Sobrevivir a la pandemia sin una ¡®paga covid¡¯
El fin de las ayudas de emergencia en Brasil por el coronavirus golpea de manera especial al Estado de Maranh?o, el que m¨¢s dinero ha recibido respecto al PIB
Uno de los efectos m¨¢s llamativos de esta pandemia en Brasil es que la pobreza cay¨® a niveles hist¨®ricos. Hac¨ªa d¨¦cadas que no hab¨ªa tan pocos brasile?os con ingresos ¨ªnfimos. El caso de Sandra Leonora Gusm?o que un lunes reciente hac¨ªa cola en un comedor social de S?o Lu¨ªs (Maranh?o), ayuda a explicarlo. Con 36 a?os, se gana la vida como trabajadora del servicio dom¨¦stico. Lo mismo cuida un anciano que limpia una casa o plancha en d¨ªas sueltos por 150 reales (23 euros). La pandemia la dej¨® sin esos trabajillos con los que sobrevivir, pero, en menos de un mes, trajo a Brasil una paga de emergencia creada para mitigar las penurias del coronavirus. Eran unos 90 euros al mes (110 d¨®lares). Pero el programa gubernamental para abonar esa renta, vital para el sustento de una parte considerable de las familias brasile?as, acaba de concluir.
El primer ingreso fue una de las mayores sorpresas de su vida. Como madre soltera, a la se?ora Gusm?o le correspond¨ªa el doble. Para ella, un dineral in¨¦dito. Cuenta orgullosa que pudo olvidarse de comprar a cr¨¦dito por una vez: ¡°Compr¨¦ una cama, un armario, un sof¨¢, comida, ropa, calzado¡ todo en efectivo¡±, enumera mientras hace cola con otros indigentes. Por menos de medio euro, se lleva un plato de cerdo con arroz y frijoles. La comida del d¨ªa.
Comienza la ¨¦poca de lluvias en S?o Lu¨ªs, la ¨²nica ciudad fundada por los franceses en Brasil. A¨²n conserva un bonito centro hist¨®rico colonial donde edificios rehabilitados conviven con otros en ruinas. Hace lo que aqu¨ª llaman tiempo europeo, cielo gris y lluvia. Pero las tormentas de estos d¨ªas no son tan impresionantes como corresponder¨ªa a enero. Pantal¨®n corto, tirantes y chancas es la vestimenta local incluso ahora, en la temporada menos c¨¢lida.
Como el virus sigue circulando, Gusm?o no logra clientela. Y la renta m¨ªnima del coronavirus acab¨® el 31 de diciembre. El de Brasil ha sido uno de los programas m¨¢s amplios del mundo. El Gobierno federal ha inyectado desde abril unos 48.000 millones de euros directamente en los bolsillos de 70 millones de personas, un tercio de los brasile?os, para mitigar el golpe entre los que subsisten con ayudas sociales, los trabajadores informales y los aut¨®nomos. (Adem¨¢s de miles de soldados que lo cobraron indebidamente). Pero el coronavirus sigue ah¨ª fuera, cada d¨ªa mueren cientos, la vacunaci¨®n acaba de arrancar pero a trompicones¡ Y para Gusm?o y sus pares lograr aquellos trabajillos de subsistencia es todav¨ªa muy dif¨ªcil. Todos los d¨ªas se acerca al comedor popular. Aqu¨ª la tierra es lo suficientemente f¨¦rtil gracias a las lluvias amaz¨®nicas de esta ¨¦poca para garantizar la alimentaci¨®n m¨¢s b¨¢sica. En otros rincones de Brasil, se teme que asome el hambre.
La soci¨®loga Leticia Bartholo, especialista en programas de transferencia de renta, explica que la paga del coronavirus ¡°fue capaz de contener el avance de la pobreza y la desigualdad¡±, aunque advierte: ¡°Logr¨® una reducci¨®n hist¨®rica de la pobreza pero con un efecto transitorio¡±. Ahora, sin esa inyecci¨®n de dinero ¡°el panorama es muy malo para las clases populares brasile?as¡±. Nadie discute que si la ayuda no se prorroga o se sustituye con alg¨²n suced¨¢neo la pobreza se disparar¨¢. Queda por ver si a niveles prepandemia o incluso m¨¢s all¨¢.
El impacto puede ser especialmente devastador en S?o Luis y el resto del Estado de Maranh?o, uno de los m¨¢s pobres, menos desarrollados y donde proporcionalmente m¨¢s gente recibi¨® esa inyecci¨®n extraordinaria de dinero p¨²blico. Aqu¨ª supuso en torno al 8,5% del PIB, seg¨²n un estudio acad¨¦mico, frente a una media del 2,5%.
La ayuda de emergencia permiti¨® a los m¨¢s pobres quedarse en casa en esta ciudad, una de las primeras y de las pocas que decret¨® un confinamiento estricto. Maranh?o tiene la epidemia bajo control. El comercio est¨¢ abierto, casi todos llevan mascarilla.
Pero la falta de ingresos empujar¨¢ a millones que perdieron el empleo o la clientela a volver a salir a la calle a buscarse la vida, con el riesgo que conlleva de acelerar los contagios de la covid mientras la vacuna no los frene.
La presi¨®n de esos millones que salieron ef¨ªmeramente de la pobreza y regresar¨¢n ahora recae en los Estados y los Ayuntamientos. ¡°Lo que podemos hacer es intentar disminuir el desastre, evitarlo es muy dif¨ªcil porque [los Estados] no emitimos moneda ni podemos contraer deuda¡±, explica el gobernador de Maranh?o, Flavio Dino, un exjuez comunista que en 2014 rompi¨® la hegemon¨ªa de los Sarney, el clan cacique local. Detalla que para paliar el golpe su Gobierno ha aprobado una ayuda para los recogedores informales de basuras, el cheque de 90 euros para que las familias compren y activen el comercio y ha repartido 300.000 cestas b¨¢sicas, adem¨¢s de elaborar un plan de obras p¨²blicas de casi 90 millones de euros. ¡°Lo correcto ser¨ªa prorrogar la ayuda por lo menos hasta mediados de a?o, cuando creo que ya veremos los efectos de la vacuna¡±.
