Tres d¨®lares al mes por trabajar para el Estado venezolano
El sector p¨²blico refleja el fracaso del modelo de gesti¨®n chavista. Los bajos salarios empujan a miles de empleados a dejar sus puestos y engrosar las filas de la informalidad laboral
La Administraci¨®n p¨²blica de Venezuela es una enorme maquinaria averiada. Pasillos desolados, oficinas cerradas, tr¨¢mites congelados, servicios inoperantes. La ca¨ªda del poder adquisitivo del bol¨ªvar ha convertido a los empleados p¨²blicos en una clase condenada a la pobreza, en algunos casos extrema. Los salarios que percibe este sector ¡ªalrededor de dos millones de personas, tras a?os de migraci¨®n y renuncias¡ª son un reflejo del fracaso del modelo de gesti¨®n econ¨®mica impulsado primero por Hugo Ch¨¢vez y despu¨¦s por Nicol¨¢s Maduro. La pandemia ha acelerado el ¨¦xodo de funcionarios no solo del pa¨ªs sino a otros sectores de la econom¨ªa o simplemente a la inactividad, pues a muchos se les va todo el salario mensual en el transporte para llegar a sus sitios de trabajo. La poblaci¨®n activa empleada en un sector formal no alcanza el 60%.
Un ingeniero civil de alguna de las alcald¨ªas de Caracas llega a percibir m¨¢s de tres d¨®lares al mes. En los ¨²ltimos 10 a?os David Gonz¨¢lez ha visto c¨®mo su lugar de trabajo se ha quedado sin personal. ¡°?ramos 13 profesionales y solo quedan tres, y los cargos gerenciales los han asumido los menos calificados. Solo van los que pueden llegar a pie y trabajan medio d¨ªa¡±, dice Gonz¨¢lez, de 42 a?os. Desde que comenz¨® la pandemia no ha vuelto a la oficina. Sus ingresos no le permiten pagar el traslado. Ha intentado el teletrabajo cuando le presionan desde la alcald¨ªa, pero empez¨® a trabajar a destajo con una empresa. En su cuenta bancaria recibe su salario y a veces bonos que no sabe a qu¨¦ corresponden que no le permiten cubrir ni siquiera la comida de una semana. Esos subsidios tambi¨¦n son parte de la n¨®mina de los funcionarios y consisten b¨¢sicamente en las bolsas de productos b¨¢sicos repartidas por los Comit¨¦s Locales de Abastecimiento y Producci¨®n (CLAP).
De los a?os de boyantes ingresos petroleros y del crecimiento exorbitante de la n¨®mina del Estado, a punta de las expropiaciones que impuls¨® el expresidente Ch¨¢vez, queda poco. Pero en esos tiempos se sembr¨® esta debacle. Antonio Su¨¢rez, presidente de la Federaci¨®n de Empleados P¨²blicos, lo recuerda as¨ª: ¡°En 2008 cambiaron la escala salarial y agruparon al personal administrativo y profesional en tres solo tres tipos, en vez de compensarlo en funci¨®n de su experticia. Entonces lo protestamos, dijimos que era una medida contra la carrera administrativa¡±, se?ala. ¡°As¨ª es como la diferencia entre un bachiller [de categor¨ªa] 1 es que gana sueldo m¨ªnimo (1.200.000 bol¨ªvares, menos de un d¨®lar en la tasa de cambio oficial) y un profesional tres con estudios posgrados gana 3.000.000 bol¨ªvares (1,6 d¨®lares)¡±. Otro hito fue la reconversi¨®n monetaria ordenada por Nicol¨¢s Maduro en 2018. ¡°Los salarios se volvieron nada y los contratos colectivos se desconocieron totalmente¡±.
As¨ª como los usuarios de los servicios p¨²blicos estatales hace a?os no reciben facturas por su consumo, como un signo de la inoperancia de esas empresas, a los trabajadores tampoco les entregan recibos de pago. ¡°Nadie en las empresas del Estado sabe cu¨¢nto gana, lo que es una violaci¨®n de las leyes laborales¡±, apunta Noel Hern¨¢ndez, abogado y representante sindical de las empresas de la Corporaci¨®n Venezolana de Guayana, en otro tiempo un emporio de las industrias b¨¢sicas al sur del pa¨ªs, referencia en la regi¨®n. Esta mega empresa dedicada a la extracci¨®n y procesamiento de hierro, aluminio, acero, bauxita y otros minerales lleg¨® a dar empleo directo a 56.000 personas. Hoy solo trabaja activamente el 10% de esa n¨®mina. En otros t¨¦rminos: si antes usaban una flota de 220 autobuses para mover a los trabajadores de la Sider¨²rgica del Orinoco ¡ªde donde hace poco salieron los camiones de ox¨ªgeno para apoyar la crisis por la pandemia en Manaos¡ª, hoy solo utilizan 12 veh¨ªculos. El boquete en esta plantilla es un signo de la destrucci¨®n del aparato productivo en el pa¨ªs, insiste Hern¨¢ndez. ¡°Tenemos Doctores en aluminio, ingenieros, t¨¦cnicos y obreros especializados que hoy est¨¢n dedicados a la buhoner¨ªa [venta informal] o vendiendo sus televisores y equipos de la casa para sobrevivir. A diario un trabajador de la CVG se va del pa¨ªs. Muchos piden vacaciones y no regresan m¨¢s¡±.
