Bolivia se encamina hacia las presidenciales en un clima de m¨¢xima tensi¨®n pol¨ªtica
El pa¨ªs vuelve a las urnas el 6 de septiembre tras el derrocamiento de Morales y en medio de dudas sobre los informes que propiciaron la ca¨ªda del exmandatario
Bolivia se encamina hacia unas elecciones presidenciales despu¨¦s de meses convulsos en los que al derrocamiento de Evo Morales por acusaciones de fraude se han sumado la llegada al poder de un criticado Gabinete interino y las dudas sobre los informes electorales que propiciaron la ca¨ªda del expresidente. Ahora hay un horizonte para volver a las urnas y el pa¨ªs lo hace en un clima de elevada tensi¨®n pol¨ªtica. Tras haber logrado un acuerdo con tres partidos de la oposici¨®n, entre ellos el Movimiento al Socialismo (MAS), que cuenta con mayor¨ªa en el Parlamento, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia propuso una ley, que seguramente se aprobar¨¢, para convocar a elecciones el 6 de septiembre.
Esta es la tercera vez que la fecha de los comicios se cambia y tal vez no sea la ¨²ltima. La definici¨®n del TSE gener¨® la reacci¨®n adversa del oficialismo y dio lugar a una fuerte pol¨¦mica pol¨ªtica. Los distintos frentes respaldaron o rechazaron la fecha definida, seg¨²n sus respectivos c¨¢lculos electorales, mientras la poblaci¨®n intentaba retomar las actividades despu¨¦s de 80 d¨ªas de cuarentena, pese a que los casos (13.949 positivos) y fallecimientos por la covid-19 (casi 500) han ido en aumento.
La necesidad de este pacto pol¨ªtico surgi¨® del impasse que se hab¨ªa producido previamente entre el poder legislativo y el Ejecutivo, es decir, entre el MAS y el actual oficialismo, en torno a la fecha de las elecciones. La ley que las fijaba el primer domingo de agosto hab¨ªa sido denunciada ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno de Jeanine ??ez con el argumento de que una fecha tan cercana pod¨ªa poner en riesgo la salud de la poblaci¨®n.
La negociaciones en busca de una nueva fecha se realizaron con el auspicio de las Naciones Unidas y la Uni¨®n Europea y concluyeron en un acuerdo entre los opositores MAS, que encabeza los sondeos; Libre 21, que postula al exmandatario Jorge Quiroga; y Comunidad Ciudadana (CC), que lidera el expresidente Carlos Mesa. Participaron en las charlas, pero se excluyeron del acuerdo final, la alianza Juntos, de ??ez, y el frente Creemos, que dirige el derechista Luis Fernando Camacho, adversario de Morales y uno de los dirigentes que propiciaron su ca¨ªda. El expresidente abandon¨® el pa¨ªs y se fue primero a M¨¦xico y luego a Argentina, donde se encuentra, mientras la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) elaboraba un informe que hace d¨ªas fue cuestionado por una informaci¨®n de The New York Times.
La plataforma de la presidenta transitoria prometi¨® acatar la fecha establecida siempre y cuando la evoluci¨®n de la pandemia vaya a mejor. Al mismo tiempo, cuestion¨® que el Tribunal Electoral hubiera cedido a las pretensiones ¡°electoralistas¡± del MAS y de CC. Estos dos partidos est¨¢n interesados en ir a las urnas lo m¨¢s pronto posible. Al mismo tiempo, son los que van delante en la mayor¨ªa de las encuestas. Para Mesa, las elecciones son imprescindibles para enfrentar la pandemia, ya que el pa¨ªs requiere de una direcci¨®n pol¨ªtica ¡°leg¨ªtima¡±.
??ez lleg¨® al poder por un acuerdo de las fuerzas que derrocaron al presidente Morales en noviembre pasado con un mandato transitorio y limitado a la organizaci¨®n de las elecciones. Sin embargo, la extrema polarizaci¨®n pol¨ªtica, primero, y la llegada de la pandemia, despu¨¦s, le permitieron actuar como una gobernante ordinaria, y tomar decisiones con efectos de largo plazo, lo que Mesa y Morales han criticado una y otra vez. Ahora, estos l¨ªderes opositores han tomado la ambigua posici¨®n del Gobierno sobre la nueva fecha de elecciones como una prueba m¨¢s de su deseo de prolongar el mandato interino. El oficialismo ha rechazado estas insinuaciones y ha asegurado que solo lo mueve la preocupaci¨®n sanitaria.
El l¨ªder de las protestas que terminaron en el derrocamiento de Morales, Luis Fernando Camacho, que aparece en las encuestas con una intenci¨®n de voto de solo el 10%, se ha estrellado frontalmente contra el acuerdo pol¨ªtico promovido por el Tribunal Electoral. ¡°Los pol¨ªticos de siempre se adue?aron de nuestra lucha de los 21 d¨ªas [previos al derrocamiento].... Yo mantengo mi posici¨®n: ni cobarde, ni vendido, peor masista. No pact¨¦, no pacto y no pactar¨¦ con el dictador¡±, declar¨® Camacho, en alusi¨®n a las informaciones sobre una conversaci¨®n telef¨®nica entre el presidente del Tribunal Electoral, Salvador Romero, y el expresidente Morales, que habr¨ªa dado el visto bueno al acuerdo. La existencia de este contacto no se ha confirmado. Fue Morales, desde Argentina, y no Luis Arce, el candidato del MAS, quien anunci¨® primero el acuerdo pol¨ªtico sobre las elecciones, lo que le cay¨® muy mal a sus enemigos e incluso a muchos de sus seguidores en Bolivia.
Camacho quiere que se haga una nueva convocatoria a elecciones para el pr¨®ximo a?o, lo que le permitir¨ªa reorganizarse, cambiar sus listas de candidatos y participar en el proceso con mayores posibilidades de ¨¦xito. Romero fue designado directamente como miembro del Tribunal Electoral por ??ez, que elogi¨® su conocimiento de los asuntos electorales y su reputaci¨®n internacional. No obstante, su posici¨®n institucionalista respecto al MAS lo ha convertido en sospechoso para grupos y personalidades extremistas, afines tanto a ??ez como a Camacho.
El Procurador General del Estado y una senadora del partido de Gobierno exigieron a Romero que se sumara como parte acusadora en el juicio que est¨¢ planteado contra Morales por su presunta participaci¨®n en el supuesto fraude en las pasadas elecciones. La autoridad electoral no les ha respondido. Adem¨¢s, los radicales consideran que, por este mismo motivo, Romero y el Tribunal Electoral debieron haber eliminado al MAS de estas elecciones. Esto no ocurri¨® porque la ley no establece una sanci¨®n colectiva por el delito de fraude. Sin embargo, la idea de inhabilitar al partido de Morales vuelve recurrentemente al debate p¨²blico, alimentada por el exitoso desempe?o de Luis Arce en las encuestas. Estas le asignan a Arce el primer lugar, con m¨¢s del 30% de la intenci¨®n de voto. Seg¨²n la norma boliviana, un candidato puede triunfar en primera vuelta si re¨²ne m¨¢s del 40% de los votos y tiene diez puntos porcentuales por encima de su inmediato seguidor.
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