La informalidad y la fuga de los m¨¢s vulnerables hacia el campo desbaratan el confinamiento en Per¨²
El pa¨ªs registra el segundo mayor n¨²mero de muertes y contagiados en Sudam¨¦rica, por detr¨¢s de Brasil
La econom¨ªa peruana ha crecido en los ¨²ltimos 20 a?os una media de 4,5% anual, en gran medida debido a los precios internacionales de los metales. Los Gobiernos han exhibido ese indicador orgullosamente, aunque poniendo bajo la alfombra el alto porcentaje de personas en empleo informal, que ha ido del 80% en 2004 al 66% en 2018. Per¨² es un pa¨ªs de ingresos medios, en el cual los hospitales no tienen ec¨®grafos, tom¨®grafos, insumos en los laboratorios, ni jab¨®n en los servicios. Por ello, desde mediados de marzo el Ejecutivo orden¨® una cuarentena y un toque de queda. Pese a las medidas estrictas, en el d¨ªa 51 de la emergencia de la covid-19, las autoridades sanitarias reportaron el martes el mayor incremento de nuevos contagios diarios, 3.817. Este jueves, se han registrado 54.526 casos y 1.627 fallecidos.
?Por qu¨¦ hubo tanta propagaci¨®n del virus si fue el primer pa¨ªs en Am¨¦rica Latina en establecer la inamovilidad obligatoria, la prohibici¨®n del transporte interprovincial, el cierre de fronteras y un programa de subsidios a 2,7 millones de hogares pobres? Los expertos apuntan a la informalidad laboral, el d¨¦bil sistema de salud, el empobrecimiento y el desplazamiento hacia el campo de miles de ciudadanos que han quedado sin medios de vida en las ciudades, y han partido a pie, sin control sanitario de las autoridades.
El presidente, Mart¨ªn Vizcarra, reconoci¨® el martes que los resultados de las medidas excepcionales que el Gobierno adopt¨® para contener la propagaci¨®n del virus ¡°no han sido exactamente¡± los que esperaban. ¡°Esta no es solamente una crisis sanitaria: estamos viviendo una crisis social y una crisis econ¨®mica sin precedentes y el efecto real no lo tenemos dimensionado en toda su magnitud porque estamos en pleno proceso de esta crisis¡±, a?adi¨®. De las cinco regiones con la mayor cantidad de infectados y muertes, en Loreto, Lambayeque y Piura, las fuerzas del orden denuncian desde marzo un mayor incumplimiento al toque de queda y a la orden de quedarse en casa. El sacerdote Miguel Fuertes, vicario de Iquitos, capital de Loreto, cuestion¨® esta semana que las autoridades no supieran hacer llegar el mensaje.
¡°Para la mayor cantidad de personas en Iquitos, la forma de vida es vender algo en la puerta de casa o hacer cachuelitos [peque?os trabajos]¡±, explic¨® a una radio de Lima. ¡°?C¨®mo le dicen a una familia de 12 personas en una casa de 10 metros cuadrados, bajo un techo de calamina, con el calor, que no salgan para evitar el contagio?¡±, agreg¨®.
La m¨¦dico e investigadora Carol Zavaleta dijo a EL PA?S que adem¨¢s de la precariedad del sistema de salud, hay otro factor que explica que las medidas adoptadas en marzo no hayan logrado aplanar la curva de la infecci¨®n. ¡°En Per¨², el 25% de la poblaci¨®n se reconoce como ind¨ªgena, pero ese ser ind¨ªgena es invisible para las instituciones p¨²blicas y privadas. Muchos como yo, ya no somos ind¨ªgenas, pero nos hemos criado en un sistema de salud que usaba pr¨¢cticas m¨¦dicas ind¨ªgenas, de nuestros abuelos, y luego hemos emigrado hacia las grandes urbes¡±, refiere la acad¨¦mica de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
¡°Loreto es una regi¨®n con fuertes ra¨ªces y componentes ind¨ªgenas, en el caso de las otras dos regiones, tienen migrantes de los Andes y a¨²n tienen comunidades campesinas. Las sociedades ind¨ªgenas tienen un sistema de conocimiento, de valores, de dieta, y de medicina diferente al que actualmente rige el desarrollo de la sociedad occidental peruana", contin¨²a Zavaleta. ¡°Estas pr¨¢cticas se asocian al manejo de los elementos de la naturaleza para proveer alimento, bebida, ropa, casa y diversi¨®n. El no reconocerlo no permite celebrarlo, ni entenderlo, ni tampoco sumar la evidencia cient¨ªfica a las pr¨¢cticas ind¨ªgenas, en otras palabras; exclusi¨®n, marginaci¨®n y olvido de todo lo que representa la salud y el bienestar ind¨ªgena, un pa¨ªs que crece econ¨®micamente de espaldas a su identidad¡±.
