Israel y Sud¨¢n normalizar¨¢n sus relaciones con la mediaci¨®n de Estados Unidos

En poco m¨¢s de dos meses, la Casa Blanca ha anunciado el establecimiento de relaciones entre Israel y tres pa¨ªses ¨¢rabes gracias a la mediaci¨®n de Estados Unidos. Tras los acuerdos diplom¨¢ticos con Emiratos ?rabes Unidos y Bar¨¦in, Donald Trump ha apadrinado este viernes un nuevo entendimiento con Sud¨¢n. Cuando quedan diez d¨ªas para unas decisivas elecciones en las que est¨¢ en juego su segundo mandato, el presidente republicano ha conversado desde el Despacho Oval con el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, y los m¨¢ximos dirigentes sudaneses ¨Cel primer ministro, Abdal¨¢ Hamdok, y el presidente del Consejo de la Transici¨®n, general Abdelfat¨¢ al Burhan¨C para cerrar el pacto por tel¨¦fono en presencia de la prensa.

¡°Los l¨ªderes han acordado la normalizaci¨®n de las relaciones entre Sud¨¢n e Israel, as¨ª como poner fin a la beligerancia entre ambas naciones¡±, rezaba un comunicado conjunto de los tres pa¨ªses difundido por la Casa Blanca. En las pr¨®ximas semanas est¨¢ prevista una ceremonia de firma del acuerdo en Washington, en la l¨ªnea de la celebrada el pasado mes de septiembre con Emiratos ?rabes y Bar¨¦in. Israel y Sud¨¢n empezar¨¢n por establecer relaciones econ¨®micas y comerciales, haciendo hincapi¨¦ en la cooperaci¨®n agr¨ªcola. El intercambio de embajadas queda para un futuro indeterminado, cuando se haya constituido el nuevo Parlamento, que deber¨¢ ratificar el acuerdo, precis¨® el ministro de Exteriores, Omar Gamareldin, en la televisi¨®n estatal, seg¨²n informa Reuters.

La Administraci¨®n del presidente Trump ha presionado a los dirigentes sudaneses desde el pasado agosto para forzar su acercamiento al Estado jud¨ªo. En contrapartida, Sud¨¢n ha salido de la lista de Estados que promueven el terrorismo elaborada por el Departamento de Estado norteamericano, una medida clave para el desarrollo futuro del pa¨ªs africano que sus l¨ªderes han intentado desvincular a toda costa de la normalizaci¨®n de relaciones con Israel.

Trump firm¨® la pasada madrugada la notificaci¨®n oficial al Congreso para confirmar la salida de Sud¨¢n de la lista negra, en la que figuraba desde 1993. Jartum ha aceptado compensar con 335 millones de d¨®lares (283 millones de euros) a los familiares de las v¨ªctimas de los atentados de 1998 contra las embajadas de EE UU en Kenia y Tanzania, teledirigidos por Al Qaeda desde territorio sudan¨¦s.

Desde que, el pasado febrero, el general Al Burhan se reuni¨® en Uganda con Netanyahu se han sucedido los contactos discretos entre ambos pa¨ªses, que han propiciado el sobrevuelo de aeronaves israel¨ªes sobre el espacio a¨¦reo sudan¨¦s. El Gobierno del primer ministro Hamdok ha preferido actuar con cautela frente al acercamiento a Israel promovido por los militares.

El director del Mosad (servicio secreto exterior israel¨ª), Yosi Cohen, ha viajado a Jartum para negociar las condiciones del establecimiento de lazos diplom¨¢ticas. La mediaci¨®n de Jared Kushner, asesor principal y yerno de Trump, ha sido clave para vencer la resistencia de algunos dirigentes sudaneses a la normalizaci¨®n de relaciones con un pa¨ªs considerado enemigo desde hace d¨¦cadas. Una delegaci¨®n conjunta estadounidense e israel¨ª visit¨® el mi¨¦rcoles en secreto la capital sudanesa para ultimar los detalles del acuerdo, seg¨²n ha desvelado la prensa hebrea.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, conden¨® la decisi¨®n de Sud¨¢n y record¨® que ¡°nadie puede hablar en nombre del pueblo palestino¡± sobre sus derechos hist¨®ricos. La Organizaci¨®n la para Liberaci¨®n de Palestina denunci¨® como ¡°una nueva pu?alada en la espalda¡± la decisi¨®n de Jartum, que sigue los pasos en ?frica a la normalizaci¨®n con Israel acordadas por Abu Dabi y Manama en la regi¨®n del golfo P¨¦rsico.

La capital sudanesa fue el escenario en 1967, poco despu¨¦s de la Guerra de los Seis D¨ªas, de la declaraci¨®n de la Liga ?rabe en la que se neg¨® por tres veces a Israel el derecho a la paz, a las negociaciones y al reconocimiento diplom¨¢tico. Pasados ya 53 a?os de ocupaci¨®n de los territorios palestinos, el frente ¨¢rabe de rechazo ha empezado a desmoronarse bajo el mandato de Trump, considerado por dos de cada tres israel¨ªes como el mejor presidente de Estados Unidos para los intereses del Estado jud¨ªo.

En plena festividad jud¨ªa del sabbat, Netanyahu celebr¨® en un v¨ªdeo difundido a trav¨¦s de las redes sociales ¡°la nueva era de paz con otros pa¨ªses ¨¢rabes¡±. ¡°Hoy en Jartum hay tres s¨ªes: a la paz, a la normalizaci¨®n y al reconocimiento de Israel¡±, evoc¨®, d¨¢ndole un vuelco, la Declaraci¨®n de Jartum de 1967.

La Oficina del Primer Ministro de Sud¨¢n ha anticipado que el movimiento de Trump deber¨ªa ser tambi¨¦n el preludio a la restauraci¨®n de la inmunidad soberana de Sud¨¢n por parte del Congreso de Estados Unidos, una medida que figuraba entre las principales demandas de Jartum para transferir los fondos destinados a las compensaciones, informa Marc Espa?ol desde El Cairo. Pretende as¨ª impedir futuras reclamaciones financieras similares a las de las v¨ªctimas de los atentados en Kenia y Tanzania.

Salir de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo va a permitir a Sud¨¢n recibir mayores ayudas exteriores, inversiones, reducciones de deuda y asistencia militar, lo que podr¨ªa ayudar a impulsar su maltrecha econom¨ªa, que acumula d¨¦cadas de corrupci¨®n, mala gesti¨®n, conflictos y aislamiento internacional dejadas atr¨¢s por el r¨¦gimen de Omar al Bashir, derrocado el a?o pasado. A ello se le han sumado este a?o los devastadores efectos de la pandemia del coronavirus y de unas inundaciones hist¨®ricas. Sud¨¢n sufre hoy escasez de productos b¨¢sicos, hiperinflaci¨®n, su moneda se encuentra en ca¨ªda libre y tiene un d¨¦ficit p¨²blico disparado.

Aunque resulta dif¨ªcil determinar el grado de aceptaci¨®n que tiene en Sud¨¢n la normalizaci¨®n de relaciones con Israel, se cree que una mayor¨ªa de la poblaci¨®n, y en especial las generaciones m¨¢s j¨®venes y quienes participaron del levantamiento contra Al Bashir, est¨¢ dispuesta a aceptarla si reportan beneficios para el pa¨ªs. La vinculaci¨®n de los dos procesos, sin embargo, ha sido criticada en Jartum como una forma de chantaje por parte de la Administraci¨®n estadounidense.