Auge, org¨ªa y ca¨ªda en desgracia del hombre fuerte de Orb¨¢n en Bruselas
J¨®zsef Sz¨¢jer, uno de los pol¨ªticos m¨¢s pr¨®ximos al primer ministro h¨²ngaro, era el encargado de suavizar el discurso de Budapest ante las instituciones europeas
La fiesta fue convocada a trav¨¦s de una app especializada en encuentros sexuales para hombres. Las puertas del apartamento abrieron a las cinco de la tarde del ¨²ltimo viernes de noviembre. El lugar se encuentra a un paso de la Grand-Place, en el centro de Bruselas. En la entrada hay un letrero que dice: ¡°Entra si te atreves¡±. Al otro lado: luz oscura, l¨¢seres en movimiento punteando las paredes y de fondo la banda sonora de la serie The New Pope. Hab¨ªa que dejar la ropa y los m¨®viles en una taquilla a la entrada. Beber quiz¨¢ algo en la cocina, charlar y conocer a otros asistentes...
La fiesta fue convocada a trav¨¦s de una app especializada en encuentros sexuales para hombres. Las puertas del apartamento abrieron a las cinco de la tarde del ¨²ltimo viernes de noviembre. El lugar se encuentra a un paso de la Grand-Place, en el centro de Bruselas. En la entrada hay un letrero que dice: ¡°Entra si te atreves¡±. Al otro lado: luz oscura, l¨¢seres en movimiento punteando las paredes y de fondo la banda sonora de la serie The New Pope. Hab¨ªa que dejar la ropa y los m¨®viles en una taquilla a la entrada. Beber quiz¨¢ algo en la cocina, charlar y conocer a otros asistentes. Luego pasar al sal¨®n, con colchones y sof¨¢s repartidos por la estancia, porno proyectado y el rostro del dios Baco observando la escena, con la boca abierta e iluminada.
Eran 25 personas y J¨®zsef Sz¨¢jer, el eurodiputado h¨²ngaro del partido ultraconservador y hom¨®fobo Fidesz y uno de los hombres fuertes de Viktor Orb¨¢n en Bruselas, se encontraba ¡°probablemente en aquella esquina¡± junto a la ventana cuando hacia las nueve y media de la noche irrumpieron unos 15 polic¨ªas con linternas, pero ¡°sin una orden judicial¡± y profiriendo ¡°insultos hom¨®fobos¡±, seg¨²n cuenta David Manzheley, de 29 a?os, el organizador de la org¨ªa. Eso imagina, dice, porque la ventana qued¨® abierta, y porque la reconstrucci¨®n policial de los hechos habla de un hombre tratando de escapar descolg¨¢ndose por la ca?er¨ªa: era el propio Sz¨¢jer.
El arquitecto de la actual Constituci¨®n h¨²ngara, dura y represiva con las minor¨ªas y especialmente hostil hacia el colectivo LGTBI, un hombre de 59 a?os casado con T¨¹nde Hand¨®, la juez que apuntalaba el giro iliberal en Hungr¨ªa desde las altas esferas del poder judicial, cerraba as¨ª, semidesnudo en la fr¨ªa noche de la capital europea, con las manos ensangrentadas y una pastilla de ¨¦xtasis entre sus pertenencias, tres d¨¦cadas de trayectoria pol¨ªtica junto a Orb¨¢n. Aunque en realidad solo hab¨ªa incumplido las estrictas normas belgas de confinamiento, la abismal contradicci¨®n con los postulados de su Gobierno y su partido le hicieron presentar su renuncia al esca?o en el Parlamento Europeo dos d¨ªas despu¨¦s.
Su historia la revel¨® la prensa belga el martes, y Sz¨¢jer asumi¨® las consecuencias ¡°pol¨ªticas y personales¡± a trav¨¦s de un comunicado: ¡°Pido disculpas a mi familia, a mis colegas, a mis votantes. Les pido que eval¨²en mi paso en falso sobre el trasfondo de 30 a?os de dedicado y duro trabajo. El traspi¨¦ es estrictamente personal, yo soy el ¨²nico que tiene la responsabilidad. Les pido a todos que no lo extiendan a mi patria o a mi comunidad pol¨ªtica¡±.
Sz¨¢jer llevaba en la Euroc¨¢mara desde 2004, a?o en que Hungr¨ªa entr¨® en la UE. En Europa se labr¨® fama de pol¨ªtico ¨¢gil, inteligente y respetado en el Partido Popular Europeo (PPE), su familia pol¨ªtica. Se codeaba con los l¨ªderes democristianos del continente y lleg¨® a ser vicepresidente del Grupo Popular. ¡°Era realmente un peso pesado¡±, asegura M¨¢rton Gy?ngy?si, eurodiputado de un partido rival h¨²ngaro, Jobbik. En Hungr¨ªa, a?ade, se le conoc¨ªa como ¡°Mr. PPE¡±: era el tipo que arreglaba los desencuentros entre Budapest y Bruselas; el que limaba los duros discursos de Orb¨¢n. ¡°Era como el se?or Lobo de Pulp Fiction¡±, dice Gy?ngy?si.
