Francia declara la guerra a los ¡°certificados de virginidad¡±
El Gobierno prev¨¦ incluir en su ley contra los separatismos religiosos la prohibici¨®n de los documentos, aunque ginec¨®logos advierten del riesgo de legislar sobre el tema
¡°La dignidad de las mujeres no se negocia¡±. Dif¨ªcil contradecir a la ministra francesa para la Ciudadan¨ªa, Marl¨¨ne Schiappa. Bajo este principio, la antigua responsable de Igualdad en el Gobierno de Emmanuel Macron se ha convertido en la principal impulsora de la prohibici¨®n y penalizaci¨®n de los ¡°certificados de virginidad¡± que el Ejecutivo franc¨¦s quiere incluir en su futura ley contra el separatismo religioso, centrada sobre todo en el islamismo. Aunque las principales instituciones m¨¦dicas nacionales e internacionales tambi¨¦n condenan esta pr¨¢ctica, expertos sobre el terreno advierten de que el camino de la penalizaci¨®n no es, necesariamente, la mejor v¨ªa para acabar con una tradici¨®n que requiere, sobre todo, un cambio de mentalidad. Es decir, educaci¨®n m¨¢s que castigo.
¡°Antes de su boda, algunas se prueban un vestido blanco, otras un anillo o hacen la lista de invitados¡ pero para otras, los preparativos de la ceremonia son menos alegres. Para algunas, casarse significa sufrir lo que se llama una prueba de virginidad (¡) para que un profesional la examine y ¡®certifique¡¯ su virginidad. Como uno se asegura del pedigr¨ª de un animal, de la ¡®pureza¡¯ de su sangre, antes de comprarlo¡±, denunci¨® Schiappa en v¨ªsperas del discurso de Macron contra el separatismo islamista, la semana pasada. Aunque el mandatario no mencion¨® este punto, Schiappa ha confirmado desde entonces que la prohibici¨®n de dichos certificados estar¨¢ incluida, de una forma u otra, en la ley que ser¨¢ presentada en diciembre.
Hace dos a?os, el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ONU-Mujeres y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) llamaron a prohibir las pruebas de virginidad. En Francia, tambi¨¦n la Orden de M¨¦dicos, responsable de la regulaci¨®n deontol¨®gica del gremio, pidi¨® a?o pasado ¡°rechazar¡± las demandas de certificados de virginidad, al igual que el Colegio Nacional de Ginec¨®logos de Francia. Hasta ahora, sin embargo, no hay una prohibici¨®n formal. Lo que propone el Gobierno es ¡°penalizar a los que extienden esos certificados¡± y, eventualmente, ¡°tambi¨¦n a los que los piden, como los padres¡±, ha dicho Schiappa este lunes en la cadena BFMTV, donde ha adelantado que tambi¨¦n se buscar¨¢ prohibir otros certificados ¡°no m¨¦dicos¡± como el que atestigua una supuesta alergia al cloro para evitar que las chicas tengan que ir a la piscina, otro de los lugares habituales de choque en materia de laicidad.
Mujeres como Fatiha Boyer, de la asociaci¨®n de mujeres Ni Putas Ni Sumisas y musulmana muy activa en la lucha contra el extremismo religioso, aplauden la iniciativa. ¡°Como mujer, como madre de tres ni?as, considero que es abyecto y un deshonor para la mujer tener que presentar ese certificado a su futuro esposo y familia pol¨ªtica. Es muy buena idea retirarlos, es algo ancestral que hay que excluir de la sociedad¡±, sostiene.
¡°Es una muy mala idea. Estamos castigando a la persona equivocada¡±, contrapone la ginec¨®loga Ghada Hatem, m¨¦dico jefe de La Maison des Femmes en Seine-Saint-Denis, en la periferia parisina, que acoge a mujeres vulnerables y v¨ªctimas de violencia. ¡°Si se pudiera penalizar a los padres, a los hermanos, a las comunidades, pues bien. Pero castigar a los m¨¦dicos es lo contrario de ¨²til. Si el m¨¦dico no las puede recibir, no tienen a nadie con quien hablar, es una respuesta equivocada¡±, insiste en entrevista telef¨®nica.
Hatem reconoce que expide este tipo de certificados. Sin hacer, puntualiza, prueba de virginidad alguna. No es la ¨²nica reticente a la legislaci¨®n. La Asociaci¨®n Nacional de Centros de Aborto y de Contracepci¨®n (Ancic) tambi¨¦n hace sonar la alarma. ¡°Como el Gobierno y las asociaciones feministas, pensamos que las demandas de esos certificados constituyen una violencia contra las mujeres, un ataque a su dignidad y a la igualdad mujer-hombre. Sabemos cu¨¢nta hipocres¨ªa social demuestran esos certificados y que ning¨²n profesional puede certificar la virginidad de una mujer¡±, dijo en un comunicado. ¡°Al mismo tiempo, somos conscientes de que en algunas situaciones extremas, las mujeres corren un peligro real. Es entonces cuando rechazar la redacci¨®n de un certificado constituye una nueva violencia, y los profesionales toman la decisi¨®n que les parece m¨¢s ¨¦tica: hacer ese documento para protegerlas¡±, a?ade el texto. "Comprendo su punto de vista ginecol¨®gico¡±, responde Schiappa. ¡°Yo soy ministra. Mi responsabilidad es decir qu¨¦ admite y qu¨¦ no admite la Rep¨²blica¡±.
Nadie sabe cuantificar el problema, puesto que esos ¡°certificados¡± no son oficiales ni est¨¢n registrados, por lo que para Hatem la propuesta gubernamental no tiene de todos modos sentido. M¨¦dicos como ella aseguran que solo reciben este tipo de peticiones dos o tres veces al a?o. ¡°Es algo marginal, esta ley es para hacer publicidad, no es el problema m¨¢s grave. El verdadero problema es por qu¨¦ esas familias no han sido capaces de cambiar de opini¨®n sobre el derecho de las mujeres a disponer de su cuerpo, por qu¨¦ siguen tan obsesionadas con la pureza y virginidad, no que esas chicas necesiten el apoyo de un m¨¦dico¡±, insiste Hatem, que pide mejorar la educaci¨®n sexual en colegios y centros para j¨®venes.
¡°Aunque solo afecte a unas pocas mujeres, ya es demasiado¡±, subraya el Ministerio del Interior del que depende Ciudadan¨ªa. Pese a las aseveraciones oficiales, la medida a¨²n tiene que ser completada y aprobada por los diputados, un proceso que no concluir¨¢ antes del a?o que viene.
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