Argelia, la memoria fragmentada de Francia
El historiador Benjamin Stora, autor del informe a Emmanuel Macron sobre el pasado colonial, busca una ¡°tregua civil¡± ante los ¡°rentistas de la memoria¡±
De peque?o, a Benjamin Stora le comparaban con Joselito, el ni?o cantante espa?ol que triunfaba en aquella ¨¦poca con el apodo de El peque?o ruise?or. Eran los a?os cincuenta en la Argelia todav¨ªa francesa, y el ni?o Stora crec¨ªa feliz en un ambiente en el que se mezclaba la cultura francesa, la jud¨ªa y tambi¨¦n la de Espa?a, geogr¨¢ficamente vecina y culturalmente pr¨®xima por la presencia de una importante poblaci¨®n espa?ola en la colonia norteafricana.
¡°Mis t¨ªas me dec¨ªan que yo era su doble mientras me acariciaban el cabello. Y yo estaba orgulloso¡±, recordar¨ªa a?os despu¨¦s en el libro Les cl¨¦s retrouv¨¦es. Une enfance juive ¨¤ Constantine (Las llaves reencontradas. Una infancia jud¨ªa en Constantine).
En 1962, los Stora, como centenares de miles de europeos de Argelia o familias enraizadas desde hace siglos en el norte de ?frica que se identificaban con Francia, emigraron a Europa. Era los llamados pieds-noirs, o pies negros.
As¨ª termin¨® una guerra que hab¨ªa estallado en 1954 y que dej¨® heridas todav¨ªa abiertas entre Francia y la nueva Argelia independiente despu¨¦s de 130 a?os de dominio franc¨¦s. De aquel conflicto naci¨® la V Rep¨²blica, el actual r¨¦gimen constitucional en Francia, y ah¨ª se gestaron resentimientos que desde entonces han alimentado a la extrema derecha y el yihadismo aut¨®ctono franc¨¦s.
El doble de Joselito ¡ªaquel muchacho jud¨ªo de la ciudad de Constantine que despu¨¦s militar¨ªa el trotskismo y la socialdemocracia¡ª es hoy un historiador veterano, el especialista m¨¢s influyente, le¨ªdo y escuchado sobre la guerra de Argelia. Esta semana, Stora ha presentado a Emmanuel Macron un informe que el presidente franc¨¦s le encarg¨® el pasado julio y que debe abrir una nueva etapa en la relaci¨®n de Francia con este ¡°pasado que nunca muere¡± y ¡°ni siquiera es pasado¡±, por usar la famosa frase del novelista William Faulkner sobre la Guerra Civil estadounidense.
Para Stora, de 70 a?os, la redacci¨®n del informe de 160 p¨¢ginas es la culminaci¨®n de toda una vida marcada por Argelia, tanto por su biograf¨ªa como por su trabajo como historiador. El documento plantea recomendaciones para ¡°reconciliar las memorias¡± sobre la guerra y la colonizaci¨®n, pero no aconseja de forma expl¨ªcita que Francia pida perd¨®n o haga gestos de arrepentimiento.
¡°El informe tiene algo de conclusi¨®n de una larga vida para intentar salir de esta guerra de memorias¡±, dijo el s¨¢bado Stora a EL PA?S. ¡°Viv¨ª la guerra de ni?o y, m¨¢s tarde, la guerra de las memorias, es decir, la de quienes no quer¨ªan reconciliarse, los que no quer¨ªan aceptar la independencia, los que no quer¨ªan aceptar la posibilidad de vivir juntos. Es, precisamente, porque he vivido este desgarro y este exilio, que siempre intent¨¦ hacer las cosas de tal manera que, retomando lo que dec¨ªa [el escritor franc¨¦s nacido en Argelia] Albert Camus, instaurar una especie de tregua civil, una tregua para poder vivir juntos¡±.
La guerra separ¨® a Argelia de Francia, pero tambi¨¦n dividi¨® a argelinos ¡ªlos harkis, que lucharon junto a las tropas francesas, fueron v¨ªctimas de masacres en su pa¨ªs y tuvieron que abandonarlo¡ª y a los propios franceses. Seg¨²n estimaciones citadas en el informe, hubo en torno a medio mill¨®n de muertos.
Stora calcula que en Francia vive m¨¢s de siete millones de personas --m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n-- afectados por la memoria de Argelia: incluye a la inmigraci¨®n argelina, a los pieds-noirs y los harkis y a sus descendientes, y tambi¨¦n a los excombatientes.
Cada grupo, con una versi¨®n distinta, a veces contradictoria y a veces usada con fines pol¨ªticos, no siempre nobles, en lo que el historiador denomina ¡°la competici¨®n entre v¨ªctimas¡± y ¡°la reconstrucci¨®n de relatos imaginarios¡±. Argelia, que hasta 1962 algunos en Francia consideraban tan francesa como el P¨¦rigord o el Monte Saint-Michel, es todav¨ªa un asunto interno en este pa¨ªs.
