Ahmed Ben Salah, la utop¨ªa del socialismo desturiano en T¨²nez
Fue el hombre fuerte del pa¨ªs magreb¨ª, junto a Burguiba, en los a?os 60. Y ninguna calle en todo el pa¨ªs lleva su nombre
Ahmed Ben Salah falleci¨® el 16 de septiembre a los 94 a?os despu¨¦s de un itinerario que dej¨® huella en la imagen de T¨²nez como el pa¨ªs que hab¨ªa ensayado tras la independencia una suerte de socialismo cooperativo alineado con Occidente. Una excepci¨®n en un convulso mundo ¨¢rabe marcado, en plena Guerra Fr¨ªa, por la pugna entre nasserismo y wahabismo.
Perteneci¨® a una segunda generaci¨®n de nacionalistas tunecinos, un cuarto de siglo m¨¢s j¨®venes que el ¡°Combatiente Supremo¡±, en la que se contaban figuras como B¨¦ji Caid Essebsi, pen¨²ltimo presidente del pa¨ªs; Ahmed Mestiri, eterno opositor al r¨¦gimen; Mohamez Mzali, prohombre de una democratizaci¨®n frustrada en los 80; o H¨¦di Baccouche, desturiano ejemplar y funcionario disciplinado.
Nacido en Moknin, cerca de Monastir, en 1926. Se inici¨® en el sindicalismo como profesor de ¨¢rabe de instituto, accediendo a la secretar¨ªa general de la central tunecina UGTT en 1954, a?o de la ¡°autonom¨ªa interna¡± en que T¨²nez inici¨® su transici¨®n hacia la independencia. Imprimi¨® al sindicato una l¨ªnea de izquierda y socialista que cuestionaba la idea de ¡°uni¨®n nacional¡± preconizada por Burguiba, lo que supondr¨¢ su primera defenestraci¨®n, destituido en 1956, a?o de la independencia.
Ante las resistencias que Burguiba encontraba por su pol¨ªtica de modernizaci¨®n a ultranza, decidi¨® ampliar la base social del r¨¦gimen con figuras j¨®venes como Ben Salah, nombrado ministro de Salud (1957) y de Asuntos Sociales (1958). El deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, en v¨ªsperas de la crisis de Bizerta que descapitalizar¨¢ T¨²nez con la huida de los franceses, har¨¢ que Burguiba le conf¨ªe en 1961 los ministerios de Planificaci¨®n, Finanzas y Econom¨ªa, desde los que pondr¨¢ en pr¨¢ctica su utop¨ªa de ¡°socialismo desturiano¡±, convirtiendo al Estado en motor de la econom¨ªa, con fuertes inversiones en los sectores clave como el turismo y promoviendo la generalizaci¨®n de cooperativas, incluidas las agr¨ªcolas. Su pol¨ªtica, que preconizaba un ¡°tunecino nuevo¡± forjado desde la escuela, le har¨¢ asumir el ministerio de Educaci¨®n en 1968, con el firme apoyo y autoridad del propio Burguiba.
Naturalmente su pol¨ªtica colectivizadora, aunque bien recibida por intelectuales, estudiantes y desturianos progresistas, encontrar¨¢ resistencias en un ¡°individualismo ancestral primario¡± de buena parte de la poblaci¨®n, en expresi¨®n de uno de sus seguidores m¨¢s fieles, H¨¦di Baccouche, lo que explotar¨ªa la camarilla en torno a Burguiba, influenciable por su salud deteriorada. De la noche a la ma?ana, las intrigas de cuantos buscaban entorpecer la buena posici¨®n de Ben Salah para la sucesi¨®n del presidente, animados por Wassila, segunda esposa de Burguiba, explotar¨¢n y fomentar¨¢n el malestar popular y las protestas que la cooperativizaci¨®n forzada estaba produciendo, logrando que el presidente se distanciase de su pol¨ªtica. Hasta convertirlo en chivo expiatorio de la crisis.
Sufrir¨¢ su segunda defenestraci¨®n, destituido de todos sus cargos y, tras un proceso inquisitorial, ser¨¢ condenado por alta traici¨®n a diez a?os de trabajos forzados en 1970. Ser¨¢ el inicio del liberalismo en T¨²nez que llevar¨¢ a tragedias como el jueves negro de 1978.
Con complicidades dentro y fuera del pa¨ªs, conseguir¨¢ huir de prisi¨®n a Argelia en 1973. Exiliado, animar¨ªa un Movimiento de Unidad Popular clandestino, marginal bajo los Gobiernos autoritarios de Burguiba y Ben Al¨ª. Tambi¨¦n lo ser¨ªa tras la revoluci¨®n de 2011, en un pa¨ªs y un mundo ya cambiados. Desde su retorno a T¨²nez en 2000 vivi¨® apartado de la pol¨ªtica, redactando unas memorias, sin lograr una verdadera rehabilitaci¨®n. Quiz¨¢s llegue ahora. Lo anuncian las visitas que recibi¨® en el hospital, del presidente del Parlamento, el islamista Rachid Gannuchi; y el flamante primer ministro, Hichem Mechichi, que acudi¨® al sepelio en el hist¨®rico cementerio de Yellaz.
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