EE UU busca nuevo amigo para Israel: Sud¨¢n
El Gobierno de Donald Trump ofrece a Jartum como moneda de cambio retirarle de la lista de pa¨ªses que apoyan el terrorismo
Por primera vez en 26 a?os, dos pa¨ªses ¨¢rabes acaban de normalizar sus relaciones con Israel. Ocurri¨® el pasado 15 de septiembre con la firma por parte de Emiratos ?rabes Unidos (EAU) y Bar¨¦in de los Acuerdos de Abraham, una ceremonia celebrada en la Casa Blanca y patrocinada por un presidente estadounidense Donald Trump en plena campa?a electoral. Washington est¨¢ decidido a sumar nuevos Estados a este proceso y uno de los siguientes que aparece en su radar es Sud¨¢n. La Administraci¨®n estadounidense ofrece a Jartum, como moneda de cambio si reconoce a Israel, retirarle de la lista de pa¨ªses que apoyan el terrorismo. El problema es que esta decisi¨®n podr¨ªa desestabilizar los delicados equilibrios internos de la fr¨¢gil y compleja transici¨®n sudanesa.
¡°Existe un riesgo de disturbios pol¨ªticos contra el Gobierno porque hay muchas personas en Sud¨¢n que defienden la causa palestina y que no se sentir¨ªan c¨®modos con la normalizaci¨®n de relaciones con Israel¡±, asegura Jonas Horner, experto en este pa¨ªs africano del instituto International Crisis Group. A su juicio, mezclar ambas cuestiones es un paso en falso. ¡°Se trata de un gran error y movimiento muy feo por parte de EE UU, porque Sud¨¢n, [tras la revoluci¨®n de 2019 y el cambio de r¨¦gimen], ya no pertenece a la categor¨ªa de pa¨ªses que apoyan el terrorismo, as¨ª que se est¨¢ tratando de convencer a Jartum de que haga este movimiento a cambio de nada¡±, a?ade.
El pasado mes de enero, el general Abdelfatah al Burhan, presidente del consejo de transici¨®n sudan¨¦s, se reuni¨® en Entebbe (Uganda) con el l¨ªder israel¨ª Benjamin Netanyahu, en un primer contacto oficial para restablecer relaciones entre ambos pa¨ªses. Sin embargo, el encuentro fue muy criticado por algunos l¨ªderes de la coalici¨®n de partidos y movimientos ciudadanos que sostienen al Ejecutivo sudan¨¦s. La formaci¨®n Umma y los comunistas se mostraron especialmente molestos. Por su parte, el antiguo partido del dictador derrocado Omar Al Bashir, que mantiene una cierta influencia, y los islamistas, fueron m¨¢s all¨¢ y denunciaron esta cita como ¡°traici¨®n¡± al pueblo palestino.
¡°Hubo manifestaciones contrarias al acuerdo con Israel, pero muy t¨ªmidas¡±, matiza Mohamed Awad, director del peri¨®dico Alyarida. ¡°Muchos medios hemos hecho encuestas entre la poblaci¨®n y m¨¢s del 70% apoya la normalizaci¨®n de relaciones. Si hasta la propia Autoridad Palestina y Jordania se relacionan con ellos, ?por qu¨¦ nosotros no? Incluso las bases del partido comunista y de los partidos pro-¨¢rabes est¨¢n a favor. El problema es que el Gobierno y el primer ministro est¨¢n sujetos a las presiones de los viejos l¨ªderes¡±, a?ade.
Aunque Jartum mantiene pactos secretos con Israel que permiten, por ejemplo, que los aviones de este pa¨ªs sobrevuelen el espacio a¨¦reo sudan¨¦s, seg¨²n aseguran varias fuentes, alcanzar un acuerdo formal ser¨ªan palabras mayores. El pasado 25 de agosto, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo viaj¨® hasta Jartum avivando de nuevo el debate. Para calmar las aguas, el primer ministro Abdall¨¢ Hamdok asegur¨® entonces que el Gobierno de transici¨®n no tiene la legitimidad para restablecer relaciones con Israel, algo que deber¨ªa ser refrendado por un Parlamento elegido por los ciudadanos y no decidido por un ¨®rgano provisional, ya que en abril de 2019 se produjo un golpe de Estado con el derrocamiento del presidente Omar al Bashir y Sud¨¢n es gobernado desde entonces por un consejo soberano en el que militares y civiles se reparten el poder.
