El partido de Macron encaja una nueva derrota en las elecciones al Senado
La renovaci¨®n de la mitad de la C¨¢mara alta francesa confirma la mayor¨ªa de la derecha y la debilidad del partido del presidente del pa¨ªs
Es un partido al servicio de un hombre, con poco debate interno, sin implantaci¨®n territorial ni dirigentes capaces de cuestionar al l¨ªder. Y es un partido que desde su victoria en las presidenciales de hace tres a?os y medio no ha vuelto a ganar en las urnas. La Rep¨²blica en Marcha (LREM) de Emmanuel Macron sufri¨® el domingo una nueva derrota electoral. Esta vez, en las elecciones al Senado franc¨¦s, basti¨®n de la vieja pol¨ªtica. La paradoja es que la crisis de LREM no impide que el presidente Macron resista en los sondeos, y no hay, por ahora, ning¨²n opositor que le haga sombra.
El resultado en las elecciones, que renovaron 172 de los 348 esca?os, era previsible, pero confirma a la C¨¢mara alta como ¨²nico polo institucional controlado por la oposici¨®n de derechas. Y tambi¨¦n la debilidad del partido de Macron, condenado, pese a su hegemon¨ªa en la Asamblea Nacional, a un papel discreto en el Senado, por detr¨¢s de la derecha y de los socialistas. Una novedad es que los ecologistas obtienen un grupo propio y que, por primera vez, un nacionalista corso logra un esca?o. Un consuelo para los macronistas es que Fran?ois Patriat, jefe del grupo, gan¨® su elecci¨®n, en contra de los pron¨®sticos.
El Senado, cuya misi¨®n constitucional es ¡°la representaci¨®n de las colectividades territoriales de la Rep¨²blica¡±, se elige por sufragio universal indirecto. No votan todos los ciudadanos, sino unos 87.000 grandes electores. Un 95% son miembros de los consejos municipales. El resto, consejeros de los departamentos y las regiones, as¨ª como los diputados y senadores nacionales. El mandato de los senadores es de seis a?os. Cada tres se renueva la mitad de la C¨¢mara por este procedimiento.
La victoria de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, y el resultado honorable del Partido Socialista (PS) no son ninguna sorpresa. Ambos cuentan con una presencia amplia en el poder local y fueron los partidos con m¨¢s concejales electos en las municipales recientes, lo que se refleja en la composici¨®n del Senado. LR obtuvo en las municipales 261 ciudades de m¨¢s de 20.000 habitantes. El PS, 149. LREM y sus aliados en la mayor¨ªa presidencial, una veintena. Y los ecologistas, 12, entre ellas algunas de las grandes metr¨®polis. La extrema derecha gan¨® en seis.
El gran ¨¦xito de En Marche! ¡ªideado como un movimiento postmoderno y transversal frente a los anquilosados PS y LR, y en el que el presidente, por su cargo institucional, no ocupa ninguna funci¨®n¡ª fue la victoria de Macron en las presidenciales de mayo de 2017. La victoria, unas semanas despu¨¦s, en las legislativas complet¨® el golpe: los macronistas se hicieron con la mayor¨ªa en la Asamblea Nacional, lo que, durante este tiempo, ha permitido al presidente gobernar con comodidad. El problema es que cada elecci¨®n celebrada desde entonces ha supuesto una derrota para LREM. En las europeas de mayo de 2019, la lista de Macron perdi¨® por la m¨ªnima ante la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, su ¨²nica rival en el tablero franc¨¦s. Las municipales de marzo y junio de 2020, marcadas por la pandemia y la alta abstenci¨®n, dejaron a los macronistas como una fuerza residual en los municipios. El 20 de septiembre, en las elecciones legislativas parciales para renovar seis de los 577 esca?os vacantes en la Asamblea Nacional, ninguno de los candidatos de Macron pas¨® de la primera vuelta.
En los ¨²ltimos meses, varios diputados del ala izquierda de LREM han abandonado el partido, hasta el punto de que ha perdido la mayor¨ªa absoluta, aunque la mantiene gracias a sus alianzas con peque?as formaciones de centro y de centroderecha. Y el lunes pasado, el n¨²mero dos de LREM, Pierre Person, y otros dos miembros de la direcci¨®n ejecutiva dieron el portazo para mostrar su disconformidad con la gesti¨®n del delegado general, Stanislas Guerini. ¡°El movimiento se ha quedado atascado en la l¨®gica de 2017, que consist¨ªa en impulsar el proyecto presidencial, pero no produce ideas nuevas¡±, declar¨® Person a Le Monde. ¡°En este partido tenemos que debatir. Al parecernos a las viejas formaciones pol¨ªticas, simplemente se arriesga a desaparecer¡±, a?adi¨®.
