El Jap¨®n inacabado de Abe
El primer ministro ha intentado dejar atr¨¢s el pasado, pero no ha podido completar su ambiciosa obra pol¨ªtica
Cuando el pasado 28 de agosto Shinzo Abe irrumpi¨® en la sala de prensa, todo el mundo sab¨ªa ya qu¨¦ iba a anunciar. Los funcionarios realizaron una inclinaci¨®n a su paso, gesto que ¨¦l repiti¨® a su vez ante el Nisshoku, la bandera nacional, colocada a un lado del podio. Tras despojarse de la mascarilla, comenz¨® extendiendo sus condolencias a los familiares de las v¨ªctimas del coronavirus y su agradecimiento a los trabajadores sanitarios, hasta que lleg¨® el momento clave. ¡°He decidido renunciar al cargo de primer ministro¡±. El hombre que hab¨ªa intentado cimentar una nueva narrativa para Jap¨®n se ve¨ªa obligado a abandonar el poder, de nuevo por problemas de salud, sin poder completar su obra pol¨ªtica.
El comienzo de su proyecto data de 1993, a?o en el que consigui¨® acceder por primera vez a un esca?o. Como nieto de un primer ministro e hijo de un ministro de Exteriores, no hab¨ªa dudas de que la pol¨ªtica era su destino. Ascendi¨® por la escalera del poder hasta que en 2006 fue elegido por la Dieta Nacional ¡ªel Parlamento japon¨¦s¡ª como nuevo primer ministro en sustituci¨®n de Junichiro Koizumi, convirti¨¦ndose a sus 52 a?os en el jefe de Gobierno m¨¢s joven de la historia de Jap¨®n tras la II Guerra Mundial y el primero nacido despu¨¦s del conflicto. El mundo ha cambiado mucho desde entonces: de entre los grandes l¨ªderes mundiales, solo Vlad¨ªmir Putin y Angela Merkel le sobreviven al frente de sus respectivos pa¨ªses.
Sin embargo, apenas un a?o m¨¢s tarde se vio forzado a dimitir a causa de la colitis ulcerosa que padece de manera cr¨®nica. Jap¨®n se sumi¨® en una ¨¦poca de inestabilidad institucional, con cinco distintos primeros ministros durante el siguiente lustro. En 2009, el Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD) perdi¨® unas elecciones generales por primera vez desde su fundaci¨®n, en 1955. Hasta que en 2012, Abe regres¨® gracias a la aparici¨®n de un nuevo tratamiento. Arras¨® en los comicios de ese mismo a?o y tambi¨¦n en los de 2014 y 2017, devolviendo el equilibro al pa¨ªs. Cuando la semana pasada una reca¨ªda le oblig¨® a dar un paso al lado, lo hizo como el primer ministro que m¨¢s tiempo ha ostentado el cargo. Abe, de 65 a?os, dejar¨¢ de ser primer ministro el 16 de septiembre, cuando el Parlamento nombrar¨¢ al sucesor que haya designado el PLD en una elecci¨®n interna.
El mandatario ha sido caracterizado como conservador nacionalista y es miembro de Nippon Kaigi, una influyente organizaci¨®n que promueve el revisionismo hist¨®rico. ¡°Le describir¨ªa como un nacionalista moderado¡±, apunta sin embargo Scott Seaman, director para Asia de la consultora Eurasia, ¡°en el sentido de que aspira a que Jap¨®n tenga m¨¢s clara su propia identidad y mire hacia el futuro en lugar de hacia el pasado¡±. ¡°A su modo de ver, la Segunda Guerra Mundial termin¨® hace ya mucho tiempo. La mayor¨ªa de los ciudadanos que hoy forman la sociedad del pa¨ªs no hab¨ªan nacido y ¨¦l no quiere que se sientan culpables. Pretend¨ªa que su presidencia marcara un final definitivo a la ¨¦poca de posguerra y por eso era tan importante para ¨¦l modificar la Constituci¨®n¡±.
