Las matanzas en Colombia obligan a Duque a dar respuestas a la crisis de seguridad
El presidente trata de paliar la ola de cr¨ªticas tras las cinco masacres que han dejado 30 muertos en 11 d¨ªas
Las cinco matanzas perpetradas en Colombia en menos de 11 d¨ªas, con un saldo de al menos 30 muertos, han obligado al presidente Iv¨¢n Duque a reaccionar ante un problema que, hasta ahora, hab¨ªa pretendido minimizar. Aunque organismos internacionales y la Defensor¨ªa del Pueblo ven¨ªan advirtiendo la tendencia al alza de las masacres y los asesinatos de l¨ªderes sociales, el mandatario lleva un semestre volcado en atender la crisis del coronavirus, y recientemente se hab¨ªa mostrado m¨¢s preocupado por defender a su mentor, ...
Las cinco matanzas perpetradas en Colombia en menos de 11 d¨ªas, con un saldo de al menos 30 muertos, han obligado al presidente Iv¨¢n Duque a reaccionar ante un problema que, hasta ahora, hab¨ªa pretendido minimizar. Aunque organismos internacionales y la Defensor¨ªa del Pueblo ven¨ªan advirtiendo la tendencia al alza de las masacres y los asesinatos de l¨ªderes sociales, el mandatario lleva un semestre volcado en atender la crisis del coronavirus, y recientemente se hab¨ªa mostrado m¨¢s preocupado por defender a su mentor, el expresidente ?lvaro Uribe, en detenci¨®n domiciliaria.
Los sangrientos episodios asoman a Colombia, una vez m¨¢s, a su pasado m¨¢s oscuro. Con una semana de retraso, y tras un alud de cr¨ªticas por una sensaci¨®n generalizada de deterioro de la seguridad, el mandatario se desplaz¨® el fin de semana a Cali y luego a Samaniego, en el sure?o departamento de Nari?o, dos de los lugares donde grupos armados a¨²n no identificados han perpetrado masacres contra j¨®venes en hechos a¨²n por esclarecer.
Esas correr¨ªas reactivas, mientras el pa¨ªs conoc¨ªa los detalles de otras tres matanzas, estuvieron lejos de aplacar las cr¨ªticas. Duque no solo recorri¨® las calles del pueblo rodeado de funcionarios y prometi¨® ¡°dejar¡± un estadio de f¨²tbol para Samaniego, que ha sufrido m¨¢s de 20 homicidios en el ¨²ltimo mes, sino que respondi¨® con un pu?o levantado, como si estuviera siendo ovacionado, al c¨¢ntico de algunos pobladores que le ped¨ªan justicia en este caso a¨²n no esclarecido. ¡°Queremos paz¡±, le gritaban al mandatario que lleg¨® al poder como un f¨¦rreo cr¨ªtico del acuerdo que sell¨® su predecesor, Juan Manuel Santos, con la extinta guerrilla de las FARC.
Duque, que lleva seis meses presentando un programa de televisi¨®n diario sobre el coronavirus, ya afrontaba crecientes cr¨ªticas a lo largo de la semana entera que le tom¨® desplazarse a Samaniego, donde el 15 de agosto fueron asesinados ocho j¨®venes reunidos en una casa en una zona rural. En el entretanto, convoc¨® a Bogot¨¢ al alcalde, ?scar Pantoja, que cont¨® que tuvo que hacer un trayecto por carretera de unas 16 horas para reunirse con el mandatario, pues el transporte a¨¦reo sigue suspendido por la pandemia. Esa fue la antesala del consejo de seguridad que Duque encabez¨® en esa regi¨®n enclavada en las monta?as de Nari?o el s¨¢bado, la misma jornada en que el pa¨ªs amaneci¨® con la noticia de tres nuevas masacres en distintos puntos de Cauca, Nari?o y Arauca.
Antes de aterrizar, Duque intent¨® aplacar los reclamos con un mensaje acompa?ado de un gr¨¢fico en su cuenta de Twitter. ¡°Nos duelen los muertos que deja la violencia producto del narcotr¨¢fico y el terrorismo. Entre 2010 y 2018, nuestro pa¨ªs vivi¨® 189 homicidios colectivos, y entre 2019 y 2020, 34 hechos de esa naturaleza. Seguiremos combatiendo a disidencias FARC, ELN, Clan del Golfo, carteles y otros¡±, escribi¨®. Casi de inmediato, y desde diversos sectores, se consider¨® un eufemismo evitar la palabra masacres, se interpret¨® que intentaba minimizar el problema y se recibi¨® con indignaci¨®n ese uso arbitrario de las cifras, que comparaba las masacres de los dos periodos de Santos con los dos a?os que lleva en el poder.
Espejo retrovisor
¡°El Gobierno le sigue echando la culpa a Santos y al proceso de paz. No ha sido capaz de entender la nueva realidad del crimen y como no entienden, no saben qu¨¦ hacer. Por eso nos esperan muchos meses m¨¢s de esta situaci¨®n¡±, valor¨® el analista Ariel ?vila, columnista de este peri¨®dico, para quien esa falta de orientaci¨®n parte de una ¡°lectura ideologizada y politizada de la seguridad¡±.
