Las estatuas de Col¨®n, nuevo objetivo del movimiento revisionista en EE UU

Casi tres semanas despu¨¦s de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la polic¨ªa, Estados Unidos se ha adentrado de lleno en una conversaci¨®n sobre el racismo, el tema fundamental de la historia del pa¨ªs. Y la figura de Crist¨®bal Col¨®n, cuyas expediciones a las Am¨¦ricas hace m¨¢s de cinco siglos llevaron a la colonizaci¨®n y matanza de poblaciones ind¨ªgenas, se ha convertido en uno de los objetivos de la ola de contestaci¨®n al patr...

Casi tres semanas despu¨¦s de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la polic¨ªa, Estados Unidos se ha adentrado de lleno en una conversaci¨®n sobre el racismo, el tema fundamental de la historia del pa¨ªs. Y la figura de Crist¨®bal Col¨®n, cuyas expediciones a las Am¨¦ricas hace m¨¢s de cinco siglos llevaron a la colonizaci¨®n y matanza de poblaciones ind¨ªgenas, se ha convertido en uno de los objetivos de la ola de contestaci¨®n al patrimonio simb¨®lico del pa¨ªs.

Despu¨¦s de la decapitaci¨®n y derribo de sendas estatuas del descubridor en Boston (Massachusetts) y en Richmond (Virginia), respectivamente, otra estatua fue derribada de su base de granito ante el Capitolio estatal de Saint Paul (Minnesota). En Houston (Texas), otro monumento a Col¨®n amaneci¨® con el rostro pintado de rojo. Y en Miami (Florida), las estatuas de Col¨®n y de Juan Ponce de Le¨®n han aparecido este jueves con numerosas pintadas, entre ellas el nombre de George Floyd. La polic¨ªa de la ciudad ha informado de que varias personas han sido detenidas, despu¨¦s de su identificaci¨®n mediante c¨¢maras de vigilancia.

El gobernador de Nueva York, el dem¨®crata Andrew Cuomo, ha defendido la permanencia de la estatua de Col¨®n en Columbus Circle, a los pies de Central Park, en Manhattan. Preguntado en su rueda de prensa diaria sobre si era ya ¡°hora de retirar la estatua¡±, el pol¨ªtico de origen italiano ha respondido: "Comprendo el di¨¢logo que se ha estado produciendo durante un n¨²mero de a?os, pero la estatua de Crist¨®bal Col¨®n de alguna manera representa el legado italoamericano en este pa¨ªs y la contribuci¨®n de los italoamericanos a este pa¨ªs¡±.

La ciudad de Nueva York cre¨® en 2017 una comisi¨®n para decidir si la estatua de Col¨®n deb¨ªa o no seguir en su sitio y, el a?o siguiente, el alcalde de la ciudad (que sigue en el cargo), el tambi¨¦n italoamericano y dem¨®crata Bill de Blasio, confirm¨® que se quedar¨ªa en Columbus Circle, pero s¨ª se le incorporar¨ªan nuevos elementos informativos para explicar lo que representa para la historia de Estados Unidos. Y se encargar¨ªa, en paralelo, un monumento en otro lugar de la ciudad dedicado a reconocer a los pueblos ind¨ªgenas. De esa manera, dijo de Blasio, se mantiene viva ¡°una conversaci¨®n colectiva necesaria¡±.

La figura del explorador, que en Estados Unidos se asocia m¨¢s a su origen italiano que a la historia espa?ola, ha estado rodeada de controversia desde hace a?os. En 2019, Washington se sum¨® a 130 ciudades y ocho Estados del pa¨ªs que cambiaron la festividad del D¨ªa de Col¨®n por la de los Pueblos Ind¨ªgenas. El descubridor de Am¨¦rica, seg¨²n la nueva norma aprobada por el Consejo del Distrito de Columbia, ¡°esclaviz¨®, coloniz¨®, mutil¨® y masacr¨® a miles de pueblos ind¨ªgenas en las Am¨¦ricas¡±. El presidente Donald Trump dej¨® claro entonces su oposici¨®n a cambiar la efem¨¦ride. ¡°Para m¨ª siempre ser¨¢ el D¨ªa de Col¨®n. A alguna gente no le gusta eso. A m¨ª, s¨ª¡±, dijo.

