Noche de tinieblas y tristeza en Niza
La ciudad ha sufrido varios ataques, el m¨¢s grave en 2016, cuando un terrorista mat¨® con un cami¨®n a 86 personas
Uno desayuna tranquilamente con un amigo el caf¨¦ y el cruas¨¢n de cada d¨ªa, la rutina cotidiana, e ignora que esta ser¨¢ la ¨²ltima vez, que la muerte irrumpir¨¢ a los pocos minutos y la vida cambiar¨¢ para siempre. ¡°?C¨®mo pensar que algo as¨ª pueda ocurrir aqu¨ª?¡±, dice Jean-Fran?ois Gourdon, tesorero de la bas¨ªlica de Notre-Dame en Niza. ¡°Nunca, nunca, nunca¡±, a?ade.
A las ocho de la ma?ana, Gourdon desayun¨® en un caf¨¦ cercano, como sol¨ªa, con el sacrist¨¢n de la bas¨ªlica, Vincent Loqu¨¨s. Juntos abrieron las puertas del templo y se despidieron. Antes de marcharse, Gourdon le dijo a Loqu¨¨s: ¡°Te veo a las seis de la tarde¡±. Era la hora de la misa. Unos minutos despu¨¦s de despedirse, un hombre entr¨® con un cuchillo en el templo y mat¨® a Loqu¨¨s y a dos mujeres que en aquel momento rezaban en el interior. Hac¨ªa 10 minutos que Jean-Fran?ois Gourdon se hab¨ªa marchado. Escuch¨® las sirenas y deshizo el camino. La iglesia ya estaba acordonada. ¡°Vi un cad¨¢ver en el atrio¡±, recuerda horas m¨¢s tarde, mientras anochece y la catedral sigue acordonada. ¡°En seguida comprend¨ª que era ¨¦l¡±.
Niza es una ciudad curtida, los atentados no son algo nuevo para sus habitantes, pero el estupor y la rabia despu¨¦s de cada ataque no desaparecen. Los recuerdos se amontonan en esta ciudad encajonada entre las ¨²ltimas estribaciones de los Alpes y el Mediterr¨¢neo, ciudad triplemente golpeada por el terrorismo, como record¨® unas horas antes ante la catedral el presidente Emmanuel Macron.
El 3 de febrero de 2015, un delincuente radicalizado atac¨® con un cuchillo a tres militares que vigilaban un centro comunitario jud¨ªo, cerca de Notre-Dame. Y el 14 de julio de 2016, un terrorista al volante de un cami¨®n mat¨® a 86 personas en el paseo de los Ingleses, donde hab¨ªan acudido para ver los fuegos artificiales de la Fiesta Nacional.
¡°?Por qu¨¦ Niza? ?Por qu¨¦ siempre eligen Niza?¡±, se pregunta a gritos frente a Notre-Dame Houfrane Zaki, una mujer originaria de las islas Comoras y musulmana que hab¨ªa convocado un minuto de silencio, una vigilia ecum¨¦nica en la que se mezclaban paseantes y periodistas. ¡°Este tipo no era musulm¨¢n: era un sinverg¨¹enza¡±, dice aludiendo al terrorista. ¡°?Stop! Quienes tengan ganas de matar, que se vayan a su pa¨ªs a hacerlo¡±, dice mientras su tono de voz, cada vez m¨¢s alto, atrae a la multitud, hasta que la conversaci¨®n con este corresponsal acaba por convertirse en un peque?o mitin.
¡°El islam es una religi¨®n de paz¡±, dice mientras le da la mano un hombre cargado con cruces y con una vela de Notre-Dame. Se llama Frank Rousselot, es profesor de escuela infantil y fiel de la bas¨ªlica, a la que acude cada domingo. M¨¢s tarde, deja la vela frente a la iglesia. ¡°He dejado la vela porque creo que es importante que regrese la luz¡±, explica. ¡°Hoy ha sido un d¨ªa tenebroso¡±.
