El negocio de las cabras
Los propagandistas del Brexit acent¨²an hoy el objetivo pol¨ªtico de la soberan¨ªa nacional por encima de cualquier otro
Todo empez¨® con mentiras. Pero el Brexit se ha convertido ya para los brit¨¢nicos en una especie de negocio de las cabras de Roberto. Este pretend¨ªa enriquecerse cambiando dos cabras blancas por una negra: era una astucia basada en la necedad de desconocer que el valor de ese animal no depende de su color.
Los propagandistas del Brexit acent¨²an hoy el objetivo pol¨ªtico de la soberan¨ªa nacional por encima de cualquier otro.
Pero en la campa?a Leave del refer¨¦ndum de 2016 agudizaron el argumento econ¨®mico: solo que entonces la astucia era una simple falacia. Recuerden el lema de Boris Johnson: ¡°Cada semana enviamos a la UE 350 millones de libras que se podr¨ªan destinar a la sanidad p¨²blica¡±, rezaba el cartel de su autob¨²s mitinero.
Las cifras oficiales certificaban lo contrario. El c¨¢lculo correcto para el concepto ¡°enviamos¡± deber¨ªa haber sido la aportaci¨®n neta a las arcas comunes: o sea la contribuci¨®n bruta (los 350 millones) menos la devoluci¨®n del ¡°cheque¡± de Margaret Thatcher, cantidad a minorar por los fondos del presupuesto comunitario revertidos a programas para el Reino Unido.
En 2014 ese saldo neto alcanzaba 9.872 millones de libras anuales, unos 190 millones por cada una de las 52 semanas, apenas poco m¨¢s de la mitad de los proclamados 350 millones.
Aquel episodio reinflama los ¨¢nimos de empresarios y activistas. Porque el Gobierno acaba de reeditar este mes un pormenorizado estudio (The border with the European Union), cuya anterior edici¨®n, de octubre pasado (HMRC impact assessment for the movement of goods if the UK leaves the EU without a deal) ya hizo furor.
No porque calculase los magnos costes macroecon¨®micos de un Brexit sin pacto, sino porque se centraba en un ¨²nico detalle: los m¨¢s m¨ªnimos costes micro del papeleo burocr¨¢tico para las empresas que comercian exclusivamente con la Europa continental, unas 245.000. Ese detalle, que siempre solivianta a un buen brit¨¢nico de alma liberal.
El informe define que la documentaci¨®n aduanera a presentar en frontera incluir¨¢ las certificaciones de exportaciones e importaciones; declaraciones de IVA y accisas (impuestos especiales sobre alcohol, tabaco y energ¨ªa); seguridad y sanidad, y que ascender¨¢ a 215 millones de formularios al a?o.
Pese a que se prometen ¡°facilidades¡± a los empresarios privados, estos costes administrativos ser¨¢n ingentes, 7.500 millones de libras anuales. Claro est¨¢, a cada lado de la frontera, pues otros tantos ser¨¢n soportados por los comerciantes europeos que hagan intercambios con la isla (la equivalencia de cuant¨ªa es obvia: a cada importaci¨®n le corresponde una exportaci¨®n en sentido inverso).
Tambi¨¦n el sector p¨²blico pagar¨¢ su factura, por ejemplo, al contratar a 50.000 funcionarios aduaneros. As¨ª que el coste burocr¨¢tico brit¨¢nico total crecer¨¢. El de las autorizaciones p¨²blicas ¡°ascender¨¢ al menos a 3.000 millones anuales; o sea, en total 10.000 millones al a?o¡ 192 millones de libras semanales¡±, calcula el profesor de la Universidad de Londres Richard Murphy, experto en evasi¨®n fiscal. ¡°Escribidlo en un cartel del autob¨²s¡±, concluye, ir¨®nico.
En suma: solo el mayor coste del papeleo anula la ventaja de eliminar la contribuci¨®n neta a la UE. Y mientras aquel es in¨²til, esta reportaba beneficios.
La raz¨®n de que estas cifras reverdezcan ahora es que el Gobierno de Boris Johnson ha lanzado una intensa, y cara, campa?a propagand¨ªstica (4.500 millones de libras) para convencer del Brexit al 61% de los empresarios que ni siquiera han procurado informarse sobre el escenario de un no-acuerdo final, como tampoco ha hecho el 74% de los ciudadanos en general. Apenas un 20% se interesa en concreto por las consecuencias de la deriva secesionista.
La campa?a es robusta y persigue un cl¨ªmax trepidante, como traslucen los t¨ªtulos de sus cuatro fases hasta el inicio del a?o pr¨®ximo: ¡°Empujar¡±; ¡°golpear y atemorizar¡±; ¡°sortear los da?os¡±; y ¡°nuevas oportunidades¡±. Pues eso, algunos han escogido contraponer los datos num¨¦ricos a la presi¨®n del hurac¨¢n sentimental.
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