El reto de rastrear el virus sin perder derechos

¡°Dinamarca lanz¨® hace dos d¨ªas su app, [hubo] muchas descargas. No he visto a¨²n los n¨²meros. Pero me han dicho que no es interoperable (compatible) con la app de Alemania¡±, dec¨ªa el viernes pasado una europarlamentaria danesa en un mensaje de WhatsApp dirigido a sus compa?eros en Bruselas. El mensaje se cerraba con un emoji (figuras simb¨®licas usadas en esta red social) que se llevaba las manos a la frente para mostrar desesperaci¨®n. Solo unos d¨ªas antes, la Comisi¨®n Europea hab¨ªa anunciado un acuerdo sobre la compatibilidad de estas aplicaciones m¨®viles para rastrear potenciales contagios de la covid-19 en un momento en que los Estados miembros empiezan a suprimir las restricciones a los viajes transfronterizos a tiempo para las vacaciones de verano.

Una vez iniciado el desconfinamiento en los pa¨ªses de la UE y, por tanto, reactivado el turismo, que mueve en torno al 10% del PIB comunitario, la incompatibilidad de datos entre pa¨ªses es solo uno de los desajustes que estas aplicaciones de rastreo tienen que superar para demostrar su utilidad a escala europea. De hecho, el acuerdo anunciado afecta solo a los 18 pa¨ªses que, como Alemania y Dinamarca, han elegido el llamado sistema descentralizado, a cuyos datos no pueden acceder las autoridades. Francia, una potencia tur¨ªstica mundial, ha optado por una aplicaci¨®n que usa un protocolo distinto al resto de Estados de la Uni¨®n Europea, lo que compromete a¨²n m¨¢s su operatividad comunitaria.

Las aplicaciones funcionan a trav¨¦s de Bluetooth, que detecta la presencia de otros tel¨¦fonos con la misma app y registra a aquellos que est¨¢n m¨¢s de 10 minutos a menos de dos metros. Cuando alguien da positivo por coronavirus y lo comunica a trav¨¦s de la aplicaci¨®n, quienes hayan estado en esa franja de tiempo y espacio, reciben una alerta. Adem¨¢s de Alemania y Dinamarca, ya han lanzado sus aplicaciones Italia y Letonia. Varios pa¨ªses m¨¢s se encuentran en fase de creaci¨®n y Espa?a lanzar¨¢ una versi¨®n piloto este lunes en la isla canaria de La Gomera. Todas usan el sistema descentralizado, que almacena los datos en cada tel¨¦fono m¨®vil y no permite que las autoridades accedan a los dispositivos. Todas, salvo la aplicaci¨®n francesa.

Para garantizar la compatibilidad del sistema descentralizado, la Comisi¨®n Europea financiar¨¢ y articular¨¢ un nodo al que se remitir¨¢n los contagios comunicados en primera instancia a los servidores nacionales. Desde ¨¦l, ubicado f¨ªsicamente en Luxemburgo, la informaci¨®n se reenviar¨¢ a los servidores de los dem¨¢s pa¨ªses, permitiendo as¨ª que los ciudadanos que hayan estado en contacto con el contagiado reciban la comunicaci¨®n. Ese nodo, sin embargo, no llegar¨¢ antes de septiembre, seg¨²n Santiago Gra?a, subdirector general de Impulso a la Digitalizaci¨®n en Espa?a y que sigue de cerca el proceso.

El rastreo de la cadena de contagios que permiten los m¨®viles ¡°es lo ¨²nico que ante un rebrote podr¨ªa evitar un nuevo confinamiento¡±, dice Gemma Gald¨®n, investigadora en pol¨ªticas de seguridad que colabora con varios Gobiernos en la creaci¨®n de estos programas. Pero esa promesa de la seguridad ha puesto en alerta tambi¨¦n a quienes defienden el derecho a la privacidad en un ¨¢mbito tan delicado como la salud. Por esto, el Gobierno alem¨¢n opt¨® finalmente por el sistema descentralizado, a pesar de que su primera opci¨®n fue tambi¨¦n el modelo franc¨¦s, que centraliza los datos en un servidor al que pueden acceder las autoridades.