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Muchos en la direcci¨®n comparten el diagn¨®stico, aunque no lo aireen. El hecho de que Person fuera un perfecto desconocido para la opini¨®n p¨²blica hasta anunciar en Le Monde que abandonaba la ejecutiva, es significativo. A la sombra de Macron, LREM no ha creado una cantera de dirigentes con proyecci¨®n. Como denuncia Person, que seguir¨¢ como diputado, el mensaje del partido suele ser un ¡°copiar-pegar¡± de lo que se cocina en el palacio del El¨ªseo y en el Gobierno, un reproche que, con frecuencia, se hace tambi¨¦n a los diputados de la mayor¨ªa presidencial.
Que ninguno de los dos primeros ministros de Macron ¡ªantes ?douard Philippe y ahora Jean Castex¡ª, viniese de las filas de LREM puede entenderse como un ejemplo de la voluntad del presidente de ampliar los horizontes ideol¨®gicos: ambos hab¨ªan militado en LR. Pero tambi¨¦n revela que no encontr¨® en su propio partido a nadie para ocupar el cargo.
A Macron no parecen quitarle el sue?o los problemas de LREM ni la derrota en el Senado, que dio por descontada. Circulan proyectos para crear un nuevo gran movimiento que agrupe a otros partidos adem¨¢s del suyo y presentarse as¨ª con otra marca a las presidenciales de 2022. Hoy ¨¦l sigue siendo el favorito.
La "traici¨®n colectiva" de los dirigentes libaneses
Macron formul¨® las duras acusaciones en una rueda de prensa en el palacio del El¨ªseo, convocada con car¨¢cter de urgencia, dedicada en exclusiva al antiguo protectorado franc¨¦s y con preguntas formuladas desde la residencia oficial del embajador franc¨¦s en Beirut de periodistas y ciudadanos libaneses.
El presidente franc¨¦s reaccionaba as¨ª al anuncio, el s¨¢bado, de la dimisi¨®n del primer ministro liban¨¦s, Mustaf¨¢ Adib, que ha durado menos de un mes en el cargo. Par¨ªs se?ala a las formaciones ¨¦tnicas y confesionales, y en particular a la milicia-partido chi¨ª Hezbol¨¢, de torpedear ¡°con oscuras maniobras¡± la formaci¨®n de un Gobierno encargado de adoptar cuanto antes las reformas que exige para canalizar la ayuda internacional. ¡°Se acaba de perder un mes, un mes durante el cual no se ha podido recibir la ayuda internacional¡±, dijo Macron.
El 1 de septiembre, en su ¨²ltima visita a Beirut ¡ªla segunda desde la explosi¨®n en el puerto de la capital el 4 de agosto que dej¨® 200 muertos y 6.500 heridos¡ª, los dirigentes libaneses se comprometieron a formar un Gobierno en un plazo de dos semanas.
Era la condici¨®n para canalizar la ayuda, con la idea de que, sin dirigentes independientes, este dinero acabar¨¢ en los bolsillos de pol¨ªticos corruptos y m¨¢s atentos al bien de su grupo o su familia que al inter¨¦s general. Macron dirigi¨® la cr¨ªtica m¨¢s expl¨ªcita a Hezbol¨¢, al que acus¨® de ¡°ser al mismo tiempo un ej¨¦rcito en guerra contra Israel, una milicia desatada contra los civiles en Siria y un partido respetable en L¨ªbano¡±. ¡°Unas decenas de personas est¨¢n haciendo caer un pa¨ªs¡±, dijo el presidente franc¨¦s. ¡°Siento verg¨¹enza por sus dirigentes¡±, abund¨®.
Los intentos del presidente franc¨¦s para impulsar la reconstrucci¨®n y la reforma del antiguo protectorado han resultado hasta ahora infructuosos. Sin embargo, excluye por ahora las sanciones al pa¨ªs, sumido en una grave crisis, y se declara dispuesto a dar ¡°una ¨²ltima oportunidad¡± a los l¨ªderes del L¨ªbano.
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