Colombia se asoma al sufrimiento ind¨ªgena durante el conflicto armado
La Comisi¨®n de la Verdad dedica un encuentro a los pueblos ancestrales en riesgo de exterminio, en el que los jefes de la guerrilla y los paramilitares reconocen sus cr¨ªmenes y les piden perd¨®n
Comunidades ancestrales que rememoran dolorosos episodios de masacres, asesinatos o desplazamientos forzados en distintos rincones de la Colombia profunda. Los testimonios de los pueblos aw¨¢, nukak o kankuamo se intercalaron con mensajes para reclamar el compromiso del Estado y el cumplimiento del acuerdo de paz este viernes durante un encuentro solemne de la Comisi¨®n de la Verdad de Colombia, dedicado a los ¡°pueblos ind¨ªgenas en situaci¨®n y riesgo de extermino f¨ªsico y cultural: su dignidad...
Comunidades ancestrales que rememoran dolorosos episodios de masacres, asesinatos o desplazamientos forzados en distintos rincones de la Colombia profunda. Los testimonios de los pueblos aw¨¢, nukak o kankuamo se intercalaron con mensajes para reclamar el compromiso del Estado y el cumplimiento del acuerdo de paz este viernes durante un encuentro solemne de la Comisi¨®n de la Verdad de Colombia, dedicado a los ¡°pueblos ind¨ªgenas en situaci¨®n y riesgo de extermino f¨ªsico y cultural: su dignidad, resistencia y aportes a la paz¡±. El acto, apoyado en la virtualidad por las restricciones de la pandemia, corona distintos encuentros a lo largo y ancho del pa¨ªs, desde la Amazon¨ªa, en el extremo sur, hasta el Caribe, en la costa norte.
El momento m¨¢s emotivo ¨Ce in¨¦dito¨C lleg¨® con el pedido de perd¨®n del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, uno de los protagonistas m¨¢s conocidos de la guerra, por el asesinato en 2001 de Kimy Pern¨ªa Domic¨®, l¨ªder del pueblo embera en el departamento de C¨®rdoba. Mancuso, que se encuentra en Estados Unidos pendiente de ser repatriado a Colombia, sostuvo una conversaci¨®n a distancia con su hija, Martha Cecilia Domic¨®, en la que calific¨® ese homicidio como un ¡°crimen de Estado¡± y reconoci¨® que, meses despu¨¦s de haberlo enterrado en una fosa com¨²n, arrojaron sus restos al r¨ªo Sin¨². ¡°Todo mi pueblo est¨¢ en este momento hu¨¦rfano¡±, afirma Martha Cecilia en un momento de la charla, grabada en video. ¡°Ahora tendr¨¦ un descanso, ahora que s¨¦ que t¨² est¨¢s en este r¨ªo¡±, dice en otro pasaje mientras lanza rosas al agua.
La extinta guerrilla de las FARC, convertida en partido pol¨ªtico por cuenta de los acuerdos sellados hace cuatro a?os, reconoci¨® entre otros cr¨ªmenes la masacre de ocho l¨ªderes ind¨ªgenas en Murind¨®, en el departamento de Antioquia, en 1986. Rodrigo Londo?o, Timochenko, presidente del partido FARC, adem¨¢s pidi¨® perd¨®n por los abusos sexuales contra mujeres ind¨ªgenas, y reconoci¨® que cuando estaba en armas la guerrilla nunca les consult¨® sus aspiraciones, ni tuvo en cuenta su cosmovisi¨®n ni sus formas organizativas. ¡°Esa lectura equivocada trajo como consecuencia para ustedes, los pueblos ind¨ªgenas, dolor, desarraigo, muertes¡±, admiti¨® en su llamado a la reconciliaci¨®n.
De los 22 corredores del conflicto armado que la Comisi¨®n de la Verdad ha analizado, 17 est¨¢n sobre territorios ¨¦tnicos, con situaciones particularmente complejas en regiones de dif¨ªcil acceso como la Sierra Nevada y la serran¨ªa del Perij¨¢, en el norte del pa¨ªs; el departamento del Cauca, en el sur-oeste; o las llanuras entre Meta y Vichada, en el este. ¡°Ah¨ª han llegado diferentes grupos armados y han hecho sus epicentros. Encontramos c¨®mo estos territorios han sido escenarios de confrontaci¨®n entre guerrillas, paramilitares, ej¨¦rcito¡±, explica la comisionada Patricia Tob¨®n Yagar¨ª, ind¨ªgena del pueblo embera. ¡°El gran reto de los pueblos ind¨ªgenas es c¨®mo hacer su gobernanza en una realidad en la que sus territorios son abandonados por el Estado, ocupados por narcotraficantes, por grupos armados, con m¨²ltiples vulneraciones¡±, detalla.