Ahora que se ha quedado sin la paga del coronavirus, Cleanna Ferreira, de 31 a?os, tirar¨¢ de lo que pudo ahorrar, pero b¨¢sicamente ella y sus dos hijos volver¨¢n a depender de la pensi¨®n de la bisabuela. Do?a Eugenia ¡°tiene 108 a?os¡±, dice; reci¨¦n levantada de la siesta, se la oye trastear en el cuarto de al lado. Esta noche Ferreira ir¨¢ a cuidar a un hospitalizado a cambio de unos 12 euros, lo que la familia del enfermo pueda pagar. ¡°No, no tiene covid, porque si no no ir¨ªa¡±, dice tajante en su humilde y oscura sala de estar ante un peque?o altar y una televisi¨®n inmensa que cuenta las ¨²ltimas novedades del noviazgo de unos famosos que navegan en un yate espectacular. Todos estos pobres viven pendientes de cualquier noticia que la tele pueda anunciar sobre las ayudas sociales.
Gilberto Mendes, de 45 a?os, sigue las novedades sobre la paga de emergencia y el tira y afloja pol¨ªtico por otra v¨ªa, el canal de YouTube del Congreso. ¡°Si no prorrogan el auxilio de emergencia, la situaci¨®n ser¨¢ cr¨ªtica. Muchos pasar¨¢n hambre¡±, advierte este guarda de seguridad que perdi¨® su empleo hace cuatro a?os. Acabada la ayuda, sus ingresos vuelven a ser cero. Los parientes lo mantienen.
Directora de un ambulatorio, Regina Santos, de 55 a?os, critica que la gente ¡°no fuera preparada para administrar ese dinero porque muchos acabaron endeudados¡±. Cuenta que la pandemia ha dejado otros impactos de los que no se habla: ¡°Tenemos una epidemia de embarazos entre mujeres j¨®venes¡±.
Otro obst¨¢culo que cita la especialista Bartholo es estructural, los l¨ªmites presupuestarios al programa Bolsa Familia, considerado por muchos la herramienta m¨¢s eficaz con la que Brasil ha combatido la pobreza en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Bartholo lamenta que las autoridades no hayan aprovechado la epidemia para que ¡°las transferencias de renta alcancen un nivel m¨¢s digno y ampliar su alcance¡±. Bolsa Familia ha logrado sacar de la extrema pobreza y de la pobreza a secas a millones de indigentes con peque?¨ªsimas cantidades de dinero. Pero esta especialista considera que es hora de ir m¨¢s all¨¢.
El presidente Bolsonaro quiso rebautizar Bolsa Familia para diluirlo como s¨ªmbolo del legado del Partido de los Trabajadores (PT), pero aquello qued¨® en nada.
El impacto que esa paga ha tenido en la vida de familias como la de Mauricia Mendes, de 43 a?os, es tal que 18 a?os despu¨¦s de haber recibido el primer ingreso todav¨ªa recuerda c¨®mo fue aumentando la cuant¨ªa: ¡°Empec¨¦ a cobrar Bolsa Familia cuando naci¨® mi tercer hijo¡±, explica en el porche de la casa que comparte con dos de sus hermanos y sus familias en un pueblo a las afueras de S?o Lu¨ªs. ¡°Al principio eran 26 reales (cuatro euros hoy) al mes, luego subi¨® a 30, a 65, a 293 cuando ¨¦l ten¨ªa como 10 a?os, es lo m¨¢ximo que llegu¨¦ a cobrar. Ahora son 150 reales, pero como ha cumplido 18 a?os me sacan de la lista¡±, explica esta mujer. Como todos los amparados por Bolsa Familia, desde abril hasta diciembre la paga del coronavirus sustituy¨® esta ayuda.
Un total de 14 millones de familias brasile?as reciben Bolsa Familia para complementar sus inexistentes o magros ingresos, incluidas 81.000 en S?o Luis. La contrapartida es que sus hijos vayan a la escuela y tener las vacunas actualizadas. La se?ora Mendes cuenta orgullosa que su hijo mayor est¨¢ en la Universidad, el segundo en una escuela t¨¦cnica y el menor acaba de terminar la secundaria.
Las autoridades dise?aron el programa de pagos del coronavirus para que todo se gestionara por Internet y evitar aglomeraciones ante los bancos. Al desaf¨ªo que supuso que la web de inscripci¨®n estuviera sobresaturada ante la demanda simult¨¢nea de decenas de millones de personas, se sumaron los que no tienen tel¨¦fono m¨®vil con Internet, ordenador o conexi¨®n en casa, que no se manejan en el entorno digital porque nacieron en otra ¨¦poca o que simplemente carecen de los documentos necesarios. Por eso el Ayuntamiento de S?o Lu¨ªs abri¨® un servicio de ayuda telem¨¢tica y la secretaria de Derechos Humanos de Maranh?o moviliz¨® a los sindicatos y la sociedad civil para ayudar a los m¨¢s desamparados a navegar la burocracia digital. Las colas delante de las sucursales de La Caixa, el banco que vehicula el cobro, son desde la primera cuota una de las im¨¢genes caracter¨ªsticas de la crisis sanitaria brasile?a. Los m¨¢s rezagados todav¨ªa formaban cola esta semana ante la sucursal de S?o Luis para sacar la ¨²ltima cuota.
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