La actual Constituci¨®n pacifista est¨¢ vigente desde 1957 y fue impuesta por EE UU durante su ocupaci¨®n. Su reforma es una cuesti¨®n pol¨¦mica y una perenne ambici¨®n del PLD. La Carta Magna establece que Jap¨®n renuncia a ejercer el derecho soberano de la beligerancia. El pa¨ªs, de hecho, no tiene un Ej¨¦rcito como tal, aunque s¨ª cuenta con unas Fuerzas de Autodefensa que en la pr¨¢ctica cumplen la misma funci¨®n. En 2014, con la bendici¨®n del presidente estadounidense Barack Obama, Abe realiz¨® un primer acercamiento para reinterpretar el texto y otorgar m¨¢s poderes a las fuerzas de seguridad, pero no logr¨® avances. En su discurso de despedida, hizo menci¨®n expl¨ªcita a esta cuesti¨®n. ¡°Me queda un a?o de mandato y hay muchas tareas por llevar a cabo. Debo pedir perd¨®n por dimitir sin resolver la reforma constitucional, lo que me causa un gran pesar¡±.
No es la ¨²nica herida hist¨®rica por resta?ar. Sigue abierto el conflicto territorial con Rusia por las islas Kuriles, motivo por el cual ambos pa¨ªses todav¨ªa no han firmado un tratado de paz que cierre de manera oficial la Segunda Guerra Mundial. Tampoco la relaci¨®n con los pa¨ªses vecinos, China y Corea del Sur, quienes consideran que Jap¨®n no ha mostrado una dosis suficiente de arrepentimiento respecto a su pasado invasor. O la abducci¨®n de ciudadanos nipones por parte de Corea del Norte a finales de los a?os setenta, un asunto al que Abe ha concedido mucha relevancia y sobre el que se ha manifestado en repetidas ocasiones.
Con todo una de sus grandes espinas es no haber podido celebrar este a?o los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, retrasados en principio a 2021 y destinados a ser la guinda de su legado. ¡°Creo que su mayor logro ha sido recordar que Jap¨®n todav¨ªa es un actor global, din¨¢mico y poderoso. En los a?os ochenta parec¨ªa que iba a imponerse, pero su historia desde entonces es la de un pa¨ªs en declive¡±, incide Seaman. ¡°Su principal misi¨®n ha sido cuestionar esa idea¡±. Abe cerr¨® su ¨²ltima rueda de prensa con una inclinaci¨®n ante los presentes en la sala y de nuevo ante la bandera. El mundo ha cambiado mucho desde que accedi¨® al poder. Jap¨®n tambi¨¦n, aunque no tanto como ¨¦l hubiera querido.
La bandera de la 'Abeconom¨ªa'
Cuando Shinzo Abe se present¨® a las elecciones de 2012 lo hizo con la econom¨ªa por bandera. Su famoso programa, conocido como Abeconom¨ªa, conjugaba la expansi¨®n monetaria, los est¨ªmulos fiscales y las reformas estructurales. Esta receta pretend¨ªa reactivar una inflaci¨®n an¨¦mica, que nunca lleg¨® a alcanzar el a?orado objetivo del 2%, y condujo al pa¨ªs a su segunda etapa de crecimiento m¨¢s prologado en medio siglo.
¡°La campa?a de est¨ªmulos que sigui¨® a su primera elecci¨®n fue probablemente su mayor acierto¡±, se?ala Marcel Thieliant, economista para Jap¨®n de Capital Economics. ¡°Abe ha sido un reformista que ha cosechado ¨¦xitos en varios frentes, como impulsar la incorporaci¨®n laboral de las mujeres, propiciar una apertura a la inmigraci¨®n y reducir el desempleo; aunque tambi¨¦n hayan contribuido condicionantes c¨ªclicos favorables¡±. No todo han sido buenas decisiones: las dos subidas del IVA condujeron al pa¨ªs a sendas recesiones. Deja, asimismo, una colosal deuda p¨²blica equivalente al 234% del PIB, la mayor del mundo.
¡°El pa¨ªs necesita ahora un l¨ªder s¨®lido¡±, admit¨ªa el propio Abe. Todo apunta a que ser¨¢ Suga Yoshihide, actual secretario jefe del Gabinete. El PLD apostar¨¢ por ¨¦l para una pol¨ªtica continuista hasta completar el mandato de Abe en septiembre de 2021. Su sucesor deber¨¢ gestionar la pandemia y sus consecuencias econ¨®micas, as¨ª como anticiparse a cuestiones a largo plazo como la evoluci¨®n demogr¨¢fica de un pa¨ªs cada vez m¨¢s envejecido o los residuos del desastre nuclear de Fukushima.
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