Las c¨¢rceles egipcias, un agujero negro en tiempos del coronavirus
Se multiplican las voces que exigen al r¨¦gimen la liberaci¨®n de presos para evitar una tragedia en el interior de las prisiones del pa¨ªs a medida que aumentan los contagios
Una crisis de salud p¨²blica como la que est¨¢ atravesando Egipto a ra¨ªz de la propagaci¨®n del coronavirus cuenta con una ramificaci¨®n que amenaza con ser letal en sus abarrotadas e insalubres c¨¢rceles, donde languidecen miles de reclusos en condiciones infames.
El pasado s¨¢bado, el pa¨ªs ¨¢rabe super¨® la cr¨ªtica barrera de los mil casos a partir de la que las autoridades hab¨ªan reconocido que ser¨ªa dif¨ªcil rastrear las cadenas de transmisi¨®n del virus. Hasta el martes, los contagios ya hab¨ªan escalado hasta los 1.450, y aunque ninguno de ellos se ha registrado en una prisi¨®n, familiares, activistas y organizaciones de derechos humanos alertan de que la extensa poblaci¨®n reclusa no va a demostrarse inmune. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), por su parte, ha alertado de que los centros de detenci¨®n son particularmente vulnerables ante la Covid-19 y que las condiciones de detenci¨®n pueden contribuir a la propagaci¨®n de enfermedades contagiosas de este tipo.
A pesar de que no existen cifras oficiales sobre el n¨²mero de internos debido al alto secretismo con el que el r¨¦gimen egipcio reviste su gesti¨®n de las c¨¢rceles, el semioficial Consejo Nacional para los Derechos Humanos document¨® que en 2015 las prisiones del pa¨ªs se encontraban al 150% de su capacidad. En los ¨²ltimos a?os, centenares de detenidos han muerto entre rejas, la mayor¨ªa a causa de negligencias m¨¦dicas, seg¨²n la Organizaci¨®n ?rabe para los Derechos Humanos y el Comit¨¦ para la Justicia, una asociaci¨®n de derechos humanos con sede en Ginebra.
¡°Las c¨¢rceles del [presidente Abdelfat¨¢] Al Sisi ya son terriblemente inhumanas", se?ala Amy Hawthorne, subdirectora de investigaci¨®n en el Proyecto sobre la Democracia en Oriente Medio (POMED), ¡°pero la propagaci¨®n del coronavirus convierte las condiciones de detenci¨®n en un asunto humanitario urgente".
A principios de marzo, el Ministerio del Interior egipcio anunci¨® la interrupci¨®n de las visitas a reclusos como parte de sus medidas para evitar que el virus se cuele en el interior de los centros de detenci¨®n. Una suspensi¨®n que coincide adem¨¢s con la de las audiencias judiciales por los mismos motivos, de modo que la comunicaci¨®n con los internos y la informaci¨®n sobre lo que est¨¢ ocurriendo en las prisiones se ha cortado casi por completo, seg¨²n han se?alado a EL PA?S personas pr¨®ximas a cerca de una decena de reclusos.
¡°La manera que ten¨ªamos de saber c¨®mo estaban era a trav¨¦s de personas a las que se les permit¨ªan visitas, y como la mayor¨ªa en su prisi¨®n no tienen, sab¨ªamos m¨¢s acerca de nuestros seres queridos cuando aparec¨ªan en los juzgados", explica Nosayba Ahmed, hija de Ahmed Abdelnaby, recluso en la prisi¨®n de m¨¢xima seguridad de Tora, en El Cairo.
Las medidas de Interior est¨¢n dificultando asimismo la entrega de productos higi¨¦nicos a los reclusos, pero la requisa de estos art¨ªculos ¡ªque habitualmente practican los funcionarios penitenciarios¡ª no se ha detenido, tal y como se?alan familias. Sin embargo, los internos contin¨²an en contacto con las autoridades de la c¨¢rcel, y en algunos casos se permite que su entorno les entregue dinero y productos como tabaco a trav¨¦s de los guardias, lo que podr¨ªa facilitar la propagaci¨®n del virus. ¡°Parece que no haya una l¨®gica, y que para algunas personas sea que s¨ª y para otras que no,¡± cuenta C¨¦line Lebrun, esposa del prominente activista palestino-egipcio Ramy Shaath, encarcelado desde el pasado mes de julio.
Estas nuevas restricciones se a?aden a las infames condiciones habituales de las prisiones, que incluyen instalaciones infestadas y a menudo sin ventilaci¨®n y luz adecuadas. ¡°Las celdas est¨¢n en general abarrotadas¡± asegura una persona cercana a Ola al Qaradawi, hija del influyente te¨®logo Yousef al Qaradawi, y su marido, Hosam Khalaf, encarcelados desde 2017. ¡°De parte de Ola [sabemos] que tiene ratas, cucarachas y todo tipo de insectos en la celda,¡± detalla. ¡°Las prisiones son famosas por ser una incubadora de cualquier enfermedad, y uno de los [consejos] que los internos dar¨ªan [a los nuevos] es no ponerse enfermo,¡± desliza Lebrun.
¡°Nadie puede continuar viviendo en estas condiciones permanentemente,¡± avisa Somaia, cuyo hermano Yahya permanece encarcelado en una prisi¨®n del complejo de Tora.
El Ministerio del Interior, que niega desatender las necesidades m¨¦dicas y vitales de los reclusos, asegur¨® en un comunicado a principios de abril que las instalaciones de todas las prisiones han sido desinfectadas y esterilizadas como medida de prevenci¨®n.¡°[Las acciones de Interior] podr¨ªan funcionar si se estuvieran asegurando de que las personas internas son tratadas con humanidad,¡± sostiene Sara Mohamed, investigadora en la Comisi¨®n Egipcia para Derechos y Libertades. ¡°Pero esto no est¨¢ ocurriendo.¡± Por este motivo, a medida que el peligro de que se desate una tragedia aumenta, las voces que piden la liberaci¨®n de presos se han ido multiplicando. El 19 de marzo, el r¨¦gimen pareci¨® dar un t¨ªmido paso en esa direcci¨®n al anunciar la puesta en libertad de 15 opositores en detenci¨®n preventiva. Pero hasta la fecha ha rehusado extenderla a otros casos, como han anunciado en mayor o menor medida el resto de pa¨ªses del norte de ?frica.
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