Una mujer muere baleada por el Ej¨¦rcito de Colombia en plena crisis de las fuerzas de seguridad
El presidente Iv¨¢n Duque condena el ¡°repudiable¡± hecho, que ocurre en medio del acalorado debate sobre la brutalidad de los uniformados
La brutalidad y el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en Colombia han activado en los ¨²ltimos tiempos una oleada de indignaci¨®n ciudadana. En plena crisis por el abuso policial, un nuevo episodio ha vuelto a poner al Ej¨¦rcito, golpeado por una larga cadena de esc¨¢ndalos, en el centro de la pol¨¦mica. Las Fuerzas Armadas admitieron este jueves que un militar mat¨® de un disparo a Juliana Giraldo D¨ªaz, una mujer transexual de 35 a?os que iba junto a su pareja en un carro en una carretera en el Cauca, un departamento en el oeste del pa¨ªs azotado por la violencia del narcotr¨¢fico.
¡°Condeno repudiable hecho ocurrido en Miranda, Cauca¡±, se?al¨® en sus redes sociales el presidente Iv¨¢n Duque. El mandatario orden¨® al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, investigar de inmediato lo que sucedi¨®, y se?al¨® que el responsable debe recibir un ¡°castigo ejemplar¡±, adem¨¢s de expresar su solidaridad con los familiares. ¡°Quiero manifestar mi m¨¢s profundo sentimiento de rechazo, consternaci¨®n y dolor por lo ocurrido¡±, manifest¨® por su parte el jefe de la cartera de Defensa. ¡°Actuaciones de este tipo son contrarias a la pol¨ªtica de defensa y seguridad del Gobierno del presidente Duque, as¨ª como a la doctrina, procedimientos y protocolos del Ej¨¦rcito nacional y no se toleran¡±, se apresur¨® a declarar Carlos Holmes Trujillo acompa?ado de la c¨²pula militar.
La mujer iba en el veh¨ªculo junto a su pareja, Francisco Larra?iaga, cuando de repente vieron salir a los soldados al borde de la v¨ªa que comunica los municipios de Miranda y Corinto. Seg¨²n la versi¨®n de Larra?iaga, uno de los militares abri¨® fuego contra el carro a pesar de que atendi¨® una orden de detenerse. ¡°Era lo mejor que me hab¨ªa pasado en la vida y me la quit¨® el Ej¨¦rcito nacional¡±, le dijo a la agencia AFP. ¡°Nosotros criamos pollos, trabajamos con alimentos; nosotros no llev¨¢bamos armas, no utilizamos drogas, somos personas trabajadoras, somos personas humildes, somos civiles que no tenemos nada que ver con el conflicto¡±, a?adi¨®.
Las im¨¢genes del momento en que, desde la misma carretera, el acompa?ante de la mujer lamenta entre l¨¢grimas de desesperaci¨®n el tr¨¢gico suceso inundaron las redes sociales y provocaron conmoci¨®n. ¡°No tenemos armas, no tenemos drogas, no tenemos nada, este man me la mat¨®¡±, repite agitado en medio de militares. ¡°?Me mataron a Juliana! Ese man le meti¨® un tiro en la cabeza¡±, se le escucha gritar. De acuerdo con la Tercera Divisi¨®n del Ej¨¦rcito, tropas de un batall¨®n de alta monta?a ¡°adelantaban labores de control militar de ¨¢rea¡± cuando la mujer muri¨® por el disparo. ¡°La unidad militar permanecer¨¢ atenta a los requerimientos judiciales¡±, se?al¨® en un escueto comunicado previo a las reacciones del presidente y el ministro de Defensa.
El episodio irrumpi¨® en una agenda pol¨ªtica y medi¨¢tica convulsionada, que ya estaba volcada a la discusi¨®n p¨²blica sobre los abusos de las fuerzas de seguridad que han estremecido a la sociedad. La v¨ªspera, el Gobierno, a trav¨¦s del ministro de Defensa, evit¨® disculparse por los excesos policiales en la oleada de movilizaciones que sacudieron al pa¨ªs a finales del a?o pasado, como le ordenaba un fallo de la Corte Suprema de Justicia. En su lugar, solicit¨® a la Corte Constitucional revisar la decisi¨®n del Supremo, en lo que varios juristas han interpretado como un desacato. Esa postura se al¨ªnea con la defensa cerrada de los uniformados que ha emprendido el Ejecutivo, a pesar del clamor por una reforma de fondo.
Tanto la muerte de la mujer en Cauca como el fallo de la Corte se producen en un momento particularmente sensible. Hace dos semanas, el asesinato en custodia de la polic¨ªa de Javier Ord¨®?ez, un abogado de 43 a?os, despu¨¦s de haber sido sometido a incesantes descargas el¨¦ctricas con un arma tipo taser en una calle de Bogot¨¢ y a pesar de encontrarse sometido por dos uniformados, reaviv¨® el debate sobre el uso excesivo de la fuerza y provoc¨® dos ca¨®ticas jornadas de masivas de protestas, pac¨ªficas y violentas, que se saldaron con 13 civiles muertos en medio de los disturbios.
La imagen de las Fuerzas Militares, involucradas en una cadena de esc¨¢ndalos que incluyen interceptaciones ilegales a periodistas y opositores, el regreso del fantasma de las ejecuciones extrajudiciales y violaciones de ni?as ind¨ªgenas, se ha desplomado en los estudios de opini¨®n, al igual que ha ocurrido con la polic¨ªa. La percepci¨®n hist¨®ricamente favorable de los militares se derrumb¨® del 85% al 48%, el dato m¨¢s bajo desde que hay registro, en la medici¨®n de julio de la firma Gallup, mientras que la de la polic¨ªa se ubica por debajo del 40 %.
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