¡°La p¨¦rdida de la Argelia francesa se vivi¨® como una herida narcisista del nacionalismo franc¨¦s. Porque Argelia era Francia, eran departamentos franceses [lo que equivalente a provincias en Espa?a], no era una colonia¡±, explica Stora. ¡°Hab¨ªa una contradicci¨®n insoluble entre un territorio que se consideraba franc¨¦s y una poblaci¨®n mayoritariamente argelina que no ten¨ªa los mismos derechos que los europeos¡±.
Francia es un pa¨ªs de discusiones hist¨®ricas que reflejan fracturas pol¨ªticas e ideol¨®gicas de fondo que nunca se acaban de extinguir. La revoluci¨®n de 1789, el caso Dreyfuss, r¨¦gimen colaboracionista de Vichy... Pero, quiz¨¢ por la cercan¨ªa temporal, o porque sigue afectando las vidas de millones de ciudadanos, ninguno como Argelia sigue incidiendo tanto en la vida de Francia.
¡°En uno de mis libros, habl¨¦ de la comparaci¨®n posible entre la guerra de Argelia y la guerra de Secesi¨®n de Estados Unidos, de una especie de sudismo a la francesa¡±, dice Stora. ¡°Los franceses de Argelia sin duda algunos eran pobres, pero muchos ten¨ªan un nivel de vida superior al de los argelinos, que adem¨¢s carec¨ªan de derechos. Los franceses de Argelia se opon¨ªan al Norte el metropolitano, industrial, lejano, individualista, glacial.¡±
Seg¨²n esta interpretaci¨®n, en la guerra no solo estaba en juego la fundaci¨®n de una Argelia independiente de cultura musulmana. En paralelo, se desarrollaba otro conflicto, que opon¨ªa a franceses instalados en Argelia con los pol¨ªticos de Par¨ªs, con el General de Gaulle a la cabeza, dispuestos a conceder la independencia a la nueva Argelia.
¡°Desde hace un tiempo creemos que ya lo hemos superado. Que es algo antiguo y viejo, que se acab¨®¡±, dice Stora. ¡°Pero mire Estados Unidos hoy: no han salido de la Guerra de Secesi¨®n. La situaci¨®n es distinta, claro, pero uno ve a esta gente con la bandera sudista en el Capitolio¡¡±
El argumento central del informe es que no se trata de escribir una historia com¨²n sobre la guerra de Argelia, ¡°sino intentar explicar juntos el acontecimiento colonial, y no creer que todo podr¨¢ decidirse en un veredicto definitivo¡±, escribe. Y cita a otro historiador, Pierre Nora, quien afirma que, ¡°mientras que la memoria divide, la Historia puede unir¡±.
¡°Lo que asusta¡±, dice Stora en la entrevista, ¡°es que se fabriquen identidades a trav¨¦s de las historias y que acaben enfrent¨¢ndose, que no haya posibilidad de tender pasarelas¡±.
Que el arrepentimiento o la petici¨®n de perd¨®n franc¨¦s pueda ayudar a tender estas pasarelas, el autor del informe lo duda. Sostiene que emprender acciones concretas para investigar archivos, investigar los ensayos nucleares franceses en territorio argelino o el uso de napalm, localizar desaparecidos, un reconocimiento de las v¨ªctimas de todos los bandos puede resultar m¨¢s ¨²til que los discursos grandilocuentes.
¡°Se puede pronunciar un discurso de excusas, pero, ?no hay otra posibilidad? ?no corremos el riesgo de dejar en suspenso una serie de temas y caer en la trampa de la extrema derecha o los integristas que no quieren abordar ning¨²n dosier real?¡±, dice. ¡°Siempre hay rentistas de la memoria, los que ven la memoria como una renta que les permite existir. Y estos no quieren que se acabe¡±.
Macron y el pasado colonial
Desde que era candidato a la presidencia de Francia, Argelia acompa?a a Emmanuel Macron. Uno de los momentos m¨¢s complicados de la campa?a electoral de 2017 ocurri¨® cuando, durante una visita al pa¨ªs norteafricano, Macron declar¨® que la colonizaci¨®n hab¨ªa sido un crimen contra la humanidad. Ya en el poder, dio un paso decisivo, inspirado entre otros por el historiador Benjamin Stora, al admitir en nombre de la Rep¨²blica que el joven matem¨¢tico Maurice Audin, desparecido en Argel en 1957, fue torturado hasta muerte o ejecutado por militares franceses. Bajo su mandato, Francia ha devuelto a Argelia los restos de 24 jefes de la resistencia en la guerra colonial del siglo XIX. La prioridad ahora es, sobre la base del informe que Stora present¨® el mi¨¦rcoles a Macron, mejorar el trabajo de los historiadores a ambas orillas del Mediterr¨¢neo respecto a los desparecidos o las matanzas, por ejemplo. Y tambi¨¦n el reconocimiento oficial en Francia de las v¨ªctimas del colonialismo o de franceses que defendieron la independencia, y la celebraci¨®n de fechas conmemorativas en las que las partes puedan participar. Una comisi¨®n de "Memoria y verdad" presentar¨¢ iniciativas comunes entre Francia y Argelia.
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