¡°La implementaci¨®n de los acuerdos de paz es muy ambiciosa, muy dif¨ªcil, y hay que insistir¡±
El jefe saliente del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja en Colombia analiza el panorama humanitario que enfrenta el pa¨ªs
Despu¨¦s de casi seis a?os en Colombia como delegado del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), Christoph Harnisch prepara las maletas para asumir ese mismo cargo en Irak ¨Ccon alg¨²n retraso, por cuenta de la crisis mundial del coronavirus y los problemas de movilidad que conlleva para una organizaci¨®n internacional¨C. Este curtido diplom¨¢tico suizo lleg¨® a Bogot¨¢ en 2014, en plenas negociaciones entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC, y se marcha cuando el acuerdo de paz ya cumple m¨¢s...
Despu¨¦s de casi seis a?os en Colombia como delegado del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), Christoph Harnisch prepara las maletas para asumir ese mismo cargo en Irak ¨Ccon alg¨²n retraso, por cuenta de la crisis mundial del coronavirus y los problemas de movilidad que conlleva para una organizaci¨®n internacional¨C. Este curtido diplom¨¢tico suizo lleg¨® a Bogot¨¢ en 2014, en plenas negociaciones entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC, y se marcha cuando el acuerdo de paz ya cumple m¨¢s de tres a?os desde su firma, pero el pa¨ªs todav¨ªa afronta formidables desaf¨ªos humanitarios. En muchas de las regiones m¨¢s remotas e hist¨®ricamente marginadas, las enormes esperanzas de la poblaci¨®n todav¨ªa no se materializan.
Su primera sorpresa al aterrizar fue encontrarse con un pa¨ªs que ¡°estaba mirando una negociaci¨®n de paz con una distancia muy grande¡±, rememora en esta entrevista por videollamada que atiende desde el edificio del CICR en el norte de Bogot¨¢, donde ha dejado todo listo para partir. No se percib¨ªa el inter¨¦s, y el vocabulario de la guerra segu¨ªa dominando el debate p¨²blico, se utilizaban las mismas palabras que en el pasado, detalla. La segunda sorpresa, para ¨¦l que ha estado acostumbrado a negociaciones con cierta confidencialidad, fue que se publicaran los tres primeros puntos antes de sellar el acuerdo ¨C pol¨ªtica agraria, pol¨ªtica de drogas y participaci¨®n pol¨ªtica¨C, y que esos textos se distribuyeran de manera muy abierta. Era la prueba de que Colombia viv¨ªa una din¨¢mica de negociaci¨®n muy particular.
Conflictos activos
Desde que las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia dejaron las armas y se convirtieron en un partido pol¨ªtico con representaci¨®n en el Congreso, ¡°el n¨²mero de actores aument¨® claramente, y el an¨¢lisis mismo de qui¨¦nes son se ha vuelto mucho m¨¢s complejo¡±, se?ala Harnisch. ¡°Uno no puede decir que la paz no lleg¨® a ninguna parte del pa¨ªs, pero no lleg¨® a estos territorios muy lejanos, pobres, donde hay ausencia del Estado y una situaci¨®n muy dif¨ªcil. Esto es lo que queda por hacer¡±, advierte. ¡°La noticia muy buena es que hay un actor armado menos en el pa¨ªs que son las FARC-EP, y esto se olvida de vez en cuando¡±, se?ala.
El CICR ha evitado hablar de una situaci¨®n de posconflicto. Prefiere referirse a un escenario de posacuerdo, pues considera que persisten al menos cinco conflictos armados no internacionales en Colombia. Cuatro entre el Gobierno y alg¨²n actor armado ¨Cel Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL), las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las antiguas estructuras de las FARC que no se acogieron a los di¨¢logos de La Habana¨C y uno entre el ELN y el EPL en la regi¨®n del Catatumbo, en la frontera con Venezuela.
