El polic¨ªa criminal que se llev¨® a la tumba los secretos del submundo de R¨ªo de Janeiro
El capit¨¢n Adriano, abatido por agentes la semana pasada, era un personaje clave en las turbias relaciones entre el crimen, la polic¨ªa y la pol¨ªtica en la ciudad brasile?a
En 2005, la c¨¢rcel para polic¨ªas militares de R¨ªo de Janeiro acogi¨® la entrega de la mayor condecoraci¨®n del Estado, pero el galardonado no era un guardi¨¢n sino un reo. Un agente acusado de asesinato recibi¨® la medalla Tiradentes ¡ªun reconocimiento por prestar servicios relevantes al Estado¡ª a propuesta de un diputado carioca veintea?ero, Flavio Bolsonaro. Su padre, Jair Bolsonaro, un irrelevante diputado que se convertir¨ªa en presidente de Brasil, asisti¨® entonces al juicio del preso condecorado e incluso le dedic¨® un discurso ante el pleno de la C¨¢mara de Diputados. Lo consideraba un valiente injustamente perseguido tras matar durante una redada a ¡°un elemento que, pese a estar implicado en el tr¨¢fico de drogas, fue considerado por la prensa como un simple aparcacoches¡±.?
Adriano Magalh?es da N¨®brega fue un polic¨ªa excepcional y luego un delincuente excepcional. Instructor del cuerpo que protagoniz¨® la pel¨ªcula Tropa de ¨¦lite, se convirti¨® en criminal hace a?os, tras salir de prisi¨®n en 2006. En 2018 fue interrogado por el asesinato de la concejala Marielle Franco y el domingo pasado muri¨® abatido en una operaci¨®n policial. Ten¨ªa 43 a?os.
La sospecha de queima de arquivo fue inmediata. As¨ª se llama en el portugu¨¦s de Brasil a la eliminaci¨®n de pruebas o testigos. Una sospecha que dibuja un final de pel¨ªcula para una vida de telenovela de terror. Considerado valiente y violento por sus pares, el capit¨¢n Adriano encarnaba las cloacas de R¨ªo, seg¨²n el veterano reportero de Globo Chico Otavio. Una tupida mara?a de relaciones turbias entre la polic¨ªa, el crimen organizado y la pol¨ªtica tras la fachada de playas espectaculares, carnaval y caipirinha. ¡°R¨ªo es hoy como el Chicago de los a?os veinte o el Nueva York de los ochenta¡±, dice Jacqueline Muniz, doctora en Estudios Policiales.
El capit¨¢n Adriano era uno de los hombres m¨¢s buscados de Brasil. Aunque se top¨® con la ley varias veces, al morir estaba limpio, al menos en los registros oficiales. Sus antecedentes penales se evaporaron porque fue condenado por asesinar al guardacoches pero luego fue absuelto. Tampoco fue procesado en el caso Marielle (por el que est¨¢ encarcelado otro antiguo polic¨ªa militar). Y aunque era sospechoso de varios asesinatos m¨¢s, el contacto que ten¨ªa con el ahora senador Flavio Bolsonaro era indirecto pero reciente: hasta 2018, el hijo del presidente brasile?o emple¨® en su gabinete a la madre y la exesposa de este polic¨ªa expulsado del cuerpo en 2014. Bolsonaro padre ha declarado este s¨¢bado que cuando Flavio le propuso para la medalla "era un h¨¦roe de la polic¨ªa militar".
Tras la muerte de Adriano, Flavio Bolsonaro solo rompi¨® su silencio para denunciar a trav¨¦s de Twitter que iban a incinerar el cad¨¢ver del expolic¨ªa. Un juez evit¨® la cremaci¨®n.
DEN?NCIA! Acaba de chegar a meu conhecimento que h¨¢ pessoas acelerando a crema??o de Adriano da N¨®brega para sumir com as evid¨ºncias de que ele foi brutalmente assassinado na Bahia. Rogo ¨¤s autoridades competentes que impe?am isso e elucidem o que de fato houve.
— Flavio Bolsonaro (@FlavioBolsonaro) February 12, 2020
El capit¨¢n Adriano llevaba menos de un d¨ªa escondido en la casa donde fue abatido por antiguos compa?eros. Su abogado dice que estaba nervioso, que tem¨ªa que lo asesinaran. No se sabe si alguien le avis¨® de que iban tras ¨¦l. Lo que s¨ª est¨¢ confirmado es que el chal¨¦ aislado que utiliz¨® como ¨²ltimo escondite pertenece a un concejal del partido con el que el jefe del clan Bolsonaro gan¨® las presidenciales.
