Protegerse de la pandemia hacinados y sin apenas agua tras huir de una guerra
Las organizaciones internacionales alertan sobre la vulnerabilidad de los refugiados y desplazados en campos
Lavarse las manos con frecuencia y mantener la distancia social son las dos recomendaciones b¨¢sicas en todo el mundo para protegerse del coronavirus. Pero llevarlas a la pr¨¢ctica en lugares como Moria, el mayor campo de refugiados de la Uni¨®n Europea, es casi imposible. En ¨¦l viven, en medio de la suciedad y en tiendas de campa?a, unas 20.000 personas alrededor de un espacio que se concibi¨® para unas 3.000. La situaci¨®n ya era extrema, pero ahora la petici¨®n de numerosas organizaciones internacionales de que los campos sean evacuados es urgente. El virus se expande en un momento de tensi¨®n en la frontera oriental de Europa, por la decisi¨®n turca de permitir el paso hacia Grecia a miles de refugiados, y cuando la propia Turqu¨ªa ve c¨®mo se desencadena una crisis humanitaria al otro lado de su frontera con Siria, con un mill¨®n de personas llegadas del resto del pa¨ªs huyendo del horror, los bombardeos y la miseria tras nueve a?os de guerra.
Mientras el mundo trata de frenar la pandemia, la vulnerabilidad de las poblaciones de refugiados y migrantes se ha agudizado. ¡°Millones de personas afectadas por conflictos viven en campos atestados en unas condiciones de falta de higiene y sanidad desesperadas. Cuando el virus alcance los asentamientos en Ir¨¢n, Banglad¨¦s, Afganist¨¢n y Grecia, las consecuencias ser¨¢n devastadoras¡±, alerta en un comunicado Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados. La agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, est¨¢ pidiendo que los asilados y migrantes sean incluidos en los planes nacionales de salud contra la Covid-19. ¡°El virus no entiende de fronteras, de documentos ni de estatus migratorio¡±, afirma la portavoz de Acnur en Espa?a, Mar¨ªa Jes¨²s Vega. ¡°Es importante no dejar a nadie atr¨¢s, ya que si se protege a los migrantes y refugiados, se protege tambi¨¦n a toda la poblaci¨®n¡±, explica.
Esta semana, Acnur y la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones tuvieron que suspender los reasentamientos en todo el mundo, es decir, el traslado de asilados a pa¨ªses seguros desde otros que los acogieron cuando escapaban de la guerra o la persecuci¨®n. Esta es una de las principales v¨ªas de acogida de asilados, aunque muy escasa: solo 63.696 refugiados fueron reasentados en 2019 de los 1,4 millones que lo necesitaban ¡°con urgencia¡±, seg¨²n Acnur. Fueron sobre todo a Estados Unidos, Canad¨¢ y el Reino Unido. Ven¨ªan de Siria, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Afganist¨¢n, y llevaban a?os esperando en pa¨ªses como Turqu¨ªa, L¨ªbano y Jordania.
Ahora, esa estrecha ventana se ha cerrado de manera temporal, incluso para casos de refugiados que ya estaban en marcha. ¡°Varios que ya hab¨ªan iniciado el viaje se han quedado varados en mitad del trayecto, algunos separados de sus familias, por medidas que cambian por d¨ªas u horas en distintos pa¨ªses¡±, comenta. Acnur alerta de que la gesti¨®n de fronteras por la pandemia ¡°no debe llevar al cierre de las v¨ªas para el asilo, ni a forzar a las personas a regresar a situaciones de peligro¡±, dijo el jueves el alto comisionado, Filippo Grandi.
Dentro de Europa, golpeada por la Covid-19 y donde hay m¨¢s casos, el mayor riesgo para los solicitantes de asilo est¨¢ en las cinco islas griegas del Egeo, donde 40.900 personas est¨¢n sometidas a condiciones de vida terribles, atrapadas mientras se resuelven sus peticiones de refugio. En el campo de Moria, en Lesbos, la mayor¨ªa duerme en peque?as tiendas de campa?a entre los olivos api?adas las unas junto a las otras. Familias de cinco o seis miembros en cuatro metros cuadrados. ¡°La gente en el campo est¨¢ preocupada, preguntan a los m¨¦dicos qu¨¦ deben hacer, est¨¢n cosiendo sus propias mascarillas¡±, explica por tel¨¦fono George Makris, ayudante del coordinador m¨¦dico para Grecia de MSF. ¡°Las recomendaciones son casi imposibles de seguir, falta agua y jab¨®n, y es muy dif¨ªcil aislarse si alguien presenta s¨ªntomas¡±. En algunas zonas del superpoblado campamento hay solo una ducha por cada 240 personas, un retrete por cada 170. En otras, donde viven unas 5.000 personas, no hay agua ni aseo ni electricidad, seg¨²n c¨¢lculos de MSF.
Por ahora no hay ning¨²n caso confirmado entre los solicitantes de asilo del campo, y solo se sabe de una persona infectada en la isla de Lesbos, pero si llega, la transmisi¨®n del virus en esas circunstancias ¡°es muy r¨¢pida¡±. Aparte del riesgo que supone el hacinamiento, se le suma que ¡°el hospital de la isla est¨¢ ya sobrecargado, no est¨¢ preparado para atender una poblaci¨®n extra de 20.000 personas¡±, afirma. Adem¨¢s, la capacidad de las ONG para seguir atendiendo a los solicitantes de asilo en Lesbos se ha visto mermada en los ¨²ltimos 10 d¨ªas. ¡°Despu¨¦s de los ataques xen¨®fobos que hubo a refugiados y a personal de ONG, hay menos cooperantes en la isla, y los cierres de fronteras dentro de la UE dificultan el movimiento de reemplazos¡±, explica.
Entre las medidas adoptadas para evitar la propagaci¨®n del virus, Grecia anunci¨® el martes algunas espec¨ªficas para los campos de refugiados. Son normas de confinamiento: solo podr¨¢n salir por causas de fuerza mayor entre las siete de la ma?ana y las siete de la tarde, y solo, en autobuses custodiados por polic¨ªas, una persona por familia. Tambi¨¦n proh¨ªbe las visitas de personas u organizaciones a los campos durante 14 d¨ªas y suspende cualquier actividad colectiva dentro del campo. El problema es que Moria es exactamente eso, un enorme espacio masificado, empezando por las colas de horas que hay que hacer para comer o para ir al ba?o. La Oficina de Asilo ha suspendido toda actividad hasta el 10 de abril debido a la Covid-19, en un sistema ya de por s¨ª colapsado. A ello se suma la decisi¨®n previa de Grecia, contraria al derecho internacional, de no permitir solicitar asilo a quienes hayan llegado despu¨¦s del 1 de marzo, cuando Turqu¨ªa dej¨® de controlar su frontera.
Numerosas organizaciones internacionales llevan tiempo denunciando la situaci¨®n y pidiendo la evacuaci¨®n de los campos. Ahora, es una demanda urgente. ¡°Dejar a las personas atrapadas en estas condiciones insalubres e inseguras no es solo una violaci¨®n de los derechos humanos, sino que tambi¨¦n abre la posibilidad de una devastadora crisis de salud si la Covid-19 llega a estos campamentos. Deben de ser evacuados de inmediato¡±, dicen en un comunicado conjunto Oxfam Interm¨®n y el Consejo Griego para los Refugiados. En concreto preocupa la situaci¨®n de los menores no acompa?ados, unos 5.500 en toda Grecia y alrededor de un millar solo en Moria. El Gobierno de coalici¨®n alem¨¢n pact¨® a principios de mes la acogida de menores de 14 a?os, a entre 1.000 o 1.500, a la que podr¨ªan sumarse otros pa¨ªses de la UE de manera voluntaria, a falta de mecanismos de solidaridad europeos para reubicar a refugiados. Francia, Portugal, Finlandia y Luxemburgo se ofrecieron. La prioridad, seg¨²n explic¨® el ministro de Interior, Horst Seehofer, ser¨¢n los ni?os enfermos y los no acompa?ados. ¡°Hay que hacer una evacuaci¨®n de emergencia a otros pa¨ªses europeos ya. Era necesaria desde hace meses, pero es que ahora se ha vuelto urgente¡±, estima Karl Kopp, director para Europa de la organizaci¨®n alemana Pro Asyl y coordinador de proyectos en Grecia. ¡°Cada minuto cuenta. No se puede utilizar el coronavirus como excusa. Al rev¨¦s, es una raz¨®n adicional para acelerar las evacuaciones. Es un gran esc¨¢ndalo que haya ni?os en esas condiciones¡±, estima. Pero ahora mismo el traslado de los ni?os est¨¢ en el aire. Preguntado un portavoz del ministerio de Interior alem¨¢n, asegura que no son capaces de ponerle fecha. Hay pendiente una reuni¨®n con la Comisi¨®n Europea sobre este asunto, donde se tratar¨¢, explica, ¡°c¨®mo se puede hacer la recepci¨®n teniendo en cuenta la situaci¨®n del coronavirus¡±.
Fuera de Europa, la llegada de la epidemia a los campos de desplazados en Siria, en la provincia de Idlib, ¨²ltimo basti¨®n rebelde al r¨¦gimen de Bachar el Asad, lo har¨¢ en medio de una situaci¨®n catastr¨®fica. All¨ª habitan 3,5 millones de personas, de las cuales unos 2,5 millones ya hab¨ªan huido de otras zonas del pa¨ªs. Viven hacinados en campos como Atmeh, pegado a la frontera con Turqu¨ªa y con entre 500.000 y 800.000 habitantes, o en asentamientos informales a lo largo de las carreteras, sin agua corriente. ¡°Debido a esas condiciones, hay muchas enfermedades digestivas, tipo diarreas, dermatol¨®gicas y respiratorias. En el caso del coronavirus no tenemos posibilidad de saberlo, porque no hay test. Nos estamos preparando para lo que pueda ocurrir¡±, explica Manuel L¨®pez Iglesias, jefe de misi¨®n de MSF para Siria.
La Sociedad M¨¦dica Sirio-Americana est¨¢ preparando un plan de acci¨®n y en los pr¨®ximos d¨ªas deber¨ªan estar listos para empezar a hacer an¨¢lisis. El problema es que, tras la destrucci¨®n de m¨¢s de 70 centros m¨¦dicos por la aviaci¨®n siria y rusa, el n¨²mero de camas hospitalarias disponibles es ¨ªnfimo, no hay apenas UCI ¡ªy las plazas est¨¢n ocupadas por heridos de guerra¡ª y es muy dif¨ªcil garantizar el aislamiento de los pacientes. Lo mismo ocurre en las ciudades, que han duplicado y triplicado su poblaci¨®n, y en los campamentos donde, debido al enorme flujo de desplazados en los ¨²ltimos meses, varias familias deben compartir una misma tienda de campa?a.
En otros pa¨ªses destrozados por la guerra como Libia, en una de las rutas migratorias m¨¢s peligrosas, muchos de los miles de migrantes y solicitantes de asilo que intentan llegar a Europa acaban hacinados en centros de detenci¨®n sin higiene, con falta de comida y violencia, muchos de ellos despu¨¦s de haber sido interceptados por guardacostas libios y devueltos a esas condiciones brutales. No se ha notificado ning¨²n caso de coronavirus en Libia, donde equipos de MSF ayudan con formaciones a los sanitarios locales a prepararse. ¡°Entre tanto, seguimos dando ayuda m¨¦dica y humanitaria a los m¨¢s vulnerables, refugiados y migrantes atrapados en Libia¡±, explica el coordinador de proyectos de la ONG en Tr¨ªpoli, Joris de Jongh. ¡°En los centros de detenci¨®n de la capital, aunque no solo nosotros respondemos a las necesidades m¨¦dicas y humanitarias b¨¢sicas de quienes han sido arbitrariamente encerrados, acabamos de dar una formaci¨®n adicional a los detenidos y los guardias para afrontar una potencial propagaci¨®n de la Covid-19¡±.
Las organizaciones humanitarias se?alan el peligro que supone la amenaza de la pandemia en gigantescos campos de refugiados en toda Asia. Varios est¨¢n en la provincia de Cox¡¯s Bazar, en Banglad¨¦s. En ellos malviven, en condiciones miserables, unos 700.000 rohiny¨¢, una minor¨ªa musulmana perseguida por Myanmar, acusado de genocidio. Como explica a Reuters Themba Lewis, secretaria general de la ONG Asia Pacific Refugee Rights Network, ¡°un refugiado, ante la llegada de la Covid-19, no puede abogar por sus propias necesidades. No tiene ninguna influencia en decisiones que se toman sobre su acceso a la salud, a los test para detectar el virus o incluso la informaci¨®n b¨¢sica¡±. Apenas tienen c¨®mo protegerse.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
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