Ca¨ªda abrupta de la ocupaci¨®n
La consultora Anova realiz¨® recientemente, a partir de los datos de la ¨²ltima Encuesta Nacional de Condiciones de Vida ¡ªrealizada por tres universidades venezolanas¡ª, un an¨¢lisis del mercado laboral que muestra que el pa¨ªs tiene la tasa de actividad m¨¢s baja de la regi¨®n. Solo el 59,2% de poblaci¨®n econ¨®micamente activa est¨¢ empleada. A Venezuela le siguen M¨¦xico y Argentina en este rango. El propio Maduro reconoci¨® a principios de mes que el trabajo formal ronda el 56%. En el caso de las mujeres la brecha se ha acentuado con una ca¨ªda de 10 puntos en dos d¨¦cadas: solo trabaja 44,6% del total de mujeres en edad de trabajar, por lo que cerca del 40% de los venezolanos est¨¢ desempleado, un indicador que el Fondo Monetario Internacional proyectaba que llegar¨ªa al 47,9%, el m¨¢s alto del mundo.
El informe de Anova tambi¨¦n se?ala que casi un tercio de los empleados (26,6%) pertenece a la Administraci¨®n p¨²blica, un porcentaje similar trabaja en empresas privadas (25,9%) y casi la mitad (49,7%) son los llamados trabajadores por cuenta propia. M¨¢s de la mitad est¨¢ concentrado en el sector comercial y de servicios y el 85,7% del empleo total est¨¢ en ocupaciones de poca calificaci¨®n como analistas y obreros.
Las conclusiones de este estudio revelan una dimensi¨®n de la crisis econ¨®mica venezolana en la que trabajo ha perdido todo su valor como medio para la subsistencia. El salario promedio de la econom¨ªa es de 26,4 d¨®lares mensuales, lo que representa menos de 1 d¨®lar por d¨ªa. ¡°Las condiciones laborales ofrecidas por el sector p¨²blico venezolano son muy inferiores a las del resto de los sectores; el Estado venezolano emplea al 26,6% de los trabajadores y paga el salario promedio m¨¢s bajo del mercado 13,2 d¨®lares mes)¡±. Un grueso solo percibe un salario m¨ªnimo, refiere el informe divulgado a finales de 2020. La misma consultora calcula que al menos 500.000 empleados p¨²blicos han renunciado a sus trabajos en el ¨²ltimo a?o. Este grupo incluye tambi¨¦n a los docentes, profesores universitarios y personal sanitario que viene protestando e incluso muchos han paralizado sus actividades totalmente.
Despidos
Los datos analizados por la consultora muestran que la poblaci¨®n activa se redujo abruptamente en millones de personas. La migraci¨®n forzada de venezolanos es la primera respuesta a este fen¨®meno. Pero el indicador se contrapone a una medida que por 20 a?os viene aplicando el chavismo: la inamovilidad laboral. Desde 2002, el Gobierno ha prohibido el despido de trabajadores sin inspecci¨®n laboral previa. El chavismo ha hecho de su n¨®mina estatal parte de su maquinaria pol¨ªtica electoral. La desmovilizaci¨®n registrada en las parlamentarias de diciembre ¡ªcon una abstenci¨®n de m¨¢s del 70% de los electores¡ª son otra evidencia de la depreciaci¨®n de los beneficios y del descontento de ese sector.
En Cantv, la empresa de telecomunicaciones del Estado, se han registrado despidos recientemente, denuncia el dirigente sindical Joan Ch¨¢vez. Asegura que solo el 40% de la n¨®mina est¨¢ trabajando. La inactividad no es solo por los salarios, sino por el deterioro de la empresa, que se ha quedado sin licencias para operar los sistemas y en la que los equipos de respaldo como bater¨ªas para antenas o aparatos de aire acondicionado para los servidores no funcionan, lo que se traduce en constantes aver¨ªas en la telefon¨ªa y el Internet que no se pueden resolver. En las propias instalaciones de la compa?¨ªa se ve a trabajadores vendiendo comida y otros productos para sobrevivir. Deisy Torres dej¨® de percibir su sueldo como t¨¦cnico de la empresa a comienzos de la pandemia. Un proceso de tres a?os en inspecci¨®n laboral termin¨® en un despido que, asegura, no le han permitido apelar. ¡°Yo fui botada con inamovilidad, en el momento en que uno m¨¢s necesita su trabajo¡±, dice la mujer, de 46 a?os, que ahora vende jabones y otros art¨ªculos en Petare.
La pandemia de la covid-19 ha agravado el problema en toda Am¨¦rica Latina, tal como advirti¨® este mes la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT). ¡°Llegamos a 2021 con el empleo en terapia intensiva¡±, dijo hace unas semanas Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT, cuando alert¨® que el desempleo podr¨ªa crecer hasta el 11,2% en la regi¨®n. Jes¨²s Medina, de 51 a?os, est¨¢ desempleado por primera vez desde que empez¨® a trabajar a los 14 a?os como jardinero y luego como mensajero. Por 20 a?os trabaj¨® con una compa?¨ªa que gestionaba seis restaurantes en Caracas. La empresa se redujo a una sucursal y su funci¨®n de mensajero dej¨® de ser necesaria. Va a cumplir un a?o sin trabajo. Como tiene motocicleta ha buscado en el creciente sector de las entregas a domicilio. ¡°He ido a entrevistas, pero no tengo un tel¨¦fono adecuado para trabajar con las aplicaciones de esos servicios¡±, comenta. ¡°Nunca en la vida me hab¨ªa quedado sin trabajo. Es muy duro salir a la calle a ver qu¨¦ haces para tener algo de dinero y llegar a casa con las manos vac¨ªas¡±.
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