El excepcional impacto de un tipo normal
El estilo de vida simple marca la figura del primer ministro neerland¨¦s, influyente y pol¨¦mico actor de la gran negociaci¨®n del nuevo fondo europeo
Hace seis meses escasos, la imagen de Mark Rutte, de 53 a?os, primer ministro liberal de derecha de los Pa¨ªses Bajos, produc¨ªa un cierto cansancio a escala nacional. Con tres Gabinetes a sus espaldas en la ¨²ltima d¨¦cada, las dudas sobre su continuidad como candidato eran frecuentes. Y entonces lleg¨® la pandemia. Su gesti¨®n de la crisis, firme a la vez que respetuosa hacia la ciudadan¨ªa, y su presencia continua en los medios ¡ªhasta extremos lacerantes en lo ¨ªntimo, ya que su anciana madre falleci¨® en una residencia y no pudo verla para no saltarse las normas de seguridad¡ª le han granjeado el aprecio general. Sus ¨ªndices de popularidad rozan cotas hist¨®ricas y no hay, en estos momentos, otro l¨ªder posible de su partido ¡ªel Popular por la Libertad y la Democracia, de inspiraci¨®n liberal-conservadora¡ª para las pr¨®ximas elecciones legislativas, previstas para 2021.
En su tierra, Rutte es Mark Rutte, y en la vida cotidiana, el nombre propio no suele mencionarse al hablar de los pol¨ªticos neerlandeses. Un tipo tranquilo, optimista, con capacidad para cambiar de opini¨®n si ve que algo funciona, soltero celoso de su intimidad y abierto, dice, a tener familia. Un pol¨ªtico que va en bicicleta, como la mayor¨ªa de sus compatriotas, llueva o nieve. Que se toma un caf¨¦ al paso cerca de su despacho, ubicado en el centro de La Haya, y saluda con una sonrisa a los curiosos que le reconocen. En otras palabras, o mejor, seg¨²n el t¨¦rmino nacional por excelencia: un tipo normal.
Fuera, sin embargo, se ha ganado estos d¨ªas varios apelativos sonoros. Ha sido ¡°Mr. No¡±, por su postura en la negociaci¨®n de los planes europeos para la recuperaci¨®n ante la crisis. Como l¨ªder del grupo conocido como de pa¨ªses frugales que buscaba reducir la cuant¨ªa de subvenciones y elevar el control sobre las mismas, ha recibido dur¨ªsimas cr¨ªticas en medios de muchos pa¨ªses europeos e incluso de alguno de sus hom¨®logos. A diferencia del Reino Unido, detr¨¢s de cuyo peso pol¨ªtico se situaba habitualmente en las grandes batallas, Pa¨ªses Bajos sabe que la Europa comunitaria es su espacio natural, pero la idea de que la solidaridad debe ir de la mano de reformas y controles est¨¢ muy asentada en la sociedad y el Parlamento neerland¨¦s.
Merijn de Waal, periodista del rotativo NRC Handelsblad, que fue corresponsal en Espa?a entre 2009 y 2014, cree que los roces con Espa?a e Italia tienen una doble interpretaci¨®n. ¡°Pa¨ªses Bajos no tiene el sentido europe¨ªsta espa?ol, y no se ha explicado bien a los neerlandeses que estamos en esto juntos. No es solo cu¨¢nto nos cuesta, porque si la UE florece, nosotros igual. Para el ciudadano que hace c¨¢lculos sobre su dinero, la falta de reformas desde la ¨²ltima crisis no se puede digerir¡±, se?ala.
Adriaan Schout, catedr¨¢tico de Administraci¨®n P¨²blica en la Universidad Radboud, en la ciudad de Nimega, tiene un punto de vista diferente. ¡°Ha habido una cierta confusi¨®n. Hay una diferencia entre austeridad y reforma, y Rutte hablaba de reformas desde el contexto neerland¨¦s de confianza de la ciudadan¨ªa en la fortaleza de sus instituciones¡±, dice. ¡°El mensaje de Rutte llega a mucha gente. No hay m¨¢s que mirar al grupo formado por los denominados frugales. Lo inexplicable es que la propia Comisi¨®n Europea hiciera una propuesta solidaria en abril con poca atenci¨®n para la supervisi¨®n y el control. Esa laguna ha sido cubierta por Rutte¡±.
La aparente capacidad de encaje exhibida por el primer ministro en medio de las fuertes tensiones de los ¨²ltimos meses deriva en parte de su veteran¨ªa pol¨ªtica. Tambi¨¦n de su propia educaci¨®n e historia familiar. Es el peque?o de siete hermanos y su madre, Mieke Dilling, fallecida a los 96 a?os, era la segunda esposa de su padre, Izaak. Mieke era hermana de Petronella, la primera mujer de Izaak, muerta en un campo de concentraci¨®n en Indonesia durante la invasi¨®n japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Rutte padre dirig¨ªa all¨ª una empresa de importaci¨®n y muri¨® cuando el hoy primer ministro ten¨ªa 21 a?os. En 1980 perdi¨® a uno de sus hermanos, Wim, por culpa del sida. Su media hermana mayor, con la que se llevaba 35 a?os, tambi¨¦n ha fallecido. Estudi¨® en el Maerlant-Lyceum, un centro p¨²blico de secundaria de La Haya en un barrio residencial de clase media-alta. Licenciado en Historia por la Universidad de Leiden, pens¨® en dedicarse al piano, trabaj¨® en la multinacional Unilever, fue secretario de Estado de Asuntos Sociales y despu¨¦s de Educaci¨®n, entre 2002 y 2006, lider¨® su partido desde 2010, y su primer Gobierno data de ese a?o. No perdona las clases semanales de Ciudadan¨ªa, Derecho y Sociolog¨ªa que imparte en Johan de Witt College, un centro de Formaci¨®n Profesional de La Haya, y uno de sus mejores amigos de la infancia, Lodewijk Dekker, dice de ¨¦l, entre risas, que ¡°se ha vuelto m¨¢s joven, r¨¢pido, sano y atractivo con el tiempo, porque era muy feo¡±.
Rutte se ha expuesto en Bruselas a las cr¨ªticas durante las negociaciones del fondo europeo y lo habr¨ªa hecho igual aunque no tuviera elecciones en 2021 ni estuviera bajo la presi¨®n de la extrema derecha de Geert Wilders y Thierry Baudet, coinciden los expertos consultados. ¡°La pregunta es c¨®mo afectar¨¢ su dureza a la imagen e influencia de los Pa¨ªses Bajos en el extranjero. La responsabilidad individual en la resoluci¨®n de conflictos es un sentimiento de la cultura protestante que permea a la sociedad neerlandesa en su conjunto, y creo que el poder de veto que ped¨ªa era una forma de negociar. Directa, sin filtros, que no gana amigos. Aunque ha demostrado que s¨ª era flexible, porque el pacto final beneficia a Espa?a e Italia, creo que Rutte ha perdido la oportunidad de mostrarse como un estadista, porque tiene capital pol¨ªtico en casa y pod¨ªa haberlo utilizado para incidir en el electorado m¨¢s all¨¢ de lo que se espera que hiciera ante una crisis cl¨¢sica. Esto es una pandemia. La Haya tendr¨¢ que afrontar igualmente el cumplimiento de las reglas fiscales para salir de la crisis y el oto?o ser¨¢ duro. Entonces veremos el efecto en casa de este pacto¡±, concluye Marcel Jansen, profesor titular de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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