¡°Satan¨¢s, ?fuera de Bolivia! ?Ahora!¡±
Los comit¨¦s c¨ªvicos, grupos vecinales que encabezaron las protestas contra Morales, prosperan en un clima de exaltaci¨®n religiosa. Su l¨ªder es el ultracat¨®lico Luis Fernando Camacho
Miles de personas caminan hacia la plaza del Cristo Redentor de Santa Cruz de la Sierra ataviadas con la bandera de Bolivia. Todos esperan a Luis Fernando Camacho, el l¨ªder del sector m¨¢s radical de las protestas contra el Gobierno de Evo Morales. Es casi la medianoche del pasado martes y se acaba de levantar el paro que bloque¨® la segunda ciudad del pa¨ªs, basti¨®n de la oposici¨®n, durante 21 d¨ªas. Horas antes, la senadora derechista Jeanine ??ez se hab¨ªa declarado presidenta sin contar con el apoyo de la mayor¨ªa del Parlamento, a¨²n controlado por el partido del exmandatario, el Movimiento al Socialismo (MAS). Para los adversarios del l¨ªder ind¨ªgena, que renunci¨® y est¨¢ asilado en M¨¦xico, ya estaba todo hecho.
Junto a la estatua del Cristo, desfilan por el escenario m¨²sicos, predicadores y portavoces de los llamados comit¨¦s c¨ªvicos. Se trata de las organizaciones que agrupan a gremios y asociaciones de vecinos, especialmente de los departamentos de Santa Cruz y Potos¨ª, que presumen de haber echado a Morales, quien gobern¨® durante casi 14 a?os. La bandera que envuelve el atril transmite una idea del clima de la celebraci¨®n: ¡°Jes¨²s gobierna Bolivia¡±. De repente, desde la tarima una voz improvisa un exorcismo. ¡°Ahora atamos a Satan¨¢s... Y a todos los demonios de la brujer¨ªa los atamos y los enviamos al abismo en esta hora. Establecemos un nuevo tiempo en los cielos de Bolivia. Satan¨¢s, ?fuera de Bolivia! ?Ahora!¡±.
Camacho, el presidente del Comit¨¦ Pro Santa Cruz, lleg¨® poco despu¨¦s acompa?ado de Marco Pumari, l¨ªder de una asociaci¨®n equivalente en Potos¨ª. Detr¨¢s de ellos hay grupos de vecinos y representantes locales de colegios profesionales que paralizaron las calles en un intento de demostrar su fortaleza. En Santa Cruz, buena parte de la poblaci¨®n les hizo caso. La ciudad, que desde las elecciones del 20 de octubre fue escenario de violentos enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morales, ten¨ªa en los ¨²ltimos d¨ªas un aspecto fantasmal. En cada rotonda, en cada cruce, un puesto de control inspeccionaba a los transe¨²ntes. Casi siempre con mucha educaci¨®n.
A la entrada del puente del Urub¨®, sobre el r¨ªo Pira¨ª, una decena de personas aguarda bajo una peque?a carpa. Junto a ellas, un gran cartel con las fotograf¨ªas de Morales, su n¨²mero dos, el exvicepresidente ?lvaro Garc¨ªa Linera, ministros y dirigentes del MAS. Cada hora abren el paso durante diez minutos. ¡°Es para que la gente sepa que un paro es un paro¡±, dice Juan Manuel D¡¯Arruda, de 40 a?os, cocinero. Su objetivo es que la poblaci¨®n tome conciencia. En la conversaci¨®n intervienen Yhomar De Sanctis, 37 a?os, ejecutiva de ventas, Vittorio Aloisio, empresarios de 46 y otros vecinos. ¡°Este es un movimiento pac¨ªfico, con familias, estamos aqu¨ª parados, sin trabajar, sin ingresos ni nada¡±, reivindican.
Son el espejo de clases medias y acomodadas y sus posiciones contra el Gobierno derrocado est¨¢n muy radicalizadas. Hablan de un "plan maquiav¨¦lico", consideran demasiado blanda o diplom¨¢tica la postura de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) que realiz¨® una auditor¨ªa del proceso electoral y recomend¨® una repetici¨®n de los comicios. "Aqu¨ª no es la gente contra la gente, es la gente contra los masistas", resumen para describir la crisis por la que atraviesa Bolivia en referencia a los militantes del MAS. Creen que la estrategia de Morales consiste en esperar el momento oportuno en M¨¦xico y regresar al pa¨ªs. "Todo lo que est¨¢n haciendo es una novela de libreto mexicano", dice una de los presentes. Rechazan, adem¨¢s, que las cr¨ªticas se centren en Camacho, representante de la ¨¦lite, ultraderechista y ultracat¨®lico. "Pumari es ind¨ªgena y es minero pero no le nombra porque si no se les cae su discurso sobre el racismo", afirman.
Al igual que en el piquete del puente del Urub¨®, en la sede del Comit¨¦ Pro Santa Cruz, fundado hace 59 a?os, los interlocutores son muy amables. Mientras Camacho, su l¨ªder, segu¨ªa en La Paz, donde entr¨® en el Palacio de Gobierno para depositar una Biblia, el encargado de la instituci¨®n es el vicepresidente, el m¨¦dico R¨®mulo Calvo. ¡°Hemos estado acostumbrados a vivir con miedo, primero a las acciones que pudieran ser tomadas en tu contra, ahora a que vuelva¡±, opina.
La fe como arma
Defienden ser un movimiento transversal, que va m¨¢s all¨¢ de los partidos, que predica la inclusi¨®n de todos. Pero su discurso y el de sus colaboradores, que sigue el guion de las comparaciones con Cuba y con Venezuela, parece irreconciliable con el proyecto del MAS, que fue excluido del Gabinete de transici¨®n nombrado por Jeanine ??ez. M¨¢s que adversarios pol¨ªticos, ellos parecen considerarse sus enemigos. ?Y por qu¨¦ Camacho fue a Palacio con una Biblia en pleno siglo XXI? Responde Mario Aguilera, otro dirigente del comit¨¦: "?De qu¨¦ otra manera puedes enfrentar desarmado, consciente y pac¨ªficamente a un Estado de Gobierno dictatorial? Solo con fe, el arma m¨¢s hermosa del ser humano".
No se conocen con exactitud los planes de Camacho. De momento, su abogado, Jerjes Justiniano, es el ministro interino de la Presidencia. El pasado martes fue aclamado al volver de La Paz por miles de seguidores. ¡°Ya somos libres, unidos lo pudimos lograr¡±, enfatiz¨®. Tambi¨¦n hizo un gui?o a los ind¨ªgenas exhibiendo su bandera, la wiphala. Morales les dio protagonismo, pero en los ¨²ltimos a?os algunas comunidades no ocultaron su malestar con el Gobierno y acabaron participando en las protestas. Sin embargo, Camacho volvi¨®, entre aplausos, a su relato: ¡°Esta no es la Cuba de los hermanos Castro ni la Venezuela de Ch¨¢vez y Maduro¡±.?
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