Pero la presencia de Al Burhan en Abu Dabi a finales de septiembre, junto a estadounidenses, emirat¨ªes, israel¨ªes y egipcios, supuso una nueva constataci¨®n de que Sud¨¢n se lo est¨¢ pensando muy en serio. La recompensa que ha fijado Washington a cambio de esta decisi¨®n no es poca cosa. ¡°Si salimos de la lista de pa¨ªses que apoyan el terrorismo, esta naci¨®n despegar¨ªa en poco tiempo¡±, explica Awad. ¡°Ahora mismo hay obst¨¢culos a la inversi¨®n y las empresas pueden sufrir sanciones si trabajan con Sud¨¢n. Existe gran cantidad de proyectos ya preparados a la espera de levantar el veto y hay mucho dinero en juego. Estoy convencido de que va a ocurrir en poco tiempo, unas semanas o meses¡±, comenta el periodista.
Sud¨¢n, escondite de Bin Laden
En los a?os noventa, el r¨¦gimen sudan¨¦s encabezado por el dictador Omar al Bashir apoyado por los islamistas dio cobijo a Osama Bin Laden y a otros miembros de Al Qaeda, Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica. Por ello, Estados Unidos incluy¨® en 1993 a este pa¨ªs en su particular lista negra. Sin embargo, los tiempos han cambiado. Con Al Bashir fuera de juego tras la revoluci¨®n de 2019, el Gobierno de transici¨®n se esfuerza por romper con su pasado: entre sus ¨²ltimas decisiones se encuentran la abolici¨®n de la ley de apostas¨ªa y de la pena de muerte, la penalizaci¨®n de la mutilaci¨®n genital femenina, el reconocimiento de derechos a las mujeres e, incluso, compensaci¨®n a las v¨ªctimas de los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania de 1998 y contra el barco estadounidense USS Cole en el puerto de Yemen en el a?o 2000, ataques supuestamente organizados en Sud¨¢n.
Mientras Donald Trump piensa en el r¨¦dito electoral de sumar a un nuevo pa¨ªs ¨¢rabe a los Acuerdos de Abraham, las autoridades sudanesas tratan de sobrevivir a las sacudidas de la asfixia econ¨®mica. ¡°La situaci¨®n es terrible, mucho peor de lo que era bajo Al Bashir¡±, asegura Horner. ¡°Sud¨¢n tiene la segunda tasa de inflaci¨®n m¨¢s alta del mundo tras Venezuela, no hay dinero en los bancos para el Gobierno, no hay reservas de moneda extranjera, hay empresas que han parado su producci¨®n porque el valor de lo que generan se desploma r¨¢pidamente por la inflaci¨®n¡±, a?ade. A su juicio, ello se debe a que los pa¨ªses del Golfo han dado la espalda al proceso de cambios sudan¨¦s. ¡°Ni Catar, ni EAU ni Arabia Saud¨ª apoyan a Jartum ahora como lo hac¨ªan en la ¨¦poca de Al Bashir. Es muy decepcionante. Este pa¨ªs necesita apoyo internacional para salir del pozo¡±, considera.
Sud¨¢n firm¨® hace un mes la paz con la mayor¨ªa de los grupos rebeldes con los que estaba en guerra desde hac¨ªa 17 a?os en regiones como Darfur, Kordof¨¢n del Sur o el Nilo Azul y cuenta con recursos que invitan al optimismo, como la goma ar¨¢biga y tierra f¨¦rtil. Pero el camino es largo. ¡°Ahora mismo el pueblo lo est¨¢ pasando fatal¡±, a?ade Awad, ¡°no solo por culpa de pa¨ªses como Egipto, Arabia Saud¨ª o EAU, que nunca han querido un Sud¨¢n pr¨®spero y democr¨¢tico porque no podr¨ªan utilizarlo en su beneficio, sino porque Al Bashir dej¨® las arcas del Estado vac¨ªas y sigue habiendo una enorme corrupci¨®n¡±.
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