El m¨¦dico e investigador Daniel Rojas coment¨® en un conversatorio de expertos que Loreto, Lambayeque y Piura tienen en com¨²n la m¨¢s baja densidad de m¨¦dicos en el pa¨ªs: menos de siete por cada 10.000 habitantes, de acuerdo a cifras oficiales de 2018.
Factores no previstos
Otros dos aspectos escaparon de los c¨¢lculos hechos por el Gobierno. El Ejecutivo no incluy¨® entre las actividades esenciales, al inicio de la cuarentena, a la miner¨ªa, pero la a?adi¨® un par de d¨ªas despu¨¦s, confiado en que las empresas cumplir¨ªan las medidas sanitarias en los campamentos. Esta semana, suman 258 los trabajadores de siete compa?¨ªas mineras, dos de ellas las principales extractoras de cobre: Antamina y Cerro Verde.
El secretario general de la Federaci¨®n de Trabajadores Metal¨²rgicos de Per¨², Jorge Ju¨¢rez, sostiene que cuando el Gobierno tom¨® esa decisi¨®n no salvaguard¨® a los trabajadores. El dirigente explica que Antamina, la empresa que tiene 210 empleados contagiados, evacu¨® a cientos de mineros pero no todos conoc¨ªan sus resultados de las pruebas de diagn¨®stico, y tardaron en conocerlos. De acuerdo a una norma publicada el domingo, en mayo todos los rubros de la miner¨ªa podr¨¢n volver a operar. Ju¨¢rez teme que la supervisi¨®n del cumplimiento de los protocolos autorizados por las autoridades sanitarias, no sea viable. ¡°La norma se?ala que en la empresa debe haber una instancia a la cual reportar un incumplimiento, pero si no es un tercero el que supervise, los trabajadores no se van a exponer a un despido o a un cese de contrato. La entidad de fiscalizaci¨®n laboral deber¨ªa ser quien fiscalice¡±, refiri¨® a EL PA?S.
Adem¨¢s, est¨¢n los m¨¢s de 160.000 peruanos que se quedaron sin trabajo ni casa en las ciudades y que hace tres semanas decidieron volver a pie, al campo o a comunidades amaz¨®nicas. El Ejecutivo, hasta este mi¨¦rcoles, ha logrado organizar el retorno de 14.000 de ellos, previas pruebas r¨¢pidas del virus; pero una gran cantidad no pudo esperar las coordinaciones con las Administraciones regionales ni los diagn¨®sticos y se ech¨® a caminar, algunos de ellos con sus beb¨¦s a cuestas. El Gobierno no tiene un c¨¢lculo de la propagaci¨®n del virus a ra¨ªz de este desplazamiento. El primer ministro, Vicente Zeballos, dijo a este diario que est¨¢n considerando ¡°albergues transitorios cercanos a las principales salidas de la capital para organizar su retorno¡±. Sin embargo, los caminantes, como ellos se autodenominan, se est¨¢n encontrando con duras condiciones al llegar a sus destinos. Las autoridades locales tambi¨¦n se sienten sobrepasadas en sus capacidades. Al alcalde de la provincia de Condorcanqui, en Amazonas, Orlando Requejo, le pidieron organizar un albergue para la cuarentena de 70 desplazados. Consigui¨® una escuela, pero llegaron 200 personas. El lunes, Requejo padec¨ªa para encontrar alimentos y colchonetas para los desplazados.
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