Imperativos ¨¦ticos y econ¨®micos de la lucha contra la Covid-19: una perspectiva latinoamericana
En lugar de movilizar todas las capacidades a su disposici¨®n, algunos l¨ªderes han apostado por una pol¨ªtica populista y divisiva en medio de la tragedia
La pandemia de Covid-19 es una conmoci¨®n in¨¦dita, de duraci¨®n incierta y consecuencias catastr¨®ficas que, si no es abordada adecuadamente, podr¨ªa convertirse en uno de los episodios m¨¢s tr¨¢gicos de la historia de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Aunque la crisis requiere una acci¨®n r¨¢pida y decisiva de parte de los Gobiernos, las respuestas pol¨ªticas en nuestra regi¨®n han sido desiguales. En varios casos se ha reaccionado r¨¢pidamente, haciendo de la protecci¨®n de la salud p¨²blica el objetivo principal. Lamentablemente, algunos Gobiernos han tendido a minimizar los riesgos de la pandemia, informando mal a los ciudadanos y haciendo caso omiso tanto de la evidencia cient¨ªfica como del consejo de sus propios expertos. En lugar de movilizar todas las capacidades a su disposici¨®n, algunos l¨ªderes han apostado por una pol¨ªtica populista y divisiva en medio de la tragedia. Los latinoamericanos merecemos m¨¢s que eso.
La supresi¨®n de la epidemia para minimizar su morbilidad y mortalidad debe ser nuestra prioridad principal. Am¨¦rica Latina deber¨ªa centrarse en mejorar sus sistemas de salud, canalizar recursos a hospitales, adaptar temporalmente la infraestructura inactiva, como hoteles y centros de convenciones, y aumentar dr¨¢sticamente la capacidad de testeo.
A la disminuci¨®n de los vol¨²menes y precios de exportaci¨®n, p¨¦rdida de ingresos del turismo y las remesas, y grandes salidas de capital, en las econom¨ªas latinoamericanas se suma ahora la interrupci¨®n masiva de la producci¨®n nacional. La fuerte ca¨ªda de la oferta, combinada con una ca¨ªda generalizada de la demanda, puede desencadenar una espiral contractiva. En este marco, es esencial avanzar con pol¨ªticas audaces para proteger los ingresos de las personas y los hogares, incluyendo transferencias en efectivo para aquellos que quedan en una posici¨®n vulnerable por la crisis, entre ellos los trabajadores informales e independientes que no pueden acceder a subsidios de empleo o al seguro de desempleo.
Para preservar los empleos y los ingresos de los trabajadores, tambi¨¦n es esencial ayudar a las empresas, acompa?¨¢ndolas durante el per¨ªodo de distanciamiento social, y estimul¨¢ndolas en la recuperaci¨®n posterior. Los subsidios para el pago de salarios, condicionados al mantenimiento de la n¨®mina, protegen tanto a empresas como a trabajadores y son cruciales para una r¨¢pida mejora de la econom¨ªa. Por el contrario, si no se evitan las quiebras generalizadas, la pr¨®xima v¨ªctima de la crisis ser¨ªa el sistema bancario, con lo que el sistema de pagos y la econom¨ªa en su conjunto correr¨ªan el riesgo de colapsar.
Muchas empresas, particularmente las peque?as y medianas, sufrir¨¢n importantes p¨¦rdidas de ingresos mientras dure la crisis. Sin apoyo, la falta de liquidez se convertir¨¢ en un problema de solvencia, y los aplazamientos de impuestos, la refinanciaci¨®n de pr¨¦stamos y los cr¨¦ditos subsidiados no ser¨¢n suficientes. Esta emergencia requiere garant¨ªas fiscales de cr¨¦dito sin precedentes, as¨ª como cambios temporales en la regulaci¨®n, para incentivar y sostener el cr¨¦dito bancario. Los bancos p¨²blicos bien capitalizados y administrados podr¨ªan desempe?ar un papel de liderazgo en este frente.