Pero la conversaci¨®n abierta en la estela de las protestas raciales tras la muerte de George Floyd alcanza, de manera m¨¢s prioritaria que a la figura de Col¨®n, al legado simb¨®lico de la Confederaci¨®n. Tambi¨¦n en este frente ha tomado partido Trump, alimentando las llamas de la guerra cultural que viven la calles de todo el pa¨ªs desde la muerte de Floyd. ¡°?Aquellos que niegan su historia est¨¢n condenados a repetirla!¡±, ha tuiteado este jueves.

El mi¨¦rcoles, el mismo d¨ªa en que el hermano de Floyd ped¨ªa en el Congreso acci¨®n para acabar con la injusticia racial, el presidente arremeti¨® contra una iniciativa debatida en el Pent¨¢gono que plantea renombrar bases militares bautizadas en honor a oficiales confederados que lucharon contra la Uni¨®n en la Guerra de Secesi¨®n. ¡°Se ha sugerido que deber¨ªamos renombrar tantas como 10 de nuestras legendarias bases militares, como Fort Bragg en Carolina del Norte, Fort Hood en Texas, Fort Benning en Georgia, etc¨¦tera. Estas monumentales y muy poderosas bases se han convertido en parte del gran legado americano, y una historia de ganar, victoria y libertad. Los Estados Unidos de Am¨¦rica entrenaron y desplegaron a nuestros h¨¦roes en estos terrenos sagrados, y ganaron dos guerras mundiales. Por eso, mi Administraci¨®n nunca considerar¨¢ renombrar a estas magn¨ªficas y legendarias instalaciones militares¡±, tuite¨®. La Casa Blanca asegur¨® despu¨¦s que el presidente estar¨ªa dispuesto a negarse a firmar la ley de presupuesto anual de Defensa si el Congreso tratase de forzar la medida.

La defensa de Trump de los nombres confederados de las bases se produce cuando, por todo el pa¨ªs, se repiten las iniciativas para retirar del espacio p¨²blico monumentos de figuras de los Estados secesionistas del sur, que defend¨ªan la supremac¨ªa blanca y la instituci¨®n de la esclavitud. La l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, pidi¨® que se retiren 11 monumentos a figuras confederadas, despu¨¦s de que el gobernador de Virginia, el tambi¨¦n dem¨®crata Ralph Northam, anunciara que quitar¨¢ la estatua del general Lee de un monumento en Richmond, la que fuera capital de los Estados Confederados. En esa misma ciudad, una estatua en honor a Jefferson Davis, presidente de la Confederaci¨®n, fue vandalizada y derribada el mi¨¦rcoles por la noche. La NASCAR, la muy popular competici¨®n de coches de serie, decidi¨® tambi¨¦n el mi¨¦rcoles prohibir las banderas confederadas en sus eventos.

En un momento en que el pa¨ªs reflexiona sobre el racismo sist¨¦mico, Trump ha elegido eludir, cuando no negar, el debate. Ha evitado hablar sobre c¨®mo la muerte de Floyd ha sacudido las conciencias de los estadounidenses, ha preferido no participar en los actos en su memoria celebrados estos d¨ªas y, en la ola de protestas que recorre el pa¨ªs, se ha posicionado sin matices con la polic¨ªa y contra los manifestantes, a quienes insiste en acusar sin pruebas de estar manejados por la extrema izquierda y el movimiento Antifa. En un momento de introspecci¨®n colectiva, ha optado por presentarse como el presidente de ¡°la ley y el orden¡±.