Laura K?vesi: ¡°La fiscal¨ªa europea es un medio para defender el Estado de derecho en la UE¡±
La nueva fiscal general comunitaria urge a Espa?a a asignarle funcionarios a tiempo completo para ¡°garantizar su independencia¡±
A Laura K?vesi (Sf?ntu Gheorghe, 47 a?os) le han encomendado una labor colosal: debe construir desde cero la nueva fiscal¨ªa general europea. La rumana, conocida en Bruselas por su etapa al frente de la agencia anticorrupci¨®n de su pa¨ªs, se ha instalado ya en Luxemburgo para investigar delitos econ¨®micos vinculados a los fondos europeos y al IVA. En una entrevista por videoconferencia con EL PA?S, la nueva fiscal general de la UE quiere crear una ...
A Laura K?vesi (Sf?ntu Gheorghe, 47 a?os) le han encomendado una labor colosal: debe construir desde cero la nueva fiscal¨ªa general europea. La rumana, conocida en Bruselas por su etapa al frente de la agencia anticorrupci¨®n de su pa¨ªs, se ha instalado ya en Luxemburgo para investigar delitos econ¨®micos vinculados a los fondos europeos y al IVA. En una entrevista por videoconferencia con EL PA?S, la nueva fiscal general de la UE quiere crear una ¡°instituci¨®n independiente¡±. ¡°Tenemos que demostrar que la ley es igual para todos¡±, sostiene K?vesi, quien tiene claro el objetivo final de su mandato. ¡°La Oficina de la Fiscal¨ªa Europea es un medio para defender el Estado de derecho en la UE¡±, zanja.
La llegada de la fiscal general rumana ha creado grandes expectativas, en especial en el Parlamento Europeo, por su lucha sin cuartel contra la corrupci¨®n en su pa¨ªs. Su labor es crucial para que la credibilidad de la UE en sus esfuerzos contra la degradaci¨®n que han supuesto los casos de corrupci¨®n que se han producido en los ¨²ltimos a?os en Espa?a, Bulgaria, Rumania o Malta, los esc¨¢ndalos financieros en los Pa¨ªses Bajos o Dinamarca o los intentos de socavar la ley por parte de Polonia o Hungr¨ªa. ¡°Cuando hablamos de la violaci¨®n del Estado de derecho tenemos que considerar los casos tras los que hay sospechas de corrupci¨®n sist¨¦mica o cuando se intenta socavar la independencia judicial¡±, recuerda la fiscal general, quien se?ala que podr¨¢ investigar casos de fraude p¨²blico si est¨¢n vinculados a delitos financieros.
K?vesi tendr¨¢ a su cargo un equipo de expertos y analistas en Luxemburgo y una red de fiscales nacionales que trabajar¨¢n a tiempo parcial o completo para su oficina (EPPO, por sus siglas en ingl¨¦s), un proyecto que lleva m¨¢s de un cuarto de siglo en marcha. Sin embargo, la fiscal a¨²n est¨¢ negociando con las instituciones comunitarias y las capitales los medios con los que contar¨¢. En principio, se le hab¨ªa destinado una partida de 37,7 millones de euros. ¡°No es suficiente a¨²n. Estamos a mitad de las negociaciones¡±, recalca.
La fiscal pelea por aumentar su dotaci¨®n presupuestaria y, en paralelo, por que las capitales le asignen fiscales a tiempo completo. Tambi¨¦n en Espa?a. ¡°Estamos empezando las conversaciones con las autoridades espa?olas para preparar todo lo necesario para la EPPO¡±. Ya ha podido hablar con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y la fiscal general, Dolores Delgado. ¡°Me aseguraron que Espa?a procurar¨¢ construir una oficina eficiente y que har¨¢n todo lo necesario para que empiece a trabajar sin retraso¡±, afirma.
Espa?a ha nombrado a Concepci¨®n Sabadell para que integre el colegio de fiscales que ya se ha reunido en Luxemburgo, pero K?vesi quiere atar el compromiso de que los fiscales espa?oles se dediquen a la EPPO a tiempo completo. ¡°Es importante para garantizar su independencia. Hay que evitar cualquier tipo de conflicto de lealtad entre los fiscales, que podr¨ªa darse si est¨¢n trabajando para casos nacionales y europeos¡±. ¡°Es una cuesti¨®n de credibilidad¡±, a?ade.
El Parlamento Europeo debe dar luz verde durante el pr¨®ximo trimestre al Presupuesto de la UE, que tendr¨¢ una inyecci¨®n extra de 750.000 millones de euros por los fondos de recuperaci¨®n acordados por los l¨ªderes europeos en la cumbre del pasado mes de julio. ¡°Habr¨¢ m¨¢s dinero, m¨¢s flexibilidad y, por lo tanto, m¨¢s riesgo de que puedan cometerse delitos. El deber de la EPPO es el de proteger el dinero europeo¡±. Por ello, K?vesi quiere contar con el m¨¢ximo n¨²mero de expertos y analistas en Luxemburgo, que puedan cruzar datos y sacar adelante investigaciones complejas.
Pa¨ªses que se quedan fuera
Una de las principales dificultades con las que puede toparse K?vesi es que no todos los pa¨ªses se han adherido a la EPPO. Dinamarca, Suecia, Irlanda, Hungr¨ªa y Polonia han decidido quedarse al margen. La nueva fiscal declina comentar los motivos que han llevado a Varsovia y Budapest a atarse a ese mecanismo justo cuando el Parlamento Europeo presiona para proteger el dinero comunitario de posibles violaciones del Estado de derecho y debate la imposici¨®n de sanciones a Polonia.
¡°Por supuesto, me gustar¨ªa que todos los Estados miembros formaran parte de la EPPO, pero no es mi elecci¨®n. En los pa¨ªses que no participan de la instituci¨®n podemos investigar algunos cr¨ªmenes, cuando en estos est¨¦n involucrados personas de otros pa¨ªses o parte del delito fue cometido en otro pa¨ªs integrante¡±, apunta. No obstante, aspira a alcanzar acuerdos de trabajo con esos cinco pa¨ªses. Tambi¨¦n con Hungr¨ªa y Polonia. Y recuerda que usar¨¢ todos los instrumentos internacionales de cooperaci¨®n disponibles para poder realizar su trabajo.
La fiscal general no quiere pensar por ahora en asumir m¨¢s competencias, como delitos medioambientales, ataques a la libertad de prensa o incluso terrorismo, como se lleg¨® a sugerir en la Euroc¨¢mara. ¡°De momento estamos concentrados en nuestro mandato jurisdiccional¡±, insiste. A su equipo, eso s¨ª, le manda el mensaje de los peligros que comporta en estos tiempos el trabajo de fiscal. ¡°Debemos estar lidiando con casos complejos, vinculados con la investigaci¨®n de gente poderosa y adinerada¡±, admite. De ah¨ª, insiste, la ¡°importancia de ser una instituci¨®n independiente¡±. Y de ah¨ª su empe?o en su primera batalla contra la burocracia para tener los recursos para que la EPPO no adolezca de falta de medios.