Hac¨ªa a?os que aquel polic¨ªa callado, de 1,77 de altura, musculoso, que sab¨ªa montar un AK47 sin mirar las instrucciones, trabajaba para el crimen. ¡°Lo reclutaron en los a?os 2000. Y pas¨® a ser jefe de seguridad de los bicheros (organizadores de rifas ilegales) de la familia Garc¨ªa¡±, explica en un caf¨¦ Otavio, el periodista que, junto con una compa?era, fue el primero en escribir sobre Adriano. ¡°Ascendi¨® r¨¢pido porque era violento y no ten¨ªa miedo¡±, a?ade. La Fiscal¨ªa de R¨ªo le acus¨® hace un a?o de comandar una banda de asesinos a sueldo llamada Escritorio del Crimen y de liderar una de las llamadas milicias que cada vez dominan m¨¢s territorio ¡ªy electores¡ª en la ciudad.
Son bandas nacidas a finales de los setenta, cuando el hampa local, que gestiona loter¨ªas ilegales y tragaperras (tambi¨¦n ilegales en Brasil), reclut¨® a los polic¨ªas que hicieron el trabajo m¨¢s sucio de represi¨®n en la dictadura. Llegaron a las barriadas ofreciendo seguridad comunitaria y pasaron a extorsionar y a monopolizar servicios b¨¢sicos como el butano, Internet, la televisi¨®n por cable o el agua en bidones. En los ¨²ltimos a?os ampliaron el negocio a la construcci¨®n ilegal. Los grandes eventos que culminaron en 2016 con los Juegos Ol¨ªmpicos fueron el caldo de cultivo de su expansi¨®n hasta controlar la mitad de la ciudad, explica la especialista Muniz, que trabaj¨® para el Gobierno de Lula.
El reportero de Globo explica que los negocios m¨¢s lucrativos del capit¨¢n Adriano en los ¨²ltimos tiempos eran los pr¨¦stamos y la construcci¨®n ilegal en Piedras Negras, una barriada construida para alojar a las ni?eras, jardineros o conductores de los vecinos ricos de las urbanizaciones de la zona de Barra de Tijuca, donde los Bolsonaro tienen el chal¨¦ familiar. Entre sus vecinos de urbanizaci¨®n estaba el polic¨ªa militar acusado de dispararle cuatro tiros en la mejilla a la concejal Marielle Franco desde un coche en marcha. De nombre Ronnie Lessa, su trayectoria es similar a la del capit¨¢n Adriano. El reportero cuenta que la destreza que requiri¨® aquel atentado fue la raz¨®n por la que el ahora fallecido termin¨® siendo interrogado sobre el asesinato de la concejal. El desplome de un edificio construido ilegalmente en Piedras Negras mat¨® a 24 personas el a?o pasado.
El profesor Jos¨¦ Claudio Alves, que estudia estos grupos milicianos hace tres d¨¦cadas, conjetura que Franco fue asesinada porque gracias a su trabajo conoc¨ªa el entramado de estos grupos, porque era m¨¢s combativa que otros y porque era mujer. ¡°Estos grupos no conviven con ninguna mujer que los intimide¡±.
La muerte de Franco tuvo una enorme repercusi¨®n y puso el foco en los criminales que antes fueron polic¨ªas. Los interrogatorios agitaron un avispero. De ah¨ª naci¨® la operaci¨®n de la Fiscal¨ªa bautizada como Los Intocables, que encarcel¨® a una docena de ellos, aunque la pieza m¨¢s valiosa, Adriano, logr¨® huir. ¡°Estos grupos solo existen porque tienen financiaci¨®n, apoyo pol¨ªtico y porque controlan de manera militarizada ¨¢reas muy pobladas¡±, explica Alves, profesor de la Universidad Federal Rural de R¨ªo de Janeiro. Quien domina el territorio, domina el electorado. Esa es una de las claves, porque en este sistema el dinero de los negocios ilegales sirve para financiar campa?as pol¨ªticas. ¡°Es el mejor dinero, no hay que declararlo¡±, apunta Muniz. Eso ayuda a entender c¨®mo es que uno de los investigados como posible autor intelectual del asesinato de Franco sea un concejal carioca en ejercicio. Un concejal que, ir¨®nicamente, se apellida Siciliano. Su nombre es Marcelo.
¡°Hace muchos a?os que asistimos a una privatizaci¨®n ilegal perversa de la seguridad p¨²blica en R¨ªo de Janeiro; hace mucho que la polic¨ªa no patrulla, es una polic¨ªa de operaciones: lo que hace es trasladar criminales de aqu¨ª all¨¢¡±, dice Muniz. ¡°Se fabrica una guerra para poder subir el precio de los sobornos del alquiler del territorio¡±, remata. Para no ser unos parias, los se?ores de esos negocios ilegales presiden escuelas de samba que a fin de mes desfilar¨¢n en el carnaval ante Brasil y el mundo.
Todav¨ªa no se conoce el informe pericial sobre la muerte del capit¨¢n Adriano. Pero fotos publicadas por la revista Veja apuntan a que recibi¨® al menos un tiro a quemarropa. Lo que sab¨ªa sobre las cloacas de una de las ciudades m¨¢s bellas del mundo se lo llev¨® a la tumba. Ninguno de los milicianos encarcelados ha abierto la boca. Tampoco el acusado de liquidar a Marielle Franco.
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