En Budapest la palabra m¨¢s repetida sobre el esc¨¢ndalo de Sz¨¢jer es hipocres¨ªa. La mentira de uno de los hombres m¨¢s reputados del Gobierno de Fidesz. A Sz¨¢jer se le conoce por ser uno de los padres de la Constituci¨®n que aprob¨® el Gobierno en 2011, moldeada a imagen y semejanza de la doctrina cristiana y ultraconservadora de Fidesz. En ella, solo se reconoce el matrimonio como la uni¨®n entre un hombre y una mujer, excluyendo as¨ª a las parejas del mismo sexo, transexuales o familias monoparentales. Sz¨¢jer presum¨ªa de haber redactado la Carta Magna en su iPad durante sus viajes a Bruselas, Estrasburgo y Budapest.
¡°Todos sab¨ªamos que era gay, que viv¨ªa una vida de mentiras, pero era un gran pol¨ªtico. Es una pena que su carrera haya acabado as¨ª¡±, cuenta Zsuzsanna Szelenyi, antigua miembro de Fidesz que dej¨® el partido cuando la formaci¨®n abandon¨® las ideas liberales y abraz¨® el conservadurismo reaccionario. ¡°Si eres de Fidesz no puedes salir del armario¡±, a?ade Klara Ungar, que tambi¨¦n abandon¨® la formaci¨®n por su deriva autoritaria y que reconoci¨® su orientaci¨®n sexual como lesbiana.
Todos coinciden en que Orb¨¢n ha perdido su mejor baza para negociar con la UE en momentos en los que Hungr¨ªa ha lanzado su mayor ¨®rdago a Bruselas con el veto a los presupuestos comunitarios, por su resistencia a vincular el reparto de los fondos con el respeto al Estado de derecho. ¡°La historia hubiera quedado en un esc¨¢ndalo m¨¢s de alg¨²n miembro de Fidesz si se hubiese destapado en Hungr¨ªa, donde el Gobierno maneja a polic¨ªas y jueces, como han hecho otras veces¡±, explica el periodista de investigaci¨®n h¨²ngaro Szabolcs Panyi. Pero el incidente ha tenido lugar en el coraz¨®n de la UE. ¡°Este esc¨¢ndalo se le ha ido de las manos justo cuando necesitaba a su fiel escudero para negociar con Bruselas¡±, a?ade.
Orb¨¢n y Sz¨¢jer, becados por Soros
Orb¨¢n y Sz¨¢jer estudiaron Derecho en la Universidad de Budapest. El primer ministro es dos a?os menor que el exeurodiputado. Ambos tambi¨¦n consiguieron una beca para estudiar en el extranjero financiada por el multimillonario fil¨¢ntropo de origen h¨²ngaro George Soros, ahora n¨¦mesis de Orb¨¢n. Y juntos fundaron Fidesz en 1988. ¡°Entonces Sz¨¢jer y todos nosotros so?¨¢bamos con la ca¨ªda de la URSS, luch¨¢bamos por una Hungr¨ªa democr¨¢tica¡±, recuerda Szelenyi, de 54 a?os.
El pasado mi¨¦rcoles, Orb¨¢n calific¨® de inaceptable e indefendible el comportamiento de su amigo en Bruselas. ¡°Lo que hizo nuestro representante no tiene cabida en los valores de nuestra familia pol¨ªtica¡±, a?adi¨® en un comunicado. La oposici¨®n h¨²ngara, muy fracturada desde que Orb¨¢n se hizo con el poder absoluto del pa¨ªs centroeuropeo en 2010, intenta sacar r¨¦dito pol¨ªtico al esc¨¢ndalo. La comunidad LGTBI, por su parte, critica la doble vara de medir del Gobierno, que en los ¨²ltimos a?os ha convertido a los homosexuales y transexuales en su nuevo enemigo, priv¨¢ndoles el derecho de poder adoptar ni?os u oblig¨¢ndoles a registrarse en los documentos de identidad seg¨²n su sexo biol¨®gico. ¡°Nosotros respetamos la vida personal de Sz¨¢jer, pero es muy c¨ªnico que pertenezca a un partido que hace la vida imposible a los de su misma condici¨®n¡±, sostiene Tam¨¢s Domb¨®s, presidente de Hatter, la principal asociaci¨®n LGTBI de Hungr¨ªa.
La ca¨ªda en desgracia de uno de los hombres de m¨¢xima confianza de Orb¨¢n llega en horas bajas para el l¨ªder ultraconservador, cuya gesti¨®n de la pandemia en esta segunda ola est¨¢ siendo progresivamente cuestionada. Cada d¨ªa crece el nerviosismo ante una crisis econ¨®mica. El veto a los presupuestos europeos de uno de los pa¨ªses que m¨¢s fondos recibe de la UE tambi¨¦n es una apuesta arriesgada. El defensor de la democracia iliberal, de la Europa cristiana, donde no tienen cabida los inmigrantes, que cercena los derechos de la comunidad LGTBI y que considera enemigos a los bur¨®cratas de Bruselas se encuentra ahora en la encrucijada de que uno de los secretos a voces de su partido ha salido a la luz, lo que resta credibilidad a su discurso.
Mientras tanto, sentado en el sof¨¢ del apartamento donde se celebr¨® la org¨ªa, David Manzheley asegura que empieza a tener miedo. Ha recibido llamadas con amenazas de funcionarios extranjeros, asegura. En la fiesta hab¨ªa otros dos diplom¨¢ticos cuya identidad no ha sido revelada. Y a sus frecuentes org¨ªas, algunas de ellas multitudinarias y que no han parado durante la pandemia, han acudido varios pol¨ªticos de pa¨ªses cuyos reg¨ªmenes son poco tolerantes con el colectivo gay y con una doble vida cuya exposici¨®n quieren evitar. ¡°Aqu¨ª sienten libertad¡±, dice.