EE UU honra a la juez Ruth Bader Ginsburg a las puertas del Tribunal Supremo
Comienzan los tres d¨ªas de homenajes a la magistrada que defendi¨® la igualdad de g¨¦nero y otras causas progresistas
El ata¨²d de la juez Ruth Bader Ginsburg est¨¢ cubierto por banderas estadounidenses. En una ¨ªntima ceremonia en el Gran Sal¨®n del Tribunal Supremo, en Washington, sus familiares y los otros ocho magistrados del alto tribunal de Estados Unidos velan su cuerpo. Afuera, cerca de medio millar de personas forman una cola para despedirse de su ¨ªdolo, fallecida el pasado viernes. Estos seguidores, ataviados con mascarillas, representan a los estadounidenses que ella protegi¨® durante sus 27 a?os en el Supremo. ¡°Quiso ser una cantante de ¨®pera, pero en cambio se convirti¨® en una rock star¡±, ha sostenido el presidente del m¨¢ximo tribunal, el juez John Roberts durante el primer d¨ªa de los tres en los que se le rendir¨¢ homenaje.
Adem¨¢s del rabino Lauren Holtzblatt, el juez Roberts ha sido el ¨²nico que ha hablado durante la ceremonia, que ha durado 18 minutos. Ha recordado los or¨ªgenes de Ginsburg, cuyo padre era un inmigrante de Odessa y su madre, que trabaj¨® como contable en Brooklyn, era hija de un matrimonio reci¨¦n llegado de Polonia. ¡°Ruth sol¨ªa preguntar cu¨¢l es la diferencia entre un contable en Brooklyn y un juez de la Corte Suprema. Su respuesta: una generaci¨®n¡±. Ginsburg, fallecida a los 87 a?os por un c¨¢ncer pancre¨¢tico, encarnaba una versi¨®n del sue?o americano y dedic¨® su vida a que otros tambi¨¦n lo pudiesen hacer realidad.
Entre los congregados que han acudido a rendirle homenaje, pero, sobre todo, a darle las gracias, unos destacaban su defensa de los derechos de las mujeres; otros, su liderazgo en el ala m¨¢s progresista del Supremo y otros, su figura como icono feminista que ha inspirado a varias generaciones. El p¨²blico asistente reflejaba que su impacto no tiene edad. Hab¨ªa ni?as peque?as, como Frankie, de dos a?os, que viste una t¨²nica negra con un collar blanco, como los que vest¨ªa la juez conocida como ¡°Notorious R.B.G.¡±, en un gui?o al rapero Notorious B.I.G. Su madre, Christiana Depiaza, de 30 a?os, ha venido con ella desde Pittsburgh, Pensilvania, para que se despidiera. ¡°Es nuestro ¨ªdolo. Yo le leo sus cuentos para dormir y la disfrazo como ella para Halloween¡±.
No solo personas an¨®nimas se acercaron hasta las escaleras del Supremo para rendirle tributo. Tambi¨¦n lo hicieron destacados pol¨ªticos, entre ellos el expresidente Bill Clinton, quien la nomin¨® para el cargo en 1993, y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton. ¡°Una abogada brillante con un coraz¨®n afectuoso, sentido com¨²n, una devoci¨®n feroz por la justicia y la igualdad y un coraje ilimitado frente a su propia adversidad¡±, ha sostenido Bill Clinton en un comunicado. La senadora Susan Collins, republicana por Maine y una de las dos ¨²nicas personas de su partido que se oponen a confirmar el reemplazo de Ginsburg a seis semanas de las presidenciales, tambi¨¦n ha acudido. ¡°Aunque obviamente no estaba de acuerdo con todas sus decisiones, admir¨¦ su enfoque para cada cuesti¨®n basado en principios. Esta p¨¦rdida es tanto personal como profesional¡±, ha sostenido.
Varios de los asistentes han recorrido largas distancias hasta la capital del poder. Dan Kepki, de 71 a?os, quien se pudo casar con su marido gracias a votos progres¨ªas como el de la juez cuando se aprob¨® el matrimonio gay, condujo durante cinco horas para darle las gracias. ¡°Muchos hombres en este pa¨ªs piensan que solo los hombres pueden liderar. Pero ella demostr¨® con un ejemplo sobresaliente que no es as¨ª¡±, afirm¨® Kepki.
El ata¨²d de Ginsburg podr¨¢ visitarse hasta las 22.00 de este mi¨¦rcoles, al igual que ma?ana jueves, cuando el presidente Donald Trump tiene previsto acudir, seg¨²n la Casa Blanca. Su visita puede despertar animosidades despu¨¦s de que en menos de 24 horas, tras conocerse el fallecimiento de la juez, haya dicho que pretende nombrar a alguien para ocupar su vacante antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Est¨¢ previsto que haga p¨²blico el nombre este s¨¢bado y ya ha adelantado que ser¨¢ una mujer. El sentimiento de los que han acudido al Supremo a despedir a la juez es de tristeza, pero tambi¨¦n de miedo por lo que pueda venir.
Joyce, de 74 a?os, trabaj¨® hasta el 2001 en un cargo administrativo en el Congreso. ¡°Nunca hab¨ªa estado preocupada antes de una elecci¨®n, s¨ª enojada, pero ahora estoy muy, muy preocupada¡±, comenta en la fila mientras espera poder mostrar sus respetos a la juez. Cuenta que en sus d¨ªas en el Capitolio ve¨ªa a legisladores republicanos y dem¨®cratas conversar, comer juntos, ¡°ahora todos se odian. Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª¡±, lamenta. Ivania Castillo, salvadore?a de 53 a?os, est¨¢ a unos cuantos metros de Joyce. Ella vino a mostrar sus respetos a Ginsburg por todo lo que hizo por los ¡°hermanos indocumentados y por los j¨®venes de DACA (un programa para quienes llegaron en su infancia a Estados Unidos)¡±. El Supremo rechaz¨® el pasado junio eliminar la protecci¨®n legal para 700.000 j¨®venes que llegaron siendo ni?os al pa¨ªs. Si la juez es reemplazada por un conservador, bloquear este tipo de medidas ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Para algunos, imposible.
La capilla ardiente de Ginsburg estar¨¢ el viernes en el Capitolio. Ser¨¢ la primera mujer en un cargo p¨²blico en tener este privilegio ¨CRosa Parks tambi¨¦n recibi¨® ese honor en 2005¨C. Solo un juez del Supremo, William Howard Taft, que fue presidente del alto tribunal, hab¨ªa logrado un homenaje como este, que se suele rendir a presidentes y h¨¦roes de guerra. La magistrada ser¨¢ enterrada junto a su esposo, Martin, en una ceremonia privada en el Cementerio Nacional de Arlington la pr¨®xima semana. Martin Ginsburg, su gran compa?ero de aventuras desde que se conocieron en la universidad, muri¨® en 2010.
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