Nueva etapa en la carrera espacial
Rusia quiere colaborar con Ion Musk
El ¨¦xito del ingeniero y empresario norteamericano Ilon Musk ha obligado a Dmitri Rogozin, el director general de Roscosmos (el consorcio estatal ruso responsable del programa espacial), a ¡°tragarse un trampol¨ªn¡±. Se trata de ese trampol¨ªn al que los norteamericanos no tendr¨¢n ya que recurrir si fallan los cohetes rusos Soyuz para transportar a tripulantes y mercanc¨ªas entre la tierra y la Estaci¨®n Espacial Internacional (EEI).
La historia del ¡°trampol¨ªn¡± data de 2014, cuando Rogozin amenaz¨® a EEUU con privarle de los medios de transporte rusos si se le ocurr¨ªa ampliar al ¨¢mbito espacial el r¨¦gimen de sanciones que Washington hab¨ªa impuesto a Mosc¨² debido a la anexi¨®n de Crimea y la pol¨ªtica del Kremlin en Ucrania. Si las sanciones se extend¨ªan ese sector, advirti¨® entonces Rogozin, los norteamericanos deber¨ªan ayudarse con un ¡°trampol¨ªn¡± para ponerse en ¨®rbita.
?Ahora, despu¨¦s de que la nave espacial ¡°Crew Dragon¡± con dos astronautas a bordo, llegara con ¨¦xito a su destino en la EEI, el tema del ¡°trampol¨ªn¡± ha resurgido. Lo mencion¨®, riendo, Elon Musk como una ¡°broma¡± y lo recogi¨® Rogozin en un mensaje al director de la NASA Jim Bridenstine.
¡° Bravo. (¡). Le deseo a todo el equipo de la NASA que concluya con ¨¦xito la reconstrucci¨®n de todo el sistema nacional de transporte para los vuelos a la EEI. Trasmita mis sinceras felicitaciones a Ilon Mask (y s¨ª, me gust¨® su broma) y a todo el equipo de Space X. Con impaciencia espero nueva colaboraci¨®n¡±, escribi¨® Rogozin en su twitter.
Con las palabras cordiales y las bromas como tel¨®n de fondo, el lanzamiento del Falcon 9 marca el inicio de una nueva etapa en la relaci¨®n entre los responsables del espacio en Rusia y EEUU .La colaboraci¨®n y rivalidad entre Washington y Mosc¨² en la exploraci¨®n del espacio vienen de la ¨¦poca sovi¨¦tica y tienen diversos aspectos. Ahora que la carrera espacial parece cobrar nueva fuerza como afirmaci¨®n del Estado y tambi¨¦n como negocio con perspectivas, el resquemor se percibe en algunos comentarios avinagrados, como los de un canal de televisi¨®n oficial que durante la retrasmisi¨®n del lanzamiento sembraba dudas sobre su veracidad. Tambi¨¦n en los comentarios del primer vice jefe del comit¨¦ de Defensa de la Duma, Aleksandr Sherin. Este diputado dijo a la emisora Govorit Moskva que hab¨ªa que comprobar en ¡°cu¨¢ntas piezas de ese cohete (Falcon 9) son rusas¡±. Y se preguntaba: ¡°?De qui¨¦n es el motor que est¨¢ en la nave de Elon Musk? Hay que aclarar esto.¡± Pocos d¨ªas antes del lanzamiento, el mismo Rogozin hab¨ªa dicho que ¡°solo con todos unidos en un pu?o podemos luchar contra la agresiva competencia de parte de nuestros socios occidentales¡±. El alto funcionario aleg¨® que la realizaci¨®n de programas cient¨ªficos en el segmento ruso de la EEI se hab¨ªa visto frenado por la utilizaci¨®n de los Soyuz por parte de la NASA, ¡°nueve a?os seguidos llevando a las tripulaciones, reduciendo las nuestras¡±, sentenci¨®. Admiti¨® no obstante que Roscosmos hab¨ªa ganado ¡°cierto dinero¡±.
La gesta de Musk propicia reflexiones al especialista militar Alexandr Golts, para quien el lanzamiento privado norteamericano constituye un ¡°buen ejemplo de cooperaci¨®n estatal-privada¡±, una ¡°competencia m¨¢s efectiva que impide el chantaje pol¨ªtico¡± y ¡°un s¨ªmbolo de la equivocaci¨®n cometida por Rusia al reformar el complejo militar industrial creando corporaciones que sustitu¨ªan de hecho los nueve ministerios industriales de la URSS¡±. ¡°La cooperaci¨®n entre Rusia y EEUU en el espacio seguir¨¢, porque solo puede prescindirse de ella paulatinamente, pero Musk muestra un modelo m¨¢s econ¨®mico y m¨¢s eficaz de exploraci¨®n y en ese sentido es una lecci¨®n para la NASA y para Roscosmos¡±, dijo el especialista.
