Los ultraortodoxos, indispensables para Netanyahu tras su ligero avance en las urnas
El l¨ªder del Likud tendr¨¢ que pagar el peaje pol¨ªtico y econ¨®mico del apoyo de los ultrarreligiosos
Los partidos ultraortodoxos jud¨ªos Shas (sefard¨ª) y Juda¨ªsmo Unido por la Tor¨¢, (askenazi) han obtenido mejores resultados?(ocho esca?os cada uno) de lo que vaticinaban las principales encuestas electorales, que les auguraban una horquilla conjunta de entre 11 y 15 esca?os -en los comicios de 2015 el Shas obtuvo siete esca?os y la coalici¨®n askenazi seis-. Una vez m¨¢s, en su campa?a electoral mezclaron lo divino y lo humano, prometiendo a sus votantes hared¨ªes -temerosos de Dios- nada menos que ¡°el Para¨ªso¡±, a pesar de que la Ley Electoral israel¨ª proh¨ªbe expresamente pedir el voto a trav¨¦s de promesas de ¨ªndole religiosa.
Si el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu?es el designado por el presidente, Reuven Rivlin, para formar Gobierno, podr¨ªa liderar un s¨®lido bloque en el Parlamento, de 65 esca?os. Pero la holgada mayor¨ªa parlamentaria que conseguir¨ªa con el apoyo de los ultraortodoxos y de sus aliados de extrema derecha no ser¨¢ sin¨®nimo de estabilidad, en un futuro Gobierno donde varios de sus miembros, incluido Netanyahu, tienen cuentas pendientes con la justicia.
Los l¨ªderes de los dos partidos ultraortodoxos, el ministro del Interior, Aryeh Deri (Shas) y el viceministro de Salud, Yaakov Litzman (Juda¨ªsmo Unido de la Tor¨¢) tambi¨¦n est¨¢n en el punto de mira de la polic¨ªa israel¨ª. A finales de noviembre, los investigadores policiales aseguraron tener evidencias de que Deri habr¨ªa violado la ley y recomendaron al Fiscal General del Estado que lo acuse de blanqueo de capitales, malversaci¨®n, fraude y otros delitos fiscales.
Agentes de la Lahav 433, la unidad anticorrupci¨®n de la polic¨ªa, tambi¨¦n interrogaron en febrero a Litzman, sospechoso de haber utilizado sus influencias para evitar la extradici¨®n a Australia de Malka Leifer, exdirectora de una escuela australiana, acusada de abusos sexuales. El pol¨ªtico supuestamente le habr¨ªa ayudado a conseguir un informe psiqui¨¢trico falso, clave para librarse de ser juzgada en el extranjero.
Ambos son viejos socios de Gobierno de Netanyahu, que los considera sus aliados naturales, a pesar de las diferencias pol¨ªticas. En el pasado los encontronazos en el seno del Ejecutivo con el sector ultraortodoxo estuvieron marcados por el empe?o de los ultrarreligiosos jud¨ªos en parar el alistamiento forzoso de hared¨ªes en el Ej¨¦rcito y por sus demandas encaminadas a endurecer las penas por violar el sagrado descanso sab¨¢tico.
Si el l¨ªder del Likud descarta la gran coalici¨®n de unidad -de la que algunos hablan atendiendo al voto del electorado- y se decanta por reeditar un Gobierno como el de la pasada legislatura, tambi¨¦n ser¨¢ dif¨ªcil ver en Israel durante su pr¨®ximo mandato reformas que hagan posible el matrimonio civil, como demanda un sector de la sociedad o que mantenga su compromiso de crear una zona de rezo igualitaria en el Muro de las lamentaciones, como le reclaman los jud¨ªos m¨¢s progresistas de las corrientes estadounidenses de la Reforma y el llamado Movimiento Conservador.
Pero, adem¨¢s del coste pol¨ªtico, nadie duda de que el l¨ªder del Likud tendr¨¢ que pagar tambi¨¦n el peaje econ¨®mico del apoyo hared¨ª.? "Para Netanyahu los ultraortodoxos son un valor seguro. Sabe que puede contar con ellos y sus demandas no suponen un gran esfuerzo para ¨¦l. Lo natural es que gobierne de nuevo con ellos", asegura Ofer Kening, analista del Instituto de Democracia de Israel. En los ¨²ltimos cuatro a?os, el Gobierno dobl¨® el presupuesto de las yeshivas (centros de estudios religiosos jud¨ªos). De los 673 millones de shequels que recib¨ªan en 2014 (unos 168 millones de euros), pasaron a 1.300 millones de shequels (325 millones de euros) en 2018. Unas cifras que, a buen seguro, el nuevo Gobierno tendr¨¢ que aumentar para contentar a sus socios ultrarreligiosos y que tendr¨¢ un impacto negativo en los esfuerzos realizados por los diferentes Gobiernos en aras a la integraci¨®n laboral de un colectivo en el que un 50% de los hombres se dedica exclusivamente al estudio de la Tor¨¢.
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