El ambiente es extra?o esta tarde en Niza. Triste y tenebroso, como dice Rousselot, pero tambi¨¦n apresurado, porque es un d¨ªa doblemente particular. Por el atentado y porque a medianoche entra en vigor el confinamiento nacional contra el coronavirus. Es la hora de hacer las ¨²ltimas compras y regresar a casa.
¡°No s¨¦ explicarle a mi hija por qu¨¦ tanto odio¡±, dice Suzanne Beer, profesora de Filosof¨ªa en un instituto de Par¨ªs que ha venido unos d¨ªas a Niza. Iba a regresar a Par¨ªs el domingo; el confinamiento les ha obligado a adelantar el viaje. Su hija, de siete a?os, corretea en el parque que hay detr¨¢s de la bas¨ªlica mientras la polic¨ªa cient¨ªfica entra y sale del templo. ¡°No somos creyentes, pero le he explicado qu¨¦ es una religi¨®n. Pero entre la religi¨®n y el integrismo religioso hay una gran diferencia. Y con matar hay una diferencia tambi¨¦n: el fanatismo¡±.
El padre Franklin Parmentier, cura de Notre-Dame, no cree posible encontrar explicaciones. ¡°No podemos comprenderlo, porque si lo comprendi¨¦semos significar¨ªa que lo podr¨ªamos hacer. Si usted lo comprendiese, me inquietar¨ªa¡±, dice. Las iglesias ya sab¨ªan que pod¨ªan estar en el punto de mira del yihadismo, como m¨ªnimo desde el degollamiento del cura de Saint-?tienne-du-Rouvray el 26 de julio de 2016. Ahora, dijo Macron, son un lugar que merece especial protecci¨®n, como las escuelas, lo que refleja bien el momento grave que vive este pa¨ªs.
¡°Hay un texto de san Pablo que dice: 'Ni la muerte ni las potencias, nada nos podr¨¢ separar del amor de Dios. Todos estamos confrontados a la muerte¡±, dice Parmentier mientras suenan las campanas de esta iglesia de finales del siglo XIX en un estilo neog¨®tico, inspirado en Notre-Dame de Par¨ªs y en la catedral de Angers, para marcar el car¨¢cter franc¨¦s de esta ciudad que no se incorpor¨® a Francia hasta 1860. ¡°El cristiano no teme la muerte¡±, concluye.
Escenario del terrorismo y punto de partida de yihadistas
¡°Escuch¨¦ los disparos y pens¨¦ en el 14 de julio¡±, dec¨ªa la conserje de un edificio de oficinas enfrente de la catedral de Notre-Dame, en la ciudad de Niza. La mujer, que no quiso dar su nombre, se refer¨ªa al atentado con cami¨®n del 14 de julio de 2016 en el paseo de los Ingleses. Cuando el jueves por la ma?ana los vecinos escucharon los disparos de la polic¨ªa que dejaron herido al terrorista que mat¨® a tres personas y cuando oyeron las sirenas por todo el centro de la ciudad; y cuando unos minutos m¨¢s tarde saltaron las primeras noticias del atentado y llegaron a los o¨ªdos del resto de la poblaci¨®n por las redes sociales o los informativos, todos pensaron en aquella fiesta nacional que acab¨® en una masacre perpetrada por un yihadista que embisti¨® a los viandantes con un cami¨®n. Esta ciudad conoce en carne viva la amenaza, es un frente en el terrorismo. Por los atentados sufridos: el del paseo de los Ingleses y, en 2015, el de los soldados que quedaron heridos por un ataque con cuchillo ante un centro jud¨ªo. Pero tambi¨¦n porque fue durante la ¨²ltima d¨¦cada uno de los principales puntos de partida de franceses que emigraron a Siria para unirse a las filas del grupo yihadista Estado Isl¨¢mico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.