Tambi¨¦n han sido a?os de un evidente crecimiento de los cultivos de coca. ¡°He visto en ?frica muchos conflictos que se explican por los recursos naturales, sean los diamantes o la distribuci¨®n del petroleo¡±, dice el jefe en el pa¨ªs andino del CICR. ¡°En los conflictos modernos muchas veces la motivaci¨®n profunda es la presencia de recursos naturales, donde hay grupos que quieren controlar y distribuir despu¨¦s esta riqueza. Colombia no es diferente. Se habla much¨ªsimo de la presencia de la coca, pero cuando uno va a algunas zonas del Cauca, o de Nari?o, el problema m¨¢s grande es la miner¨ªa que se hace de manera ilegal. En este sentido no es una particularidad¡±, reflexiona. Sin ser experto en las l¨®gicas de las econom¨ªas ilegales, le sorprende que se hable tanto de la producci¨®n y el transporte. ¡°?Por qu¨¦ no se habla m¨¢s del consumo?¡±, se cuestiona.
La incansable b¨²squeda de desaparecidos
El CICR lleva medio siglo trabajando en Colombia, uno de los lugares donde su presencia ha sido m¨¢s prolongada y donde es m¨¢s respetado. En un pa¨ªs donde el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica ha registrado m¨¢s de 80.000 desaparecidos y el Instituto de Medicina Legal calcula hasta 200.000 cuerpos por exhumar, apoyar a las familias que buscan a sus seres queridos ha sido una parte esencial de su misi¨®n. Harnisch califica la Unidad de B¨²squeda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), surgida de los acuerdos con un mandato exclusivamente humanitario y extrajudicial, como ¡°una idea brillante¡±.
¡°Estos negociadores reconocieron el problema, y eso ya es un logro enorme¡±, apunta. En otros lugares se impuso la idea de que hablar de los desaparecidos complicaba las negociaciones, pero no en Colombia. Sin embargo, los avances han sido muy lentos. En algunas zonas hay miedo, los pobladores son muy cautelosos. Para obtener informaci¨®n, la UBPD ¡°tendr¨¢ que luchar en los pr¨®ximos a?os para ganar esta confianza de la gente¡±, valora. ¡°La implementaci¨®n es muy ambiciosa, es muy dif¨ªcil, y hay que insistir¡±.
Justamente el CICR ha advertido que los pa¨ªses deben prepararse con urgencia para la correcta manipulaci¨®n de los cad¨¢veres que produzca la crisis del coronavirus, y la UBPD ha dicho que la emergencia sanitaria puede poner en riesgo los cuerpos de personas no identificadas que permanecen en los cementerios del pa¨ªs. El delegado, sobre la base de su experiencia, matiza ese peligro. ¡°Este pa¨ªs tiene un Instituto de Medicina Legal fabuloso, que hace un trabajo inmenso; tiene una capacidad forense que muchos pa¨ªses no tienen; tiene unas instituciones que est¨¢n involucradas en el manejo profesional, con unos est¨¢ndares bastante elevados, y en ese sentido mi preocupaci¨®n es muy poca¡±.
Crisis carcelaria
La pandemia tambi¨¦n ha encendido las alarmas sobre el hacinamiento carcelario en diferentes lugares del mundo. En Colombia, la covid-19 ya ha provocado la muerte de dos presos contagiados en la c¨¢rcel de Villavicencio, y un sangriento mot¨ªn para exigir medidas sanitarias que dej¨® 23 muertos en la c¨¢rcel Modelo de Bogot¨¢ hace poco m¨¢s de un mes. Esos episodios han evidenciado una situaci¨®n dram¨¢tica. El Gobierno expidi¨® un decret¨® para enviar a prisi¨®n domiciliaria a unas 4.000 personas privadas de la libertad, que ha sido duramente criticado por insuficiente. El sistema carcelario tiene capacidad para 80.000 presos, pero mantiene a unos 124.000.
El hacinamiento es apenas ¡°la punta del iceberg¡±, ha dicho el delegado del CICR, que advierte sobre la emergencia carcelaria hace a?os. ¡°La crisis del coronavirus no es el momento de arreglar todos los problemas sist¨¦micos que exist¨ªan, porque eso es imposible. Pero s¨ª tiene que dar a muchos sectores de este pa¨ªs el empuj¨®n para decir ¡®esto s¨ª necesitamos arreglarlo¡¯¡±, se?ala. ¡°Durante la crisis lo que hay que hacer es salvar vidas¡±.