La aplicaci¨®n alemana sumaba este jueves 13 millones de descargas, una semana despu¨¦s de su lanzamiento; la francesa, lanzada el 2 de junio, no hab¨ªa alcanzado a¨²n los dos millones (1,9 de descargas, seg¨²n los datos del Gobierno franc¨¦s).

El empuj¨®n de Apple y Google

Con el triunfo del sistema descentralizado, incluso los m¨¢s severos cr¨ªticos de estas aplicaciones reconocen que el respeto a la estricta regulaci¨®n europea en materia de protecci¨®n de datos est¨¢ garantizado. ¡°En teor¨ªa no hay conflicto¡±, dice el italiano Andrea Renda, jefe de investigaci¨®n en gobernanza global e innovaci¨®n del Centre for European Policy Studies (Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea, CEPS), un laboratorio de an¨¢lisis de Bruselas. ¡°La cuesti¨®n es si de verdad se necesita utilizar estas aplicaciones y c¨®mo se puede garantizar que estos datos se vayan a destruir cuando ya no sean necesarios para la protecci¨®n de la salud¡±, a?ade Renda. Seg¨²n el reglamento general de protecci¨®n de datos de la Uni¨®n Europea, estas aplicaciones solo se contemplan con car¨¢cter ¡°temporal¡±.

En todo caso, la descarga y el uso de las aplicaciones son voluntarios, seg¨²n la normativa europea. ¡°Y ese es el problema, porque lo que sabemos es que las apps son ¨²tiles si son obligatorias¡±, subraya Renda. La cuesti¨®n de la eficacia y el respeto a la privacidad est¨¢n as¨ª conectados en c¨ªrculo. De su utilidad real depender¨¢ que puedan considerarse ¡°necesarias¡±, otra de las condiciones exigibles.

Hasta ahora, este tipo de aplicaciones ha fracasado en todos los pa¨ªses democr¨¢ticos donde se han usado, desde Islandia a Corea del Sur. ¡°Es una aplicaci¨®n que tiene que confiar en la ciudadan¨ªa¡±, asegura Gald¨®n, que dirige Eticas Research & Consulting, una consultora de Barcelona. Seg¨²n Gald¨®n, en Europa ¡°el ¨²nico modelo que puede funcionar es el que lanz¨® [el jueves] Alemania¡±: descentralizado, apoyado por una gran campa?a de comunicaci¨®n del Gobierno federal y articulado por los sistemas operativos de Apple y Google. ¡°Es el mejor modelo y tiene muchas posibilidades no solo de ser ¨²til, sino de evitar un escenario generalizado de privaci¨®n de libertades¡±, a?ade.

El peso de Apple y Google ha decantado la balanza en favor del modelo descentralizado. ¡°Ah¨ª se puede ver tambi¨¦n la dependencia de Europa a la hora de actuar en una situaci¨®n de pandemia¡±, se?ala Axel Voss, europarlamentario de la CDU, el partido de la canciller Angela Merkel, y miembro de la comisi¨®n de asuntos jur¨ªdicos del Parlamento Europeo ¡ªinstituci¨®n que ha financiado esta serie de reportajes¡ª. Ambos gigantes tecnol¨®gicos se negaban a desarrollar un sistema en el que los Estados tuvieran acceso a los dispositivos, en parte porque ese misma posibilidad iba a estar tambi¨¦n en manos de Gobiernos autoritarios.

Voss considera que las cr¨ªticas al sistema centralizado responden a un enfoque ¡°ideol¨®gico¡±, pero aun as¨ª celebra que su pa¨ªs haya acabado aceptando el sistema descentralizado por razones pr¨¢cticas. ¡°El otro no era viable. Y cuando est¨¢s bajo presi¨®n y tienes que actuar, lo m¨¢s sabio siempre es avanzar en el sentido en el que no encuentras resistencia¡±, dice. A juicio de Gald¨®n, ¡°que Alemania haya tomado la decisi¨®n m¨¢s protectora de derechos, despu¨¦s de una batalla brutal, marca un antes y un despu¨¦s en pol¨ªtica de protecci¨®n de datos¡±.

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