Las heridas abiertas de la memoria de Argelia en Francia
En ciudades del sur como Perpi?¨¢n pervive el rastro de las divisiones por la historia del pasado colonial que Macron ha decidido afrontar
La estela, en el cementerio del norte de Perpi?¨¢n, muestra un hombre con las manos atadas en la espalda mientras se derrumba. ¡°A los fusilados y combatientes ca¨ªdos para que viviese la Argelia francesa¡±, se lee en una inscripci¨®n.
Debajo, los nombres de cuatro condenados a muerte y ejecutados por la Rep¨²blica francesa. Entre ellos Jean Bastien-Thiry, el militar responsable del frustrado atentado contra el General De Gaulle, en Petit-Clamart, en las afueras de Par¨ªs.
El monumento se conoce en Perpi?¨¢n, capital del departamento de los Pirineos Orientales y de la llamada Catalu?a norte o francesa, como ¡°la estela a la OAS¡±. La OAS (siglas francesas de la Organizaci¨®n del Ej¨¦rcito Secreto) fue un grupo terrorista contrario a la independencia de Argelia de 1962, y que atent¨® varias veces contra el General de Gaulle, el presidente que negoci¨® la separaci¨®n.
La existencia de este monumento en una ciudad francesa es reveladora. Francia todav¨ªa no ha alcanzado un consenso pleno sobre el significado de uno de los traumas de su historia contempor¨¢nea, la guerra de Argelia entre 1954 y 1962. Incluso cuestiones que, de lejos, pueden parecer tan claras como el car¨¢cter reprobable de la OAS, se discuten en ciudades y pueblos del arco mediterr¨¢neo franc¨¦s, donde la guerra y sus consecuencias est¨¢n inscritas en las memorias familiares.
En Par¨ªs, la declaraci¨®n del presidente Emmanuel Macron, el 13 de septiembre, reconociendo la responsabilidad del Estado franc¨¦s en la desaparici¨®n y muerte en Argel, durante la guerra, del matem¨¢tico comunista Maurice Audin, simpatizante de los independentistas, apenas provoc¨® controversia.
En Perpi?¨¢n, reflejo de otros lugares del sureste franc¨¦s, algunos lo ven distinto. Esta es una ciudad que en 1962 acogi¨® a miles de pieds-noirs, los europeos repatriados de Argelia tras la independencia. La gobierna Jean-Marc Pujol, alcalde nacido en la Argelia francesa. ¡°Hay 2.413 desaparecidos hoy de los que nadie se preocupa. El tema de fondo es que el se?or Audin fue c¨®mplice de los asesinos¡±, dice Pujol en su despacho de la alcald¨ªa. ¡°El presidente Macron habr¨ªa tenido que meter en el mismo plano la desaparici¨®n de Maurice Audin y la desaparici¨®n de los 2.413¡±.
El diputado perpi?an¨¦s m¨¢s conocido y posible sucesor del alcalde, Louis Aliot, es hijo de un excombatiente en la guerra y de una pied-noir de origen valenciano. Pertenece al partido que suele identificarse con los repatriados: el antiguo Frente Nacional, hoy Reagrupamiento Nacional. Y es pareja de la l¨ªder del partido, Marine Le Pen, hija de un excombatiente en Argelia, el viejo l¨ªder de la derecha ultra Jean-Marie Le Pen.
Aliot naci¨® en Toulouse (Francia) en 1969, pero creci¨® inmerso en la cultura pied-noir. En su oficina de diputado en Perpi?¨¢n, recuerda que en el sal¨®n de su casa en Ax-les-Thermes, poblaci¨®n a medio camino entre Toulouse y Perpi?¨¢n, hab¨ªa un gran p¨®ster con una foto de Argel.
Para Aliot, el paso al Frente Nacional fue l¨®gico. ¡°Jean-Marie Le Pen, para los pieds-noirs, es una personalidad que cuenta. Fue el diputado franc¨¦s que dimiti¨® en la Asamblea Nacional para entrar en la Legi¨®n extranjera para ir a luchar junto a ellos en Argelia¡±, explica. Muchos pieds-noirs se sintieron traicionados por De Gaulle y rechazaban votar por la derecha neogaullista, sustentaron el ¨¦xito electoral del Frente Nacional.
Respecto a los homenajes a los miembros de la OAS, dice: ¡°Yo no puedo juzgar, no viv¨ª aquellos acontecimientos. Pero la poblaci¨®n se sinti¨® abandonada, por el Estado franc¨¦s, por De Gaulle, etc¨¦tera. Y se unieron al grupo que defend¨ªa f¨ªsicamente a los pieds-noirs all¨ª, y es lo que se llamaba la OAS¡±. El diputado del Reagrupamiento Nacional a?ade que en Perpi?¨¢n no es ¨²nicamente su partido el que defiende el monumento. ¡°La estela de la OAS la instal¨® un alcalde centrista, no nosotros¡±.
Aliot se refiere al exalcalde Jean-Paul Alduy, hijo de otro alcalde, Paul Alduy, quien cultiv¨® el electorado pied-noir, como explican los polit¨®logos J¨¦r?me Fourquet, Nicolas Lebourg y Sylvain Manternach en el informe Perpi?¨¢n, ?una ciudad ante el Frente Nacional?, de 2014. Alduy construy¨® para los repatriados pieds-noirs el barrio de Moulin-¨¤-Vent. Sus sucesores inauguraron el Centro de documentaci¨®n de los franceses de Argelia y el muro donde est¨¢n inscritos los nombres de los pieds-noirs desparecidos. El muro recuerda, en otras dimensiones, al memorial de Vietnam en Washington D.C.
Nacido 15 a?os despu¨¦s del fin de la guerra y la independencia, Macron se ha decidido a afrontar el tab¨², como Jacques Chirac, en los noventa, afront¨® el del colaboracionismo con los nazis durante Segunda Guerra Mundial. El historiador Benjamin Stora, que naci¨® y creci¨® en Argelia y ha asesorado al presidente, dice en su libro La guerra de Argelia explicado a todos que ¡°existen m¨²ltiples memorias heridas que entran en conflicto unas con otras¡±.
A Francia llegaron, al terminar la guerra, cerca de un mill¨®n de pieds-noirs, que a veces sintieron que eran recibidos con recelos. A ellos hay que sumar el m¨¢s un mill¨®n de excombatientes, y cerca de un mill¨®n ¡ªlas cifras son imprecisas¡ª de argelinos o franco-argelinos, adem¨¢s de los 60.000 harkis, argelinos que cooperaron con las fuerzas francesas durante la guerra, se refugiaron en Francia. El trauma de Argelia se ha usado para explicar fen¨®menos tan dispares como la fortaleza de la extrema derecha, y la marginaci¨®n y la tentaci¨®n yihadista en las banlieues o barrios perif¨¦ricos.
"Debemos reconciliar las memorias fracturadas", prometi¨® el presidente en 2017 en una entrevista con Le Figaro, antes de llegar al poder. "Francia est¨¢ hoy bloqueada por las pasiones tristes de su historia". Con el reconocimiento del asesinato de Audin, o el previsto homenaje a los harkis en diciembre, el intento de desbloqueo ha comenzado.
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