El est¨ªmulo fiscal tambi¨¦n ser¨¢ crucial en la fase de recuperaci¨®n, momento en el que los Gobiernos deber¨¢n impulsar el empleo y la actividad econ¨®mica sin exacerbar los riesgos sanitarios. Las pol¨ªticas diferir¨¢n entre pa¨ªses, pero necesitar¨¢n recursos extraordinarios durante esa fase.
Todo esto plantea un desaf¨ªo excepcional: si bien las necesidades fiscales son ahora mucho mayores que durante la crisis financiera global de 2008-2009, los recursos fiscales en las econom¨ªas latinoamericanas son hoy m¨¢s limitados. Los costos del est¨ªmulo deber¨¢n compensarse con ajustes presupuestarios en ¨¢reas de menor prioridad. El compromiso de nuestros poderes Ejecutivo y Legislativo con la correcci¨®n del incremento del d¨¦ficit fiscal dentro de un per¨ªodo de tiempo razonable servir¨¢ para mitigar el riesgo de un deterioro de la calificaci¨®n crediticia que amenaza a varios de nuestros pa¨ªses.
Los l¨ªderes latinoamericanos deben hacer un llamado en¨¦rgico a la cooperaci¨®n internacional para enfrentar la crisis, condenando los controles a la exportaci¨®n de suministros m¨¦dicos y dem¨¢s recursos cr¨ªticos, y exigiendo un incremento de fondos para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, contrario a la temeraria decisi¨®n del Gobierno de Estados Unidos. Se necesita una coordinaci¨®n global m¨¢s s¨®lida entre las autoridades de la salud para mejorar la capacidad de realizar pruebas, tratar y aislar a los pacientes, y desarrollar una vacuna y cura, que ser¨¢n la soluci¨®n definitiva para la pandemia de Covid-19. Las compa?¨ªas farmac¨¦uticas deben ayudar a los pa¨ªses con materiales reactivos para ampliar el n¨²mero de testeos y con acceso libre a la tecnolog¨ªa para producirlos. En el ¨¢mbito financiero, los reguladores, las agencias de calificaci¨®n crediticia y las instituciones de normas contables deben adaptar sus criterios para hacer frente a circunstancias sist¨¦micas excepcionalmente adversas.
El apoyo externo para las cuentas fiscales y la balanza de pagos es indispensable, especialmente para los pa¨ªses m¨¢s peque?os y menos desarrollados de Am¨¦rica Latina. Si tanto las empresas privadas como los Gobiernos elevan sus d¨¦ficits, ocurrir¨¢ lo mismo con la cuenta corriente de los pa¨ªses. A esto se suma las salidas de capitales de los mercados emergentes, que ya ha sido la m¨¢s grande en la historia, y la depreciaci¨®n cambiaria resultante, potencialmente desestabilizadora. Para muchas econom¨ªas de la regi¨®n, un apoyo externo oficial mucho mayor ser¨¢ la ¨²nica forma de hacer frente a esta combinaci¨®n in¨¦dita de shocks adversos.
El FMI tiene un papel esencial que desempe?ar, tanto para abordar las necesidades fiscales y cambiarias de los pa¨ªses en el corto plazo como para seguir apoyando a las econom¨ªas en el futuro, a trav¨¦s de una crisis de duraci¨®n incierta. El FMI necesita m¨¢s recursos y la capacidad de desembolsarlos r¨¢pidamente. Los Gobiernos latinoamericanos deber¨ªan exigir una nueva emisi¨®n de un bill¨®n de Derechos Especiales de Giro (DEG). Y si bien estos DEG se asignan a los pa¨ªses miembros de acuerdo con sus respectivas cuotas, se podr¨ªa facilitar una asignaci¨®n no proporcional a trav¨¦s de un fondo que acelere el apoyo fiscal a los Gobiernos m¨¢s necesitados. Adem¨¢s, la duplicaci¨®n inmediata de los Nuevos Acuerdos para la obtenci¨®n de Pr¨¦stamos (NAP) dar¨ªa al Fondo la capacidad necesaria para atender la demanda urgente de pr¨¦stamos que se avecina. Finalmente, dado que los programas con alto acceso son lentos de aprobaci¨®n para las actuales urgencias, el FMI deber¨ªa aumentar significativamente el acceso a sus facilidades de desembolsos r¨¢pidos y condicionalidad leve, o crear una nueva para la pandemia.