Los pueblos ancestrales, hist¨®ricamente violentados y discriminados, han sido tambi¨¦n golpeados por la guerra. Casi 400.000 ind¨ªgenas ¨Cde 1,9 millones, seg¨²n el censo de poblaci¨®n¨C han sido afectados por las confrontaciones y la violencia perpetrada por grupos armados en Colombia, la inmensa mayor¨ªa forzados a desplazarse, de acuerdo con las cifras de la Unidad de V¨ªctimas, que tambi¨¦n ha registrado m¨¢s de 17.000 homicidios. Entre 1982 y el 2017 hubo 742 masacres en territorios ind¨ªgenas, seg¨²n el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica. De los 115 pueblos de Colombia, al menos 68 en ¨¢reas dispersas est¨¢n en riesgo de exterminio.
El sexto Encuentro por la Verdad ocurri¨® al final de una semana en la que estas comunidades han sido protagonistas del debate p¨²blico. M¨¢s de 8.000 ind¨ªgenas que reclaman el fin de las masacres y los asesinatos en sus territorios se movilizaron hasta Bogot¨¢ para exigirle al Ejecutivo de Iv¨¢n Duque que escuche sus reclamos. La minga ¨Cuna palabra que es sin¨®nimo de resistencia en los pueblos de los Andes¨C se sum¨® el mi¨¦rcoles a la jornada de paro nacional para protestar contra el Gobierno, y mantuvo un comportamiento ejemplar y pac¨ªfico. ¡°Gracias por su coraje al atravesar Colombia en una demostraci¨®n de dignidad¡±, los salud¨® Francisco de Roux, el sacerdote jesuita que preside la Comisi¨®n.
Aunque los ind¨ªgenas no consiguieron reunirse con el mandatario, la movilizaci¨®n desarm¨® los argumentos de las autoridades nacionales y de dirigentes del Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno, que en los d¨ªas previos insistieron en que estaba infiltrada por grupos armados y causar¨ªa destrozos en la capital. Por el contrario, la visita de las comunidades provoc¨® una oleada de solidaridad, con homenajes que incluyeron el lanzamiento de varias versiones del himno de la guardia ind¨ªgena, una de ellas interpretada por la Orquesta Filarm¨®nica de Bogot¨¢.
La Comisi¨®n de la Verdad est¨¢ a punto de comenzar el ¨²ltimo de sus tres a?os de labores, que deben concluir con un informe final que dignifique a las v¨ªctimas y arroje luces sobre la barbarie del conflicto. En muchas regiones, la violencia se ha recrudecido, con grupos armados que se disputan las rentas ilegales y ocupan el vac¨ªo que dej¨® el desarme de las FARC. Adem¨¢s de los obst¨¢culos impuestos por la pandemia, la Comisi¨®n tambi¨¦n ha tenido que sortear el fallecimiento de dos de sus once comisionados, que incluyen v¨ªctimas, defensores de derechos humanos y acad¨¦micos. Al periodista y soci¨®logo Alfredo Molano lo relev¨® este a?o el antrop¨®logo Alejandro Castillejo, mientras que a la lideresa afro ?ngela Salazar, quien falleci¨® por coronavirus en agosto, la reemplaz¨® Leyner Palacios, un l¨ªder social que sobrevivi¨® la masacre de Bojay¨¢.
La Comisi¨®n para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetici¨®n, su nombre formal, es una entidad de car¨¢cter extrajudicial. Sin embargo, trabaja en coordinaci¨®n con la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) ¨Cel tribunal de justicia transicional¨C y la Unidad de B¨²squeda de Personas Dadas por Desaparecidas, que en su conjunto constituyen el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparaci¨®n surgido del acuerdo de paz, que cuenta con un robusto respaldo de la comunidad internacional. Tras reunirse esta semana con sus miembros, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michele Bachelet, asegur¨® que ¡°cumplen un rol fundamental y ¨²nico para asegurar la participaci¨®n de las v¨ªctimas y la satisfacci¨®n de sus derechos¡±.