Los jornaleros de ¡®Novecento¡¯ votar¨ªan hoy a la Liga
Los paisajes sociales y culturales del filme de Bertolucci explican todav¨ªa las dos Italias que deciden el domingo el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs desde la dividida Emilia Roma?a
La habitaci¨®n donde naci¨® Olmo Dalc¨° es hoy la planta alta de un hotel rural, pero todav¨ªa conserva aquella emoci¨®n. Tambi¨¦n el comedor de los jornaleros o el establo, donde sigue ensartado en el techo abovedado el gancho donde se ahorc¨® Alfredo Berlinghieri, el salvaje patr¨®n que ejerci¨® como ¨²ltima frontera entre dos mundos opuestos condenados a disputarse el poder durante el siguiente siglo. La esplendorosa finca agr¨ªcola donde se rod¨® Novecento, la epopeya de Bernardo Bertolucci dedicada a la Italia que estren¨® el siglo XX, mantiene intactos algunos escenarios de la regi¨®n de Emilia Roma?a que permitieron explicar el nacimiento de una bisagra hist¨®rica donde las dos naciones, la negra y la roja, emprendieron expediciones paralelas. El domingo sus ciudadanos est¨¢n convocados a las urnas en unas re?idas elecciones que marcar¨¢n a fuego el destino del Ejecutivo de Roma. En esta vieja tierra de certidumbres, ya nada est¨¢ claro. Tampoco de qu¨¦ lado estar¨ªan hoy Olmo Dalc¨° y Alfredo Berlinghieri.
El patr¨®n y el jornalero de Bertolucci nacieron con pocos minutos de diferencia entre las brumas de esta llanura a orillas del r¨ªo Po el mismo d¨ªa que muri¨® Giuseppe Verdi. Dalc¨® era el hijo bastardo de una de las jornaleras que viv¨ªa en comunidad (el actual propietario de la fina tambi¨¦n es hijo de viejos trabajadores de lugar). Berlinghieri, en cambio, era el nieto del due?o de la finca predestinado a gobernar sobre todos ellos y a mirar hacia otro lado cuando el fascismo se impuso en la zona. Dos retratos de un pa¨ªs dividido en tantas cosas. ¡°Hoy, sin embargo, no est¨¢ claro que Olmo votase a la izquierda. M¨¢s bien dir¨ªa que formar¨ªa parte de la Liga¡±, apunta Stefano Ramponi, 58 a?os, agricultor y ganadero de Busseto, el pueblo donde pertenece la pedan¨ªa en la que se rod¨® la pel¨ªcula. Los datos de las ¨²ltimas elecciones avalan su teor¨ªa.
Una gran parte de los fen¨®menos pol¨ªticos de la Italia moderna pueden descifrarse en los paisajes culturales y sociales de esta vieja frontera con los Estados Pontificios. Si el pa¨ªs es el laboratorio pol¨ªtico de Europa, Emilia Roma?a es la probeta donde se obtiene la s¨ªntesis de la naci¨®n edificada tras la Unificaci¨®n. Aqu¨ª surgi¨® la bandera tricolor, naci¨® Mussolini, se convocaron las primeras grandes huelgas agrarias que sirvieron de molde al martillo de los temibles sindicatos, se nombr¨® al primer diputado socialista (Andrea Costa), triunf¨® el socialismo durante el bienio rojo, y tom¨® impulso el fascismo en Ferrara con los escuadrones de Italo Balbo. Pero tambi¨¦n dur¨® cuatro a?os m¨¢s la Resistencia despu¨¦s de la liberaci¨®n de 1945, arras¨® el Partido Comunista de Italia y se fund¨® la socialdemocracia moderna, dando pie a la democracia cristiana reformista y al laboratorio bolo?¨¦s del actual Partido Democr¨¢tico (PD).
La pulsi¨®n en la calle, aunque hasta hace poco el votante de derechas viviera de perfil, siempre estuvo dividida. El alcalde comunista, en suma, y el cura democristiano. Una dualidad expresada para siempre a trav¨¦s de las pel¨ªculas de Don Camilo y Peppone que hoy han quedado reducidos a la caricatura del enfrentamiento entre la Liga y las Sardinas, el movimiento ciudadano nacido aqu¨ª que planta cara a Salvini en toda Italia.
El peso de Emilia Roma?a, formada por dos viejas regiones que van de la costa Adri¨¢tica a los Apeninos, suma 4.5 millones de habitantes y el tercer PIB m¨¢s alto (por detr¨¢s de Veneto y Lombard¨ªa), y suele determinar el humor y las inclinaciones pol¨ªticas de Italia. Su actual bonanza (la tasa de paro es del 4,8%), sin embargo, no resolver¨ªa la ecuaci¨®n de la subida del voto protesta de la Liga y el castigo a la actual administraci¨®n de Stefano Bonaccini, gobernador y candidato del PD (aunque haya preferido evitar las siglas en estos comicios por temor a que le resten votos). Tampoco los problemas de seguridad o inmigraci¨®n que esgrime el partido de Salvini. Pero en el campo se libran algunas batallas importantes.