En una entrevista a fines de 2018, Yuri Baturin, cosmonauta y asesor de Mija¨ªl Gorbachov en el pasado, llam¨® la atenci¨®n sobre la simbiosis viciada en el ¨¢mbito del espacio entre las empresas estatales rusas y las empresas privadas. Refiri¨¦ndose a ese sector comentaba entonces a esta periodista: ¡°Las leyes se han promulgado precisamente para permitir llevarse impunemente el dinero del Estado¡±.
En la superficie parece reinar hoy una calma desconfiada. En 2015 con motivo de la publicaci¨®n de una biograf¨ªa de Musk, la prensa moscovita destacaba que el empresario viaj¨® a Rusia en 2002 para comprar unos sat¨¦lites de lanzamiento, pero el precio solicitado por los rusos le result¨® demasiado caro y renunci¨® a ellos. All¨ª, en aquel trato fallido, Musk habr¨ªa comenzado su carrera como empresario espacial.
En Rusia hay especialistas bien formados para gestionar un programa espacial. Otra cuesti¨®n es qu¨¦ clase de talentos fomenta este pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os. Mija¨ªl Kokorich, un f¨ªsico procedente de Novosibirsk, fue fundador de la empresa Dauria Aerospace (productora de ligeros y sostenibles sat¨¦lites), y colabor¨® con Roscosmos, pero tuvo que cerrar su compa?¨ªa en 2017 debido a un contencioso con la empresa estatal a resulta de un lanzamiento fallido en el que se transportaban sat¨¦lites de Dauria Aerospace. Ahora Kokorich es uno de los directivos de la empresa Momentus.Space, en California.
El lanzamiento del Falc¨®n 9 pone fin a la ¨¦poca del ¡°internacionalismo rom¨¢ntico y marca ¡°el principio de la Pax Americana en el espacio¡±, ha dicho Kokorich en la revista Forbes. Los cohetes reutilizables de nueva generaci¨®n ¡°hacen que EEUU sea totalmente independiente de Rusia en el campo de la construcci¨®n de motores¡±. En la exploraci¨®n del espacio, prosigue, ¡°los EEUU no tienen competidor ni actual ni potencial y no desean actuar m¨¢s en inter¨¦s de la comunidad internacional o de los pa¨ªses aliados¡±.
¡°El programa espacial ruso se parece a una p¨¢lida sombra de la fuerza tecnol¨®gica de la URSS¡±, afirma el cient¨ªfico, seg¨²n el cual en Rusia durante toda la ¨¦poca postsovi¨¦tica ¡°no se ha creado ning¨²n producto o tecnolog¨ªa verdaderamente rompedores¡±. Seg¨²n el experto, contin¨²a la fuga de cerebros, la degradaci¨®n de la educaci¨®n t¨¦cnica, el aislamiento de la industria espacial con sanciones internacionales y limitaciones de exportaci¨®n¡± y ¡°una industria espacial monopol¨ªstica y cuasi estatal¡± con ¡°total ausencia de iniciativa empresarial¡±. ¡°El romanticismo de los cincuenta y los sesenta¡± dej¨® paso al ¡°c¨¢lculo econ¨®mico¡±, en perspectiva hay un mercado de billones de d¨®lares y los protagonistas ser¨¢n los grandes empresarios norteamericanos, ha dicho.
El viaje de Musk ¡°crea condiciones para expediciones m¨¢s profundas, a la Luna y a Marte, y es un buen ejemplo de la eficiente colaboraci¨®n privada-estatal¡±, nos ha dicho desde Kiev, el acad¨¦mico Volodomir Gorbulin, dise?ador de misiles en la gran f¨¢brica de Yushmash, en Dniepr¨® (antes Dniepropetrovsk) en ¨¦poca de la URSS y despu¨¦s jefe de la Agencia Espacial de Ucrania, tras el derrumbamiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Las perspectivas de futuro son nebulosas y tras las nubes, la Luna. El presidente Donald Trump ya ha declarado que la Luna es suya y Putin no ha enviado a¨²n una misi¨®n a ese sat¨¦lite este a?o, tal como anunci¨® en 2018, precisando que quer¨ªa empezar por un aterrizaje en sus polos porque en ellos aparentemente hay agua y eso podr¨ªa ayudar en posteriores exploraciones por el espacio.
Y m¨¢s all¨¢ del discurso racional se siente la ¡°nostalgia de Yuri Gagarin¡± (el primer astronauta en ser puesto en ¨®rbita el 12 de abril de 1961), transformado en el s¨ªmbolo de una ¡°aventura m¨¢gica¡± que dejaba sin aliento a la humanidad. En la emisora El Eco de Mosc¨², el cantante Andr¨¦i Makar¨¦vich dec¨ªa que los ¨¦xitos en el espacio le alegraban de ni?o, cuando so?aba con llegar a Venus, y le alegran ahora. ¡°Y no me importa tanto si los logran los americanos, los chinos, los indios o nosotros. Aunque, si lo hacemos nosotros resulta especialmente agradable¡±, sentenciaba.
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