El entorno de Guaid¨® teme que el llamamiento de Capriles destruya la estructura creada en la oposici¨®n
El sector ortodoxo de la oposici¨®n venezolana cree que el movimiento de Capriles oficializar¨ªa la cohabitaci¨®n con Maduro
En los dominios de la presidencia interina, el organismo creado por Juan Guaid¨®, a quien a¨²n decenas de pa¨ªses reconocen como el mandatario encargado de Venezuela -y, muy especialmente, en las entra?as del partido Voluntad Popular - las declaraciones de Henrique Capriles rompiendo las filas unitarias y llamando a participar en las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre, han sido interpretadas como una traici¨®n.
Los dirigentes de este sector de la oposici¨®n piensan que Capriles tiene claro que es poco lo que podr¨¢ hacer en los comicios legislativos convocados por Nicol¨¢s Maduro. Su verdadero objetivo, sostienen, es acabar con el liderazgo de Juan Guaid¨®, y por a?adidura con lo que se ha construido en la plataforma presidencial, que como se sabe no tiene poder real para gobernar, pero que goza del reconocimiento de buena parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y la Organizaci¨®n de Estados Americanos.
El mi¨¦rcoles, Capriles, uno de los l¨ªderes hist¨®ricos de la oposici¨®n venezolana, fue m¨¢s dr¨¢stico y se expres¨® de forma particularmente desde?osa de la presidencia interina, argumentando que es ¡°un Gobierno de Internet¡±. La posici¨®n del dos veces excandidato presidencial deja en un estado particularmente vulnerable a Juan Guaid¨® y sus objetivos como l¨ªder opositor. En el fondo de esta crisis se desarrolla un nuevo cap¨ªtulo del dur¨ªsimo enfrentamiento pol¨ªtico que llevan a?os protagonizando Capriles y Leopoldo L¨®pez ¨Cjefe pol¨ªtico de Guaid¨®- , dos liderazgos de similar edad que han confrontado muchos problemas para cohabitar y que han protagonizado graves crisis en el pasado en el universo interno de la oposici¨®n.
Lo que m¨¢s temen los dirigentes opositores del conocido G-4, el grupo de los principales partidos de la oposici¨®n, es que, al animarse a concurrir a unas elecciones con las cartas marcadas, Capriles se contente con asumir su derrota, a¨²n con los votos para triunfar, y, teniendo una bancada legislativa aceptable como consuelo, termine formando parte del mecanismo para barrer con todo lo logrado hasta ahora por Guaid¨®: los activos arrebatados al chavismo, las cuentas congeladas provenientes de la corrupci¨®n, el puesto en la Organizaci¨®n de Estados Americanos, las sanciones a la c¨²pula de Maduro, el regreso del oro incautado a sus dominios y la total legitimaci¨®n internacional de su dictadura. Con lo cual se vendr¨ªa abajo todo el fundamento de la estrategia opositora actual.
As¨ª las cosas, en lugar de dejarlo correr, invocar la libertad de conciencia o esperar un desarrollo aut¨®nomo de su iniciativa, la oposici¨®n agrupada detr¨¢s de Guaid¨® ha decidido salir a enfrentar a Capriles. En este sector existe la sensaci¨®n de que esta iniciativa de Capriles es empujada sibilinamente por el Gobierno espa?ol de Pedro S¨¢nchez, pero en particular por Josep Borrell, alto representante de la Uni¨®n Europea para Asuntos Exteriores.
De acuerdo a esta versi¨®n, en algunas zonas de Europa hay prisa por estabilizar la situaci¨®n venezolana a cualquier costo y desembarazarse de su prolongado fardo, cerrando de una vez el debate sobre la impunidad y la legitimidad, una meta que es compartida por el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. Esta tendencia podr¨ªa fortalecerse con el eventual triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Aunque hay matices en el enfoque, los planteamientos de Capriles terminan teniendo algunas simetr¨ªas importantes con Henri Falc¨®n y los miembros de la Mesa de Di¨¢logo Nacional, que agrupa a varios partidos minoritarios de la oposici¨®n. En l¨ªneas generales, y con sus excepciones, los anuncios de Capriles cayeron mal en la ortodoxia opositora. Ni Guaid¨®, ni Leopoldo L¨®pez, ni el llamado Gobierno interino ha contestado formalmente las declaraciones de Capriles.
Los 15 partidos pol¨ªticos que apoyan a Guaid¨®, que incluyen a los m¨¢s grandes de la oposici¨®n, mantienen de momento sin fisuras su decisi¨®n de no asistir a unas elecciones en esas condiciones y se han desmarcado de la postura de Capriles. La inexistencia de una aut¨¦ntica alternativa para enfrentar la tesis de asistir a unas elecciones parlamentarias ¡°como sea¡±, sin embargo, hace temer a algunos que se produzcan deserciones en favor de Capriles con el paso de las semanas.
Capriles se llevar¨ªa consigo a Stalin Gonz¨¢lez, dirigente que acaba de renunciar a su partido, Un Nuevo Tiempo, y probablemente a un peque?o n¨²cleo de miembros de Primero Justicia, su partido original. Siendo un dirigente carism¨¢tico y en¨¦rgico, es casi seguro que tras su propuesta se produzcan nuevas adhesiones.
Capriles va a promover personalmente la participaci¨®n de la sociedad democr¨¢tica en unos comicios que han sido tildados de ama?ados dentro y fuera de Venezuela. Sin embargo, no se inscribir¨¢ personalmente para participar, puesto que sobre ¨¦l pesa una inhabilitaci¨®n pol¨ªtica de las instituciones del chavismo. Ese veto le impidi¨® a ¨¦l mismo ser candidato presidencial en las elecciones presidenciales de 2018, con lo cual qued¨® allanada la reelecci¨®n de Nicol¨¢s Maduro como presidente.
Capriles, que inscribi¨® silenciosamente su tarjeta La Fuerza del Cambio al Consejo Nacional Electoral, se propone organizar unas planchas para cuerpos legislativos integrada por activistas de la sociedad civil en las cuales ¨¦l, personalmente, tiene todav¨ªa alg¨²n margen de influencia.
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