de deforestaci¨®n que tanto molestan al Ejecutivo indican que en los 12 ¨²ltimos meses (hasta el mi¨¦rcoles, 31 de julio), la Amazonia ha perdido 5.879 kil¨®metros cuadrados, un 40% m¨¢s que un a?o antes. Una superficie equivalente a las dos terceras partes del territorio total de Chipre.
La deforestaci¨®n de la Amazonia se convirti¨® hace a?os en el baremo por el que el resto del mundo eval¨²a la pol¨ªtica medioambiental de Brasil. Y es por eso que un dato que se difunde cada mes irrita tanto al presidente, Jair Bolsonaro, aunque no es consolidado ni el oficial, que se conocer¨¢ m¨¢s adelante. Pero s¨ª indica una tendencia que el c¨¢lculo final suele confirmar, seg¨²n el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), el organismo p¨²blico que hace la medici¨®n. Bolsonaro ha pedido una investigaci¨®n interna en el INPE para descubrir "si dentro hay personas que divulgaron la informaci¨®n de mala fe para perjudicar a este Gobierno¡±.
El malestar en el Gabinete es de tal calibre que Bolsonaro ha comparecido este jueves, 24 horas despu¨¦s del ¨²ltimo balance, para criticar la forma en la que el INPE calcula la destrucci¨®n del mayor bosque tropical del mundo. "Si los datos fuesen correctos, ser¨ªa preocupante y ser¨ªa conveniente que no alarde¨¢ramos de ello y nos ocup¨¢ramos del problema internamente", ha declarado el ministro de Seguridad Institucional, el general retirado Augusto Heleno, que ha insistido en la "falsedad" de los mismos. Adem¨¢s, Heleno ha apelado al patriotismo antes de dejar claro que lo mejor es lavar los trapos sucios en casa porque el asunto "perjudica al comercio y nos coloca como gran destructor del medio ambiente de la humanidad".
En esas circunstancias no extra?a que el ministro anunciara este mismo viernes que el jefe del INPE, Ricardo Galvao, dejar¨¢ en breve su cargo, sin aclarar su present¨® la dimisi¨®n o fue despedido. Aunque las indicaciones de Bolsonaro d¨ªas antes podr¨ªan arrojar alguna luz. ¡°Se quebr¨® la confianza, va a ser despedido sumariamente¡±, sentenci¨®.
Antes que Bolsonaro, otros presidentes maniobraron para neutralizar esta fuente de disgustos. Jos¨¦ Sarney?(MDB, centro) difundi¨® cifras falsas en 1988, cuando la destrucci¨®n de la Amazonia se convirti¨® en una cuesti¨®n de relevancia internacional. Y Dilma Rousseff?(PT, centroizquierda) retras¨® la difusi¨®n ante los comicios en los que fue reelegida.
Ahora el discurso de desd¨¦n hacia el medio ambiente con el que Bolsonaro lleg¨® al poder, su decisi¨®n de paralizar las pol¨ªticas de preservaci¨®n y debilitar los organismos fiscalizadores han coincidido con la creciente relevancia que la crisis clim¨¢tica ha adquirido en Europa, entre otros motivos por las in¨¦ditas olas de calor de este verano.
Gracias a la legislaci¨®n brasile?a de transparencia, todos los datos gubernamentales son p¨²blicos (salvo que se establezca lo contrario) y los incrementos en la deforestaci¨®n que ha ido detectando el sistema de alertas se han convertido en un martirio mensual para el Ejecutivo. De entrada, ha anunciado que licitar¨¢ la contrataci¨®n de ¡°una empresa porque Brasil requiere un sistema de fiscalizaci¨®n mejor¡±, seg¨²n ha dicho el titular de Medio Ambiente, Ricardo Salles. Los m¨¢ximos responsables del INPE acudieron este mi¨¦rcoles a Brasilia para explicar a Salles y al titular de la cartera de Ciencia, el astronauta Marcos Pontes, la metodolog¨ªa seguida.
Para calcular la deforestaci¨®n en la Amazonia y en el resto de las zonas con valor ecol¨®gico de Brasil, se superponen dos sistemas de medici¨®n. Uno de alertas, de nombre Deter, que es mensual, tarda cinco d¨ªas en fotografiar un lugar y sirve para enviar a inspectores o polic¨ªas al terreno. Es el que desquicia a Bolsonaro. El otro, Prodes, es el que ofrece el balance oficial anual a partir de im¨¢genes de mayor resoluci¨®n ¡ªtarda 16 d¨ªas en sacar cada foto¡ª que sirve tambi¨¦n para que las instituciones internacionales hagan sus c¨¢lculos sobre calentamiento global. Porque con menos ¨¢rboles para convertir las emisiones de di¨®xido de carbono en aire limpio, la humanidad tiene que hacer mayores esfuerzos si quiere limitar el aumento de temperaturas.
La Academia Brasile?a de Ciencias y la Academia Brasile?a para el Avance de la Ciencia han defendido en una carta abierta a Bolsonaro el trabajo del INPE y su pol¨ªtica de transparencia que "permite el acceso sin restricciones a toda la informaci¨®n generada por los sistemas de vigilancia, lo que permite las evaluaciones de la comunidad usuaria y acad¨¦mica".
Al final de comparecencia, la prensa le ha preguntado a Bolsonaro si cree que la deforestaci¨®n est¨¢ aumentando desde que gobierna y ha reconocido que s¨ª. "Parece que est¨¢ aumentando, pero no de esa manera como se divulg¨®", ha admitido.
El Gobierno brasile?o ha recibido otra mala noticia este jueves. El Supremo ha confirmado que la demarcaci¨®n de tierras ind¨ªgenas siga siendo competencia de la Fundaci¨®n Nacional del Indio y, por tanto, revierte el primer decreto de Bolsonaro, que la transfer¨ªa al Ministerio de Agricultura en un gui?o al sector agropecuario.
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