Desde el hotel Trump, el ¡®impeachment¡¯ se sigue muy bien
El lujoso establecimiento acogi¨® reuniones cr¨ªticas de Giuliani con empresarios ucranios. Ahora retransmiten el juicio al presidente -y propietario- todo el d¨ªa y sin complejos
Si usted no logra acceso a la tribuna de prensa o de invitados del Senado, el mejor lugar de Washington para seguir el juicio al presidente de Estados Unidos no es otro que el bar del hotel Trump. Las dos grandes pantallas de su lujoso vest¨ªbulo-cafeter¨ªa retransmiten el proceso de impeachment sin complejos y con subt¨ªtulos, para no perder punto mientras se disfruta de la m¨²sica ambiente. Adem¨¢s, el hacha de guerra con la prensa est¨¢ enterrada: en la pantalla de la izquierda, la cadena CNN, bestia negra de Donald Trump; en la de la derecha, la Fox, el basti¨®n de la televisi¨®n conservadora. Por el m¨®dico precio de 13 d¨®lares el caf¨¦ (10,8 euros), con propina, impuestos y galletita, puede uno ver pasar la historia ante sus propios ojos.
Ver pasar la historia en el m¨¢s amplio sentido de la palabra, verla ocurrir, porque en el hotel de Trump es donde las cosas suceden. En un tour tur¨ªstico por la trama ucrania que ha desencadenado este impeachment, ser¨ªa parada obligatoria. En ese enorme vest¨ªbulo de diferentes espacios, los empresarios de origen ucranio Lev Parnas e Igor Fruman sol¨ªan reunirse con Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump, para ayudar a orquestar la campa?a de presiones sobre el Gobierno de Kiev para forzar el anuncio de una investigaci¨®n contra los Biden. En el hotel, conocieron ambos socios al propio Trump y al hijo de este, Don junior, en una cena con donantes. Y all¨ª tambi¨¦n, c¨®mo no, hab¨ªan almorzado, el mismo d¨ªa de octubre que los arrestaron por delitos de financiaci¨®n ilegal de campa?a ajenos a sus gestiones para Giuliani sobre Ucrania.
¡°El hotel Trump era como un semillero¡±, describi¨® el propio Parnas, en una entrevista reciente en la cadena MSNBC hace pocas semanas, ¡°pod¨ªas ver a la misma gente cada d¨ªa, a todos los mismos congresistas que apoyan al presidente¡±. ¡°Viv¨ª dos a?os en Washington y no vi los monumentos, todo lo que vi es el hotel Trump¡±, se?al¨® tambi¨¦n a The Washington Post.
Diga lo que diga Lev Parnas, el hotel Trump es tambi¨¦n un monumento, y no solo porque ocupa un palacete de 121 a?os de antig¨¹edad que en su d¨ªa alberg¨® el servicio de correo. Situado en un enclave estrat¨¦gico de la avenida Pensilvania, a cinco manzanas de la Casa Blanca y pocas m¨¢s del Congreso, se ha convertido en la viva muestra del poder, el dinero y el mundo de las influencias. El negocio abri¨® sus puertas en 2016, cuando Trump era a¨²n candidato, y con la victoria electoral, ha devenido en fuente de cr¨ªticas por conflicto de intereses que est¨¢n en los tribunales: delegaciones gubernamentales de Arabia Saud¨ª, Kuwait y Malasia, por ejemplo, han sido clientes durante su visita a la capital.
Este viernes, mientras la exposici¨®n final de la acusaci¨®n dem¨®crata se pod¨ªa seguir desde el bar, algunos participantes en la marcha antiaborto con propaganda de apoyo a Trump recalaron en el hotel, como quien peregrina a lugar santo.
Unas horas antes, la cadena ABC sac¨® a la luz una supuesta grabaci¨®n en la que Trump ped¨ªa el despido de la embajadora Marie Yovanovitch en abril de 2018. ?D¨®nde tuvo lugar esa conversaci¨®n? S¨ª, lo han adivinado.
En el hotel Trump se celebran m¨²ltiples actos de captaci¨®n de donantes, en el hotel Trump tiene su oficina Rudy Giuliani, el hombre para todo del mandatario y all¨ª, el 31 de marzo de 2016, es donde el propio presidente hizo entre susurros al legendario periodista Bob Woodward la declaraci¨®n que resume una era: ¡°El verdadero poder es -ni siquiera quiero usar la palabra- miedo¡±.