Un incendio en el viaje europeo al fin de la noche: es Espa?a
Tras el rescate en 2012 y la crisis catalana en 2017, Espa?a es de nuevo protagonista problem¨¢tica de la UE con el mix m¨¢s peligroso de dificultad sanitaria, pol¨ªtica y econ¨®mica
Europa avanza jadeando en su viaje al fin de la noche. Es una noche con cierto sabor medieval, pestilente, de toques de queda, movimientos reducidos, ciudades que encogen. No cabe complacencia ninguna: Europa va mal. Las previsiones del FMI publicadas esta semana apuntan a un colapso del PIB de la zona euro del 8,3% en 2020, frente a una ca¨ªda del 4,3% en EE UU, del 5,3% en Jap¨®n y un crecimiento del 1,9% en China. Adem¨¢s, el continente se halla en plena crecida v¨ªrica: el Centro Europeo de Control de Enfermedades ten¨ªa registrados a mediados de septiembre a 2,3 millones de contagiados en el continente. Ahora suman 4,3, casi el doble en tan solo un mes. Por si no fuera suficiente, en el horizonte cobra cuerpo la perspectiva de un Brexit abrupto a finales de a?o, lo que oscurecer¨ªa mucho la perspectiva de recuperaci¨®n econ¨®mica en 2021. Y el desbloqueo de los tan ansiados fondos para la reconstrucci¨®n no se antoja nada f¨¢cil.
En medio de esta noche, llama la atenci¨®n del continente un fulgor en su flanco suroccidental. Son llamas en Espa?a. El incendio del impacto brutal de la pandemia tanto en la primera ola como en la segunda, de la peor contracci¨®n del PIB de las econom¨ªas avanzadas ¡ªretroceso del 12,8% este a?o, seg¨²n el FMI¡ª y de un clima pol¨ªtico luciferino.
Por tercera vez en una d¨¦cada (rescate de 2012, refer¨¦ndum en Catalu?a de 2017), Espa?a vuelve a ser protagonista continental problem¨¢tica, atrayendo una atenci¨®n no deseada y por momentos maligna. Obviamente Espa?a no es un Estado fallido, como empiezan a sugerir algunos desde otros pa¨ªses. Pero, obviamente, es un pa¨ªs en fallo multiorg¨¢nico, con un sistema productivo muy expuesto al embate, con servicios p¨²blicos que muestran serias limitaciones y un escenario pol¨ªtico en combusti¨®n a niveles con pocos parangones en Europa. Tras los intentos secesionistas anticonstitucionales y episodios de corrupci¨®n sist¨¦mica que ya situaban a Espa?a en una posici¨®n bastante excepcional, se suma un deterioro de la vida pol¨ªtica e institucional muy grave. Puede sostenerse que no hay pa¨ªs de la UE que sume a la vez crisis sanitaria, econ¨®mica y pol¨ªtica tan oscuras.
Las palabras envenenadas que rebosan los hemiciclos de las Cortes corren el riesgo de empapar como gasolina el tejido social. El incendio puede ir a peor.
A la ciudadan¨ªa espa?ola le toca intentar impermeabilizarse al chorreo; graduar responsabilidades, porque acusar a todos por igual es populismo. A la UE, le toca regar ingentes fondos, y ahora tambi¨¦n asumir una delicada posici¨®n de arbitraje en el pulso alrededor del Poder Judicial.
A todos, en este viaje al fin de la noche celiniano, corresponde inmunizarse a la resignaci¨®n y el catastrofismo, sentimientos que suelen alumbrar empeoramientos. Con ah¨ªnco y generosidad, toca buscar las luces tenues. Que no son el incendio, sino la ma?ana al final de la noche.
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