Los ultraortodoxos hacen la Pascua a Israel
Presionado por sus aliados pol¨ªticos, Netanyahu sella todo el pa¨ªs y no solo los focos de infecci¨®n en zonas ultrarreligiosas
¡°?Shabbe!, ?Shabbe!¡±. Airados como cada viernes al anochecer, con gritos en yiddish de invocaci¨®n a la santidad del sabbat, un tropel de ultraortodoxos de rito lituano recorr¨ªa el pasado fin de semana el barrio ruso de Jerusal¨¦n en busca de bares que cerrar. La pandemia global clausur¨® hace ya tres semanas los locales de ocio que todav¨ªa desafiaban la prohibici¨®n del d¨ªa de descanso jud¨ªo en el centro de Ciudad Santa, y el Gobierno israel¨ª ha vetado que circulen m¨¢s de dos personas juntas. Pero los ultrarreligiosos prosegu¨ªan indiferentes su estridente cortejo de regreso del Muro de la Lamentaciones hacia su feudo del distrito jerosolimitano de Mea Shearim. De riguroso luto, tocados con aparatosos shtreimel forrados de astrac¨¢n, los jared¨ªes o temerosos de Dios parec¨ªan no tener miedo del coronavirus.
Despu¨¦s de haber bloqueado el pasado jueves la ciudad ultraortodoxa de Bnei Brak (200.000 habitantes, en la periferia de Tel Aviv), Benjam¨ªn Netanyahu estaba dispuesto a clausurar otras localidades y distritos donde los jared¨ªes son mayoritarios. La comunidad ultrarreligiosa representa poco m¨¢s de la d¨¦cima parte de la poblaci¨®n, pero acapara un tercio de los casos positivos por la Covid-19 en Israel, seg¨²n datos de los servicios de inteligencia del Ej¨¦rcito citados por Times of Israel.
El primer ministro se suele ufanar en sus comparecencias p¨²blicas de haber contenido hasta ahora el alcance de la pandemia en 65 muertos y m¨¢s de 9.000 infectados, en un pa¨ªs que ronda los nueve millones de habitantes, gracias a sus en¨¦rgicas medidas. Pero la presi¨®n de los partidos ultraortodoxos, decisivos en el bloque conservador que sostiene a Netanyahu en la Kneset (Parlamento) desde hace cinco a?os, ha acabado por torcer su voluntad inicial. Dos l¨ªderes ultrarreligiosos, el ministro de Sanidad, Jacob Litzman, y el de Interior, Arie Deri, le advirtieron de que no aceptar¨ªan en el resto de sus bastiones pol¨ªticos guetos cercados por polic¨ªas y militares, como en Bnei Brak.
El primer ministro ha tenido que responder a sus asociados, que ponen en peligro la estabilidad de la coalici¨®n derechista mientras negocia la formaci¨®n de un Gabinete de unidad nacional con el centrista Benny Gantz, con uno de sus habituales volantazos. Tras una jornada de tiras y aflojas entre los partidos, el Gobierno de Netanyahu orden¨® el martes a las fuerzas de seguridad que establecieran puestos de control y barreras en los accesos a todas las ciudades del pa¨ªs.
Clausura sin l¨ªmites geogr¨¢ficos. Esta ha sido la formula que va a marcar la vida de los israel¨ªes durante la Pascua jud¨ªa, celebraci¨®n familiar por excelencia, al menos hasta el fin de semana. El confinamiento general se ha visto reforzado con el veto absoluto a circular entre poblaciones desde la tarde del martes hasta la noche del s¨¢bado, en coincidencia con el arranque de las festividades. La prohibici¨®n se elevar¨¢ a la categor¨ªa de toque de queda, sin que se permita siquiera comprar alimentos o medicinas, desde la tarde del mi¨¦rcoles hasta el amanecer del jueves. Se trata de la noche central de la celebraci¨®n religiosa, en la que varias generaciones de una misma familia se dan cita cada a?o en el ritual jud¨ªo del seder o cena pascual.
La dr¨¢stica medida de contenci¨®n de la propagaci¨®n de la pandemia, que enclaustra a los jud¨ªos de Israel mientras conmemoran la tradici¨®n b¨ªblica de su liberaci¨®n de la esclavitud en Egipto, persigue ante todo impedir desplazamientos y c¨®nclaves familiares masivos que multipliquen los contagios. En un ¨¦xodo de puertas para adentro, la traves¨ªa del desierto del confinamiento sanitario tambi¨¦n es ahora para todo el pueblo hebreo.
¡°Este a?o cada familia celebrar¨¢ el seder en solitario, con los miembros de cada hogar¡±, predic¨® Netanyahu el lunes por la noche en televisi¨®n, disipando toda expectativa para las reuniones en que decenas de parientes recitan una tradici¨®n, identificada como historia colectiva, en torno a copas de vino y pan sin levadura.
Asesores del primer ministro revelaron al diario Israel Hayom que la decisi¨®n de imponer el cierre de todo el pa¨ªs se ha adoptado para aplacar a las comunidades ultraortodoxas y evitar disturbios si se clausuraban solo sus zonas de residencia. La tensi¨®n hab¨ªa crecido ya hasta el punto de que el Ayuntamiento de Ramat Gan, ciudad lim¨ªtrofe con Bnei Brak, erigi¨® una barrera para tratar de limitar el contagio en la congestionada urbe jared¨ª, con una densidad de poblaci¨®n de 20.000 habitantes por kil¨®metros cuadrado.
Con el 75% de los casos de la Covid-19 en Jerusal¨¦n contabilizados en los distritos ultraortodoxos, donde viven una tercera parte de sus 900.000 habitantes, se acrecienta la brecha entre la comunidad jared¨ª y los sectores laicos de Israel. Cuando el Gobierno ya hab¨ªa prohibido (mediados de marzo) las concentraciones p¨²blicas, a¨²n se celebraban ceremonias multitudinarias entre los ultrarreligiosos. Al no acatar las directrices sanitarias del poder civil, muchos acusan a los temerosos de Dios de no tener m¨¢s ley que la que dictan sus rabinos.
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