Los bancos centrales que emiten monedas de reserva pueden contribuir a reducir la iliquidez cambiaria global, ampliando sus swaps de moneda con otros bancos centrales. Esto puede hacerse de manera directa entre bancos o, indirectamente, a trav¨¦s de la intervenci¨®n del FMI o del Banco de Pagos Internacionales (BPI) como intermediarios de la liquidez. A nivel nacional, los bancos centrales deben utilizar todos los instrumentos a su alcance, innovando cuando sea necesario, para inyectar liquidez a los mercados financieros y a la econom¨ªa.
Por ¨²ltimo, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y CAF deber¨ªan duplicar la cantidad de pr¨¦stamos netos a la regi¨®n para apoyo presupuestario con condicionalidad muy reducida, aprovechando la gran liquidez de los mercados globales de capital. En circunstancias excepcionales y en pa¨ªses sin acceso a los mercados, la suspensi¨®n del servicio de deuda podr¨ªa complementar estos pr¨¦stamos oficiales. Los BMD tambi¨¦n deber¨ªan proporcionar a los pa¨ªses directrices sobre las diversas ¨¢reas de pol¨ªticas involucradas en la respuesta a la crisis, incluyendo sus propias estimaciones de las tasas de morbilidad y mortalidad del COVID-19, especialmente en casos donde los Gobiernos est¨¢n minimizando la amenaza para la salud. En la lucha contra la pandemia, no hay tiempo que perder.
El desaf¨ªo planteado no tiene paralelo en la historia reciente. El mundo, y Am¨¦rica Latina y el Caribe, no pueden permitirse respuestas tard¨ªas o inadecuadas. La confianza mutua, la transparencia y la raz¨®n, no el populismo o la demagogia, siguen siendo las mejores gu¨ªas en estos tiempos inciertos. La crisis no puede ser excusa para debilitar nuestras democracias, ganadas con tanto esfuerzo; por el contrario, es la oportunidad para demostrar que la democracia est¨¢ en condiciones de responder a desaf¨ªos extremos, cumpliendo con justicia con sus ciudadanos.
Firmado:
Fernando Henrique Cardoso*, Presidente de Brasil (1995-2002).
Ricardo Lagos*, Presidente de Chile (2000-2006).
Juan Manuel Santos*, Presidente de Colombia (2010-2018).
Ernesto Zedillo Ponce de Le¨®n*, Presidente de M¨¦xico (1994-2000); Yale University.
Mauricio C¨¢rdenas, Ministro de Hacienda y Cr¨¦dito P¨²blico, Colombia (2012-2018); Center on Global Energy Policy, SIPA, Columbia University.
Roberto Chang, Profesor Distinguido de Econom¨ªa, Rutgers University, USA.
Jos¨¦ De Gregorio, Ministro de Econom¨ªa, Miner¨ªa y Energ¨ªa de Chile (2000-2001); Presidente del Banco Central de Chile (2007-2011); Decano, Facultad de Econom¨ªa y Negocios, Universidad de Chile.
Ilan Goldfajn, Presidente del Banco Central de Brasil (2016-2019); Director y fundador, Centro de Debates de Politicas Publicas (CDPP).
Ricardo Hausmann, Ministro de Planeamiento Venezuela (1992-1993); Profesor, Kennedy School of Government, Harvard University.
Eduardo Levy Yeyati, Decano, Escuela de Gobierno, Universidad Torcuato Di Tella.
Federico Sturzenegger, Presidente del Banco Central de Argentina (2015-2018); Profesor Plenario, Universidad de San Andr¨¦s.
Rodrigo Vald¨¦s, Ministro de Hacienda de Chile (2015-2017); Escuela de Gobierno, Universidad Catolica de Chile.
Andr¨¦s Velasco, Ministro de Hacienda de Chile (2006-2010); Decano, School of Public Policy, London School of Economics.
*Miembro de The Elders.
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