La tercera renta per c¨¢pita (35.300 euro) es el principal productor agr¨ªcola del pa¨ªs: de aqu¨ª salen el jam¨®n de Parma o el parmigiano?reggiano, quiz¨¢ el producto nacional m¨¢s simb¨®lico y valioso en el exterior. Tambi¨¦n ahora perseguido por las listas de productos peligrosos para la salud de los nuevos enemigos de la regi¨®n. Para sostener la agricultura, nacieron las cooperativas que durante a?os rivalizaron a muerte con las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos (ACLI) y terminaron por sucumbir a la red clientelar de la izquierda. Stefano las odia. Demasiados a?os perjudicaron a los peque?os empresarios como ¨¦l, masculla. ¡°Aqu¨ª las cooperativas han sido alimentadas por la izquierda y luego se privatizaron¡±, explica acariciando con el cuero de sus manos el forraje que da a sus vacas, especial para mantener la denominaci¨®n de origen que le permite vender m¨¢s cara su leche. Stefano fund¨® la Liga en su pueblo, en minor¨ªa durante d¨¦cadas. Tuvo que susurrar sus ideas pol¨ªticas demasiadas veces, pero algo le dice estos d¨ªas que el viento ha cambiado. Tambi¨¦n los sondeos internos que maneja su partido y que colocan a Lucia Borgonzoni, la m¨¢s salvinista entre los fieles al l¨ªder, en cabeza.
El proceso de mutaci¨®n de la regi¨®n en nuevo baluarte de la derecha empez¨® hace alg¨²n tiempo. La Liga ha logrado hacerse con plazas fundamentales como Ferrara, donde la izquierda gobern¨® durante 73 a?os. En las ¨²ltimas elecciones europeas, Salvini se impuso en 252 ayuntamientos frente a los 76 del PD. Si se tienen en cuenta los apoyos recibidos por la coalici¨®n de derecha (Liga, Forza Italia y Hermanos de Italia) respecto a la izquierda, la diferencia tambi¨¦n est¨¢ clara: 44,4% respecto al 39,6%. Adem¨¢s, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), nacido tambi¨¦n en una plaza bolo?esa hace 12 a?os, desequilibrar¨¢ todav¨ªa m¨¢s la balanza con solo un 13% de apoyos. Tras la dimisi¨®n el pasado mi¨¦rcoles de su l¨ªder, Luigi Di Maio, el resultado solo puede ser peor.
La izquierda es ya una trinchera en el mapa pol¨ªtico italiano. Una victoria de la derecha en Emilia Roma?a y en Calabria este fin de semana le dar¨ªa 14 de las 20 regiones. ¡°Si el PD pierde aqu¨ª y lo hace con un margen importante, es la se?al de que el pa¨ªs ya no les quiere. De que la operaci¨®n de formar gobierno con el M5S ha sido rechazada¡±, se?ala el polit¨®logo Giovanni Orsina. Las consecuencias pueden ser demoledoras: elecciones anticipadas y perder la posibilidad de elegir al siguiente presidente de la Rep¨²blica en 2022. ¡°Pero si no se convocan, persistir¨¢ el enrocamiento en el poder del PD dentro de un pa¨ªs que va en direcci¨®n opuesta¡±.
El paisaje social de la regi¨®n subraya esa tendencia. A lo largo de toda la Via Emilia, la carretera construida en 189 a. C. que todav¨ªa une hoy Piacenza y la costa adri¨¢tica de R¨ªmini, no existe ya una finca agr¨ªcola como la de Berlinghieri. Los due?os apenas pueden contar con empleados, ellos mismos son la mano de obra. El alcalde de Busseto, el liguista Giancarlo Contini, ganadero y agricultor, saca las cuentas para explicar un proceso en el que han perdido todos y cuya culpa atribuye a una UE de la que preferir¨ªan marcharse. ¡°Para mantener a una vaca necesitas dos hect¨¢reas de terreno. Para tener diez, ya son 20 hect¨¢reas. Para trabajarlas se necesitaban hace a?os seis d¨ªas, pero com¨ªan ocho personas que empleabas. Hoy una sola y un tractor lo hacen todo, pero con la bajada de precios, ni siquiera est¨¢ garantizado que le alcance para comer a este trabajador¡±.
La regi¨®n fue tierra de radicalismos te¨®ricos, recuerda Orsina. Pero siempre pragm¨¢tica. Citar a Lenin y reparar el sem¨¢foro al instante. Una engrasada gesti¨®n del territorio la convirti¨® en el granero y motor econ¨®mico de todo el pa¨ªs. ¡°El comunismo aqu¨ª era mucho de palabra, pero la gesti¨®n fue extremadamente pr¨¢ctica con la construcci¨®n de un sistema de poder muy cerrado. Si no eras del partido no lo pasabas bien. Era un sistema tradicional, del siglo XX, corporativo. Pero el impacto de la globalizaci¨®n, con la crisis demogr¨¢fica, las mutaciones de la ¨²ltima d¨¦cada, la crisis del sistema, la destrucci¨®n de las peque?as y medianas empresas, las periferias¡ es todo de lo que se nutre la Liga. Emilia Roma?a es la medida perfecta de cu¨¢nto resiste el viejo mundo y cu¨¢nto ha crecido el nuevo. Y la paradoja es que el deseo de protecci¨®n que lleva a votar a la Liga es el deseo de proteger el modelo construido por los comunistas¡±. La voluntad de mantener los tiempos del Novecento de Olmo y Alfredo.
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