El miedo como motor de cambio
El r¨¢pido incremento del n¨²mero de muertes y el desplome de la econom¨ªa est¨¢n venciendo resistencias que hasta hace poco hubieran parecido inimaginables
El miedo ha sido siempre un gran motor de cambio a lo largo de la historia. Unos 10 millones de empleos perdidos en apenas dos semanas y la advertencia de las autoridades de que el coronavirus puede llevarse por delante la vida de 240.000 estadounidenses suponen una amenaza suficiente para cuestionar algunos de los principios que sustentan la propia esencia pol¨ªtica de Estados Unidos.
¡°Solo cuando baja la marea, se sabe qui¨¦n nadaba desnudo¡±, suele decir el financiero Warren Buffet. La crisis est¨¢ dejando en evidencia las debilidades de un modelo que, pese a ser uno de los que m¨¢s gasta en sanidad entre los pa¨ªses de la OCDE, por ejemplo, mantiene a 29 millones de sus ciudadanos sin ning¨²n tipo de cobertura m¨¦dica y muchos de los que tienen seguro afrontan un indudable riesgo de quiebra por el elevado copago que deben afrontar si acuden a Urgencias o son hospitalizados como consecuencia del virus. Una amenaza ¨²nica entre los pa¨ªses desarrollados que deriva del hecho de que la cobertura sanitaria universal afronte grandes resistencias ideol¨®gicas en EE UU. Las mismas que rechazan los programas de protecci¨®n al empleo del modelo europeo.
El r¨¢pido incremento del n¨²mero de muertes y el desplome de la econom¨ªa est¨¢n venciendo resistencias que hasta hace poco hubieran parecido inimaginables. Los mismos republicanos que abjuran del papel del Estado en la econom¨ªa acaban de poner en marcha, de la mano de Donald Trump, un paquete de rescate con dinero p¨²blico que ronda el 10% del PIB. Son 2,2 billones de d¨®lares ¡ªcasi dos veces el tama?o de la econom¨ªa espa?ola¡ª que pagar¨¢n directamente los sueldos en las peque?as empresas que mantengan el empleo, que llegar¨¢n en forma de cheque a casi todos los hogares del pa¨ªs y que facilitar¨¢n la liquidez de las grandes corporaciones sin apenas contrapartidas. Con todo, si el confinamiento se extiende de una u otra forma m¨¢s all¨¢ de dos meses, dicen los expertos que esas ayudas ¡ªsin precedentes en el pa¨ªs desde 1942, tras el bombardeo de Pearl Harbor¡ª ser¨¢n insuficientes y el Gobierno deber¨¢ plantearse nuevas medidas.
La pandemia ha dejado aparcada la campa?a electoral, pero la respuesta a la crisis y el debate en torno al papel del Estado en la econom¨ªa centrar¨¢n sin duda el debate hasta las presidenciales de noviembre. Justo ahora que Elizabeth Warren ya est¨¢ fuera de la carrera por la nominaci¨®n dem¨®crata y que ser¨ªa una gran sorpresa que Bernie Sanders se hiciera finalmente con la candidatura del partido frente a Joe Biden, su defensa de una red de protecci¨®n social tiene m¨¢s defensores que nunca.
Pero el miedo no sirve como motor ¨²nico de los cambios. La pandemia de 1918 dio paso, tanto en EE UU como en Europa, a un clima de desconfianza social, un aumento de las divisiones nacionales, de la xenofobia y de las respuestas autoritarias.
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