Entre los indicadores de violencia, el de las masacres, en particular, puede tener diferentes criterios seg¨²n la fuente, pero el deterioro es evidente. ¡°Negarlo no lo va a solucionar¡±, se?al¨® el investigador Juan Carlos Garz¨®n, de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP), al corregir la comparaci¨®n, con las cifras del Ministerio de Defensa, para mostrar que entre 2015 y junio de 2017 hubo 29 masacres con 120 v¨ªctimas, en contraste con 41 masacres con 210 v¨ªctimas entre 2018 y junio de 2020. La oficina de Derechos Humanos de la ONU, que recibi¨® las ¨²ltimas noticias con ¡°honda preocupaci¨®n¡±, registr¨® 36 masacres en 2019, la mayor cifra de su conteo desde el 2014, y en este a?o ya hab¨ªa documentado 33 antes de las tres matanzas del fin de semana.
Desde Pasto, la capital de Nari?o, luego del consejo de seguridad y mientras muchos ve¨ªan una falta de empat¨ªa en las im¨¢genes del pu?o alzado y la promesa de un nuevo estadio en Samaniego que inundaban las redes sociales, Duque se sostuvo en que el nombre preciso era ¡°homicidios colectivos¡±, que el Ministerio de Defensa ha usado durante varios Gobiernos. ¡°Tristemente hay que aceptarlo como pa¨ªs, no es que volvieron, es que no se han ido tristemente estos hechos de homicidios colectivos¡±, defendi¨®, sin ahondar en el incremento que se dibuja en su mandato.
Una de las mayores promesas del acuerdo de paz, firmado a finales de 2016, era llevar el Estado a las regiones apartadas. Pero tres el vac¨ªo dejado por el desarme de las FARC, el rosario de masacres insin¨²a una nueva etapa de la violencia armada, m¨¢s fragmentada, con una proliferaci¨®n de grupos armados ilegales en contraste con los actores dominantes que eran las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), o las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). A¨²n en medio de la pandemia, los grupos armados se mantienen activos en muchas regiones, e incluso han abundado las alertas sobre el aumento del reclutamiento forzado o los estrictos controles sociales impuestos a la poblaci¨®n.
El Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), considerado la ¨²ltima guerrilla del pa¨ªs, se ha venido fortaleciendo hasta convertirse en el grupo m¨¢s activo, seguido por las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo ¨C surgido de los remanentes de los grupos paramilitares¨C, de acuerdo con la radiograf¨ªa de las din¨¢micas de la confrontaci¨®n armada de la FIP para los primeros cuatro meses de 2020. Despu¨¦s viene un amplio archipi¨¦lago de bandas. El aumento de las masacres llega para sumarse al incesante asesinato de l¨ªderes sociales y excombatientes que firmaron la paz que ya hab¨ªa encendido todas las alarmas.
Aunque la pandemia ha dado un relato al Gobierno, a falta de uno propio en temas de seguridad, Duque encapsula lo que viene ocurriendo bajo el paraguas del narcotr¨¢fico. El presidente ha dicho que ¡°el engendro del narcotr¨¢fico¡± es la causa de los homicidios de los ¨²ltimos d¨ªas. Sin embargo, diversos analistas coinciden en alertar que ese es un reduccionismo que no contempla las l¨®gicas territoriales ni de organizaci¨®n social de los lugares donde han ocurrido las masacres y no contribuye a detener los cr¨ªmenes. Adem¨¢s, familiares de v¨ªctimas como las de Samaniego consideran que est¨¢n siendo estigmatizadas al quedar bajo esa l¨®gica.
Otros advierten que esa insistencia en el narcotr¨¢fico en realidad permite al Gobierno un camino para reforzar su visi¨®n prohibicionista de la pol¨ªtica antidrogas, que favorece la erradicaci¨®n forzada acompa?ada de la fuerza p¨²blica y el regreso a la fumigaci¨®n con glifosato, en detrimento de la sustituci¨®n pactada con los campesinos que contemplan los acuerdos. Durante su visita a Arauca, donde fueron asesinadas 5 personas, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, asegur¨® que ¡°hoy la aspersi¨®n a¨¦rea es m¨¢s necesaria que nunca antes para acabar con cultivos il¨ªcitos. Con ella se erradican muchas m¨¢s hect¨¢reas diariamente (en promedio 400), es m¨¢s segura y econ¨®mica y, sobre todo, evita afectaciones a la Fuerza P¨²blica y a la poblaci¨®n civil¡±.
Ante una semana oscura para los colombianos, el presidente Iv¨¢n Duque anunci¨® la creaci¨®n de una Unidad Especial contra Homicidios Colectivos, que recuerda sus anuncios de investigaciones a fondo o comisiones especiales como respuesta a los hechos que afectan a la poblaci¨®n civil. Mientras tanto comienzan a aparecer detalles de otra masacre de tres personas, esta